Había una vez una ciudad, en la imaginación, donde quienes hacían arte, arte en todas sus manifestaciones, decían: “no hay críticos”, “hace falta crítica”, muy de dientes para afuera. Quizás, en esa ciudad, un “Macondo” como el de don Gabriel García Márquez, pero con escapularios y carrieles, sentían nostalgia por una crítica que, desde los años sesenta, tomó fuerza por una señora argentina que salía en televisión nacional, quien iba por todo el reino diciendo “qué sirve y qué no sirve”, siendo una especie de “última palabra”.Era una nostalgia fugaz, que duraba hasta que la señora crítica, ya en pleno siglo XXI y con otras maneras, ejercida por otros, les tocaba los talones y los hacía sonrojarse. Vaya que les molestaba su visita.En esa ciudad, hacer crítica era muy difícil porque, cuando la crítica beneficiaba a un museo, una galería, un artista, un grupo de artes escénicas, un músico o un escritor, había abrazos y besos. Las palmadas en la espalda y la sonrisa prolongada se repetían. “Me encantó tu artículo”, “esta nota estuvo maravillosa”, “que bien escrito”, “estas haciendo un trabajo increíble”, eran los comentarios que recibían los dos o tres “osados” que se atrevían a escribir, si los comentarios eran buenos.Ah, pero si hacían lo contrario, si la exposición no les parecía, si a la obra le faltaba coreografía, si el músico tenía letras pobres, en esa ciudad había una indignación colectiva, una orden de linchamiento, un deseo de acallar sus reflexiones, que llegaba a las reuniones sociales con otras frases: “es que ella es muy difícil”, “que texto tan desafortunado”, “que falta de generosidad”, “no nos quiere”, “no quiere al museo”, “no sirve sino para criticar”, y, entonces, se juntaban dos y tres señoras amigas a señalar a quien había tenido la “osadía” de desobedecer. El nombre de aquel autor o autora lo sacaban de las bases de datos y ya no le llegaban invitaciones para los eventos que ellas manejaban, e iban diciendo a quien pudiesen, que había que “evitarlo”. Diría el maestro Fernando González, el pensador de Otraparte, que en esa ciudad era imposible “vivir a la enemiga”.En la mitad, porque siempre hay agua tibia, también hacían parte de esa ciudad quienes “tiraban la piedra y escondían la mano”. Personas que no salían a defender al crítico, que afirmaban con la cabeza a quienes eran sus detractores, mientras a ella o él le decían, en privado, para que nadie se enterara, que “muy bien”, que siguiera así, “eso es lo que hace falta aquí, a ver si dejamos de ser tan montañeros”. Una especie de mercenarios de papel, con ganas de quedar bien con todo el mundo, incendiarios a través del otro.La crítica es un ejercicio que, en el periodismo, se ubica en el género de opinión, siendo una de las grandes medidoras de lo que llaman algunos la “libertad de expresión”, y sirviendo, en el caso del periodismo cultural, para la profesionalización del sector, porque la crítica permite que los creadores puedan detenerse a pensar, usaremos la palabra de moda, puedan “reinventarse” y entregar al público mejores obras.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroDetengámonos un poco en la inmersión a la ciudad aquella, para decir que el público siempre será “el patrón”, el que tiene la última palabra, quizás por encima del crítico, quien, a su vez, no puede tener patrones, ni amigos, ni “gente que lo quiera”, porque su posición es la de la objetividad, desde su subjetividad. El crítico es autónomo en precisar que una obra carece de elementos o desborda los esquemas. Puede decir, bajo su responsabilidad, por eso firma y casi siempre da la cara a la hora de juzgar, lo que piensa que debe decir, sin importar a qué señor o señora le pueda molestar.Su rol en ese “ecosistema” del arte y la cultura es el de generar reflexiones, el de abrir debates, así algunos asuman sus posturas como algo “personal”, casi siempre porque los afecta. Señoras y señores de esa ciudad imaginaria, están equivocados cuando creen que les están ofendiendo, que les están atacando, la crítica es un ejercicio profesional, que no está pensando si la señora que dirige la entidad cultural es “linda”, “querida”, “importante”, sino que está revisando su trabajo, poco le interesa si es “regia” o “amiga de todo el mundo”.Entonces, es una lástima que la figura de la crítica o el crítico sea de “odios” y “amores”, porque esas reacciones parecen demostrar que, en el imaginario colectivo del terruño aquel, quedó marcada la idea de “conmigo o contra mí”, sí, la misma de “plata o plomo”, porque la vanidad y el ego de algunos son el verdadero problema del ejercicio crítico en esa latitud desconocida a la que viajamos.Decía recientemente la gestora cultural Margarita Garrido, cuando hablábamos de la ética en la cultura, que la dificultad de los roles en este sector, en gran parte, tiene que ver con que algunos creen que existe una “élite” de la cultura, un grupo de gente “importante” que “lidera” un sector. Algo así como los “Char” de la cultura, quienes se atreven a tomar una posición de “intocables”, lo cual, enfatizaba una gestora de la trayectoria y el respeto que tiene Margarita, solo termina por hacerle daño al sector.Por eso vale la pena preguntarse, ¿están seguros de que en esa ciudad imaginaria les hace falta la crítica?, porque, si la idea es jugar a un “sector cultural” del siglo XVIII, en el que reinan los “mandacallar”; la idea de democracia que defiende la libertad de expresión no puede existir.Esa frase histórica de Voltaire: 'Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo', es apenas el antídoto que los críticos deberían recibir del público, de sus colegas, de sus amigos y de sus opositores, en una sociedad que ha superado la idea de tener una libreta para apuntar enemigos, de carros bomba y corrupción. Si esa ciudad imaginaria no quiere “pasar la página”, como decía el señor crespo que fue su alcalde alguna vez, entonces que no exista la crítica, no la pidan, no la lamenten, y así este cuento siempre tendrá su final feliz. Un abrazo a David Valdés, de la Revista Rolling Stone. Hasta la próxima semana, amigos.
Como si no hubiera pasado nada. Así se mostró este miércoles 29 de julio el corredor antioqueño Fernando Gaviria, cuando en una muestra de su gran talento se impuso en la segunda etapa de la Vuelta a Burgos, disputada sobre 168 kilómetros entre Castrojeriz y Villadiego, un triunfo que le dio una inyección de motivación tanto a él como a su equipo.El 2020 no ha sido fácil para ningún deportista debido a la suspensión de todas las competencias de cuenta de la pandemia por la covid-19 que azota el mundo, virus que el mismo Fernando Gaviria tuvo que vivir muy de cerca.Días agridulcesAl inicio de la temporada, el colombiano se mostró en excelentes condiciones y prueba de ello fueron los tres triunfos de etapa que el nacido en el municipio antioqueño de La Ceja consiguió en la Vuelta a San Juan, victorias que motivaban para lo que sería el resto de la temporada; sin embargo, el destino tenía previsto otra cosa.En el mes de marzo, cuando la covid-19 atacaba con fuerza en cada rincón del planeta, el antioqueño y su equipo UAE Team Emirates se encontraban en los Emiratos Árabes, donde disputaban el UAE Tour, cuando el virus tocó de cerca al llamado Misíl, quien dio positivo para coronavirus, lo que lo obligó a aislarse y estar bajo observación médica durante varias semanas.Un mes después, en abril, el habilidoso velocista regresó a su país natal y reinició los entrenamientos. Cumplió con la cuarentena que decretó el Gobierno Nacional y se preparó en su casa mientras se dio autorización para que los ciclistas profesionales retomaran sus entrenamientos en la ruta.Cuando se tuvo el visto bueno para regresar a la carretera, el también campeón mundial en la modalidad de Pista ajustó su preparación para el reinicio de las competencias. Algo que vio más cerca el pasado domingo 19 de julio cuando emprendió viaje a Europa en el Vuelo del Deporte Colombiano.Regreso con triunfoCon motivación y mucha ilusión inició Fernando Gaviria en la Vuelta a Burgos el pasado martes, confiando en las buenas sensaciones que tenía y en la preparación a conciencia que había realizado.Esas buenas sensaciones las demostró este miércoles sobre el asfalto de las calles españolas. El antioqueño era uno de los favoritos para disputar la victoria de la segunda fracción y por eso su equipo lo resguardó como pudo durante la jornada para que estuviera bien para el remate.Lea también:Con Vuelta a Burgos se abre el calendario del ciclismo internacionalEn los últimos kilómetros de la etapa, su lanzador estrella, el argentino Maximiliano Richeze, empezó a hacer su impecable trabajo, fue acercando al colombiano al momento preciso para iniciar el embalaje.Los últimos metros fueron todo un espectáculo de cuenta de los velocistas, pero era Gaviria quien tenía más potencia en sus piernas y logró tomar ventaja para cruzar la línea de meta en solitario, por delante de otros grandes velocistas como el francés Arnaud Démare (Groupama) y el irlandés Sam Bennett (Bora), levantando los brazos como símbolo de victoria, en una carrera que lidera el austriaco Felix Großschartner (Bora) y en la que el colombiano Esteban Chaves (Mitchelton) se mantiene noveno en la general.Un triunfo que lo llena de motivación y de satisfacción, pues es un premio a sus ganas de luchar, al no rendirse ante las dificultades y la situación que vive el mundo: “Es una de las victorias que sabe mejor de este año, porque después de todo un parón, después de haber pasado el virus, después de haber estado en casa sin saber si volvía a correr este año, volver a conseguir la victoria es demasiado lindo”, expresó el antioqueño.Adaptándose a la nueva rutinaDespués del triunfo, Fernando Gaviria confesó que estos dos días que han competido de nuevo han sido diferentes, aunque la acción sobre la carretera sigue siendo la misma: “La forma de competir es la misma, lo que es en la comida, en el hotel, estar cuidándonos con todo el público, con la prensa es complicado, porque muchas veces queremos dar una entrevista sin el tapabocas, sin cubrir nos quizá se nos olvida y le damos la mano a alguien”.Para Fernando, quien liderará a su escuadra en el Giro de Italia, esta nueva forma de vida es “una rutina que debemos aprender. En la carrera hay mucho nerviosismo porque estuvimos mucho tiempo quietos, hay muchos corredores que están terminando contrato y están buscando uno nuevo y todos quieren expresarse y dar lo mejor, por eso corremos tantos riesgos”.Motivación para su equipoLa victoria de este miércoles no solo fue motivación para el corredor de 25 años sino que también lo fue para su equipo, pues al inicio de la jornada no tuvieron buenas noticias, pero que con este triunfo pudieron subir el ánimo.El UAE Team Emirates tuvo que tomar una triste decisión sobre los otros tres corredores colombianos que acompañan a Fernando Gaviria en el equipo. Juan Sebastián Molano, Cristian Camilo Muñoz y Camilo Ardila tuvieron que ser retirados de la carrera por razones sanitarias.También puede leer:Fernando Gaviria salió del hospital tras dar negativo por coronavirusLos tres corredores colombianos tuvieron contacto con una persona que dio positivo para covid-19 y aunque ninguno de ellos está contagiado, pues sus pruebas dieron resultado negativo, la escuadra se vio en la obligación de aislarlos para cumplir con el protocolo de bioseguridad y para cuidarlos tanto a ellos como al resto del grupo.Ante esta ausencia en la jornada, el ganador de la etapa dijo que lo que hicieron en esta etapa “fue trabajo de equipo. Todo el tiempo estuvimos juntos, teníamos tres corredores menos y eso fue un golpe para nosotros, sobre todo no tener a Molano que era mi lanzador. Contamos con las piernas, contamos con la suerte y el momento indicado, todo se nos juntó para hacer un bonito sprint y poder ganar”.El corredor confesó que por esta ausencia “no se nos vio trabajar”; sin embargo, “todo el tiempo estuvieron pendientes de mi sobre qué me faltaba, la hidratación, comer y eso también es trabajo en equipo. Los compañeros que estaban en el hotel también deseaban estar corriendo para ayudar un poco, para haber trabajado más, para hacer más visible el equipo. Nos tocó así, estar un poco escondidos, pero logramos una linda victoria”.El también antioqueño Sebastián Henao tuvo que retirarse en la primera jornada tras sufrir una caída que le dejó el hombro derecho dislocado, por lo que se mantienen solo siete corredores colombianos en carrera.Turno para los escaladoresDespués de ver en acción a los velocistas llega el turno para los especialistas en el terreno de ascenso.La gran montaña aparece este jueves en la tercera etapa, una exigente jornada que tendrá cuatro puertos de tercera categoría y que se disputará sobre 150 kilómetros, llevando al pelotón desde Sargentes de la Lora hasta el Picón Blanco, un ascenso de 7,8 kilómetros a una dificultad promedio del 9,3%.Una buena oportunidad para que los Escarabajos, liderados por el actual bicampeón de la carrera, Iván Ramiro Sosa, empiecen a mostrarse.Así va la Vuelta a Burgos 2020Clasificación etapa 21. Fernando Gaviria (COL/UAE Team Emirates) ----- 3h:55:382. Arnaud Démare (FRA/Groupama-FDJ) ----- m.t.3. Sam Bennett (IRL/Bora-Hansgrohe) ----- m.t.48. Juan Felipe Osorio (COL/Burgos) ----- m.t.84. Iván Ramiro Sosa (COL/Ineos) ----- m.t.87. Rodrigo Contreras (COL/Astana) ----- m.t.91. Daniel Méndez (COL/Kern Pharma) ----- m.t.103. Alejandro Osorio (COL/Caja Rural) ----- m.t.No salió: Camilo Ardila (COL/UAE Team Emirates)No salió: Juan Sebastián Molano (COL/UAE Team Emirates)No salió: Cristian Camilo Muñoz (COL/UAE Team Emirates)Clasificación general1. Felix Großschartner (AUT/Bora-Hansgrohe) ----- 7h:35:592. Jon Aberasturi (ESP/Caja Rural) ----- a 083. Matteo Trentin (ITA/CCC) ----- m.t.9. Esteban Chaves (COL/Mitchelton-Scott) ----- m.t.28. Iván Ramiro Sosa (COL/Ineos) ----- m.t.37. Rodrigo Contreras (COL/Astana) ----- a 2339. Fernando Gaviria (COL/UAE Emirates) ----- a 2873. Daniel Méndez (COL/Kern Pharma) ----- a 3:0990. Alejandro Osorio (COL/Caja Rural) ----- a 3:5399. Juan Felipe Osorio (COL/Burgos) ----- a 4:59
El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Cien años se han cumplido de la escritura y publicación de una crónica sobre la ciudad, con sus estribaciones y laderas, faldas y hondonadas, con sus cúpulas de cruces y sus calles, algunas poco o nada rectas sino serpenteantes. Un siglo de aquella obrita titulada Medellín, sin más, sin retruécanos ni ornamentos. Así, a secas, Medellín, visto por Tomás Carrasquilla. Una narración en la cual el lector se permite un recorrido por la memoria. Por esa ciudad de entonces y por referentes e hitos que la precedieron desde su erección, en 1675, como Villa de la Candelaria de Medellín.Lea también: ¿Cuándo se jodió Medellín?Medellín, con su ermita y sus iglesias, sus altos y camellones, sus quebradas, en especial aquella que es icono histórico y cultural, la Santa Elena, antes quebrada de Aná. Y, claro, el centro y los arrabales. Hay la posibilidad de cruzar puentes (algunos ya no existen) y pararse en un atrio. Año 1920. La ciudad y sus circunstancias disímiles, con ruralidades y proceso de urbanización en marcha, todavía con las ideas de progreso que flotan en su aire sin contaminaciones y temperatura primaveral, que decían con acierto.¿Cómo era la ciudad en los años veinte? En aquellos que, en otras geografías, eran los “años locos”, los “días felices”, los “felices años veinte”, sobre todo en las naciones que salieron victoriosas de la Gran Guerra, aunque, no sobra la pregunta: ¿Quién sale victorioso de una guerra? El caso es que el comienzo de una década de tendencias e intereses diversos en la cultura, en las músicas nuevas, en literaturas que narran la fiesta, los bailes, los alaridos de la moda y el consumo. Y en este tiempo, de los inicios de los años bulliciosos, ¿qué vestuario tenía Medellín? ¿Cómo era aquella lejana ciudad que ya hoy es otra, quizá más deforme y afeada?Carrasquilla demuestra su conocimiento de la urbe, de sus suburbios y partes céntricas y no elude la historia. En su crónica, estructurada por temas, como las aguas, las iglesias viejas y nuevas, el antes y el presente de una ciudad que para 1920 ya tenía en sus paisajes las chimeneas fabriles y en aquel sector clave de la historia del siglo pasado, a Guayaquil, que ya era en esas fechas un “puerto seco”. Ahí, en aquel lugar de preeminencia en la ciudad, con una plaza de mercado a la europea, con galerías y servicios sanitarios, se había sumado a su vista polifacética la Estación Medellín, diseñada por Enrique Olarte. Sí, el ferrocarril había arribado allí en 1914.El escritor y sastre, el autor de una novela urbana que puso a Medellín en las cumbres de la literatura de ciudad que ya comenzaba a cocinarse en América Latina, Frutos de mi tierra (1896), no tocó en su crónica a Guayaquil. Solo unas pinceladas sobre una especie de plazuela que estaba al frente de la bella Estación Medellín. Y no más. En cambio, dedicó su prosa de exquisiteces y sonoridades de riachuelo a otros sectores, en una especie de inmersión por detalles arquitectónicos, construcciones, la naturaleza y la cultura.Medellín es una crónica en la que el autor muestra su sapiencia no solo en el manejo del castellano, con sus musicalidades y riqueza de vocabulario, sino en todo lo que domina acerca de calles, barrios, sitios de sociabilidad, parques, plazuelas, rituales y ritmos laborales, hasta integrar los sonidos argentinos de las campanas con los “milagros de San Progreso”. Carrasquilla nos va llevando por callejones y callejuelas, por las lomas de un morro, por las torres de las iglesias y por sus naves. Nos hace ver la ciudad que está en crecimiento, sin ocultar “el prestigio indecible de las cosas viejas”.Hay notas de alto vuelo en la visión del cronista. El apartado dedicado a los arrabales es de medida majestuosidad en sus maneras de decir, mostrar, dar cuenta. “Arrabales pintorescos los de esta Villa de luces y colores”. Y nos encamina por La Asomadera, en medio de apacibles parajes, porque en ellos se “apaga el bullicio de la ciudad y se inicia el ruido de los campos”, como acaece en las cercanías de Santa Elena, con aves y frondas, vacas y ladridos de canes. Y nos monta a Versalles, Santana, Villahermosa y muestra casitas de obreros por los lados de Enciso, que entonces eran parte de los suburbios.En aquel momento histórico, Medellín, tal como lo señala el observador, tiende hacia el norte, ese es el punto cardinal relevante en aquellos días, cuando ya estaba el manicomio desde hace rato por el Bermejal, por los lados de Aranjuez, que es un barrio que se inició en 1917, como también lo narrará, en otro artículo, el autor de Ligia Cruz y Grandeza. Nos pasea por lugares donde “impera la disciplina y mandan el plano y la ingeniería”, que se nota en los trazados de nuevos barrios, como Manrique, Restrepo Isaza y Berlín.Por el 20 la Otrabanda del río no tiene ningún movimiento urbanístico. Están, muy lejos, América y Belén, y por las riveras de la Iguaná, Robledo, que antes lo llamaron pueblo de Aná. Así que, poco o nada se vislumbra en esta crónica que es todo un examen a la Villa infulosa, a la que quiere ser ciudad y todavía respira aires parroquiales. Aires que aún no asfixian. Nos asomamos por los vericuetos de los camellones y podemos desplazarnos por el Carretero, esa suerte de Vía Apia que unió a la ciudad naciente con los fulgores áureos del Nordeste, ese camino que siguió la ruta del Aburrá o Porce.Se nota el sentido del detalle y de la minuciosidad, mezclado con asuntos más panorámicos, en lo que va describiendo el escritor. Buenos Aires, cuyo nombre llegó de uno que tenía un granero mixto de lo que antes se llamó Campo Alegre, nos llega como un paseo, “con sus alturas y sus vistas”, con su “éter, su Gerona y su Basílica”, que no tiene rival en aquella ciudad que para entonces ya tenía una buena muestra de fábricas textileras, de jabón, fósforos, bebidas gaseosas, cervezas y una muy adelantada construcción de la mole que es la Catedral Metropolitana, inaugurada a comienzos de la siguiente década.Las principales calles de Carrasquilla son Carabobo y Ayacucho, que “como un signo + cuartean la ciudad”. En el abordaje que hace a las calles céntricas y de alrededores, el cronista, que tiene en cuenta los planos del Medellín futuro que se forjaron a partir de 1913, expone sus saberes de urbanismo, de formación de ciudades, tanto las trazadas al estilo damero, simétricas, como las desconcertadas y torcidas, como la nuestra. “No sabemos si Medellín habrá perdido o ganado con sus muchas y diversas torceduras, toda vez que no la hemos conocido de otro modo”. Deja entrever que esta ciudad hace parte de las que son remendadas, trazadas sin esmeros geométricos, casi a la bartola. “Solo las ciudades a la yanqui, con planos y diseños antes de escoger el lugar ciudadano, se escaparán de este remendar incesante”.Medellín, una ciudad que ha ejercido aquello del “ensanche”, en el que a veces, o casi siempre, se derriban referentes urbanos y de memoria, es vista en esta crónica con sus parques y plazas, que, hasta ahora, la confusión denominativa es abismal. Aquí se trastocaron los términos. Y así, una plaza es llamada parque. Esta denominación, con tantas variantes, como las del parque inglés, parque francés, en fin, se quedó en Medellín para designar a lo que, en esencia, son plazas (que según sus dimensiones, también decrecen: plazuela, plazoleta, placita).Carrasquilla, que sabe del asunto, no se mete en esas honduras, pero sí señala que un parque es un pedazo de campo en la urbe, son bosques urbanos, reservas en medio del ladrillo y otras construcciones. En su mirada aparecen el Bolívar, el Berrío (“que reclama otra reforma”, dice el cronista) y “parquecillos” como el San Roque (hoy Plazuela Uribe Uribe), en la calle Pichincha.Si por plaza se entiende, dice don Tomás, un lugar amplio y despejado, más o menos geométrico, la Medellín que él analiza y retrata solo tiene la de Boston, la de la Estación del Ferrocarril de Antioquia (Estación Medellín) y un poco la de San Francisco (hoy San Ignacio y mucho antes José Félix de Restrepo). El flâneur que también pudo ser Carrasca, hace un paneo por la plaza de Berrío (que en los comienzos de la Villa fue la Plaza Mayor), que tenía edificios de tres pisos y la iglesia de La Candelaria o “Catedral Vieja”.Y así, con su vista crítica y descubridora, nos conduce por la colonial plazuela de la Vera-Cruz, al frente de la cual habitó el héroe del Bárbula, Atanasio Girardot, y nos lleva hasta la plazuela de San Benito y nos devuelve hacia oriente para llegar a la de San Francisco, con fuente, asientos, sendero, “con altas ringlas de nogales” y sentencia que es una plaza hermosa.Las palabras bien afinadas del cronista van por iglesias, de las que sabe a fondo los nombres de sus piezas, de sus disposiciones y distribuciones, y las diferencia entre viejas y nuevas. Es una correría levítica en la que la arquitectura religiosa toma diversas formas. Todo muy bien designado. Un documento. Y mostrando iglesias muestra, al mismo tiempo, los lugares donde están instaladas, los alrededores, las maneras de ser de sitios adyacentes. “El templo de donde salió el de Asís para entrar el de Loyoya está hoy modificado, retocado y adobado, con ese estilo jesuítico, de perendengues y ringorrangos, que tanto pasma y enfervoriza a los cristianos”.Un interesante ejercicio puede ser el de, tras examinar la crónica Medellín, compararla con lo que queda de esos días y cómo ha cambiado la ciudad. Qué ha permanecido. Qué se ha ido. Podrían hacerlo, digo yo, sin pretensión alguna de molestar, en las facultades de arquitectura, en las de periodismo, y otras en las que el urbanismo es esencial. Nunca sobra saber cosas sobre la ciudad en la que se habita y mejor aún cuando se tienen documentos esenciales como el que escribió hace cien años el novelista de Santo Domingo.La panorámica carrasquillesca sobre Medellín tiene unos acercamientos, como close-up, sobre las aguas de la ciudad. El río y las quebradas. Una ciudad de enorme riqueza hídrica y en cuyas corrientes se han tejido historias que van desde las instalaciones de acueductos, electrificadoras hasta fábricas de cerveza, no ha creado mitologías acuosas. No ha deparado nereidas y otros seres acuáticos. Y su río de la historia, su río en el que hoy nadie se bañaría ni siquiera una vez en él, para no entrar en las premisas de Heráclito, es una arteria sin cantos, sin poetas, sin siquiera un barquero que conduzca a los pasajeros al olvido.Y, en efecto, lo más fluido en estas consideraciones sobre la ciudad, está en las aguas, unas que se pueden desprender por las pendientes de Granizal, hasta las de El Poblado, Belén, América y Robledo. Y qué hablar de aquella que baja desde los breñales de Santa Elena y que, aún más que el río, ha tenido leyendas, crónicas, poemas, novelas y una historia que la ha erigido como una quebrada de renombres y referente urbano. La Santa Elena, o antigua Aná, es nuestra agua madre.Y así como podemos sentir el rumor de La Poblada, El Ahorcado, La Corcovada, La Canguereja o la Iguaná, la corriente del Aburrá, río de la cultura, de la historia, de los antes y los después de Medellín, es, quizá, la que más suena y resuena en la bien tejida crónica. “No tiene leyendas como el Rhin, ni sacros misterios como el Ganges; genios y ondinas desdeñaron sus aguas; ningún poeta le ha dedicado una estrofa; para nada le mencionaron las tradiciones mentirosas; la horda primitiva que trasegó por sus márgenes no le consagró siquiera la más salvaje de sus admiraciones…”.En su especie de elegía por el río Medellín, Carrasquilla avista que esas aguas, que ya han comenzado a ser en su cauce rectificadas, serán parte de un río muerto. Y ahí sí, ese río manso y hospitalario, se perderá en las oscuridades de la desmemoria. Agua sin nombre y sin siquiera un mohán que al menos promueva algún susto.Lea también: Luces en los ojos de la infanciaEscrita cuando la Villa devenida ciudad cumplió 245 años de fundación mediante cédula real, la crónica Medellín es una memoria aquilatada, en la que el estilo de riqueza léxica y de fluir sereno del novelista, cuentista y buen conversador se reparte en cada una de las celdas divisorias. La ciudad adentro y afuera. La ciudad que perdura, la que se metamorfosea, la del espíritu comercial e industrioso, la de los negociantes y fabricantes se desliza por las páginas como las aguas del río, con olores de incienso y de telas nuevas.
Sin duda alguna es más fácil durante la pandemia estar bien informados por los medios de comunicación, a quienes solo interesa la noticia, que encontrar a alguien para explicarnos acerca de los desiertos exteriores que estamos trasegando efectos de otros tantos, pero interiores. De lo contrario sólo vamos a saber que fue lo que nos pasó, el diagnóstico, pero no las causas de lo que nos ocurrió y las correcciones que debemos hacer desde nuestro interior. Es imposible que le sigamos endilgando la culpa al virus y su pandemia que por no ser humanos carecen de discernimiento y mucho menos de soluciones.Lea también: Una nueva visión de futuroDe la multiplicación de los panes para una multitud empobrecida nos habla el resucitado y lo registra Marcos con una economía extrema de palabras. Recordemos que las actitudes de Jesús de compasión y solidaridad con los pobres, cuando las repetimos nosotros como experiencias propias se llaman seguimiento de Jesús, voluntad de Dios, ser humanos que nos hace creyentes.Pudo haber sido por el impacto de la muerte de Juan Bautista que Jesús se retiró a un lugar despoblado y solitario encontrándose con una multitud que lo compadeció, y curó a los que estaban enfermos. Por la lejanía, la hora y sus escasas provisiones, cinco panes y dos peces, los discípulos, la iglesia del momento le insinuó a Jesús: “despídelos para que vayan a comprar comida” (evangelio). No compartir porque no tenemos ni nos alcanza con lo poco que tenemos como dijeron los discípulos la Iglesia a Jesús, sigue siendo un rodeo capcioso ya que pudieron o pueden compartir lo que les es propio, “cinco panes y dos peces” (evangelio). Otro tanto ocurrió con el sacerdote y el levita en la parábola del buen samaritano dando un rodeo despectivo para no caer en cuenta del herido. Puede ser que con los pobres tenemos más distancias que acercamientos. Además, cuando los discípulos, la iglesia, proponen comprar con dinero es someterse al mismo factor que ha producido el hambre de la multitud. Para Jesús no hay que comprar, basta compartir, el. La multitud en la época de Jesús es signo del hambre que hoy aumenta en el mundo a nombre del capital, el dinero o el egoísmo que es lo mismo, revelado por la pandemia. Para Jesús compartir, la solidaridad es un proceso de personalización que implica varios momentos: El primero es sentarse en la hierba, “que se sienten por grupos de cincuenta” (Lc 9,14) para enfatizar la organización que requiere la solidaridad y el compartir como respeto a los que antes eran solo multitud y ahora permite un mejor desarrollo al don de la solidaridad haciéndola más humana y personal.En el segundo momento Jesús da gracias a Dios Padre por lo que hay “Alzó la mirada al cielo, bendijo los cinco panes y dos peces” (frutos de la tierra y el trabajo del hombre). La acción de gracias a Dios por el pan, perdida por la mayoría de creyentes, es el inicio del milagro.En el tercer momento “Los partió y se los dio a los discípulos y los discípulos, la gente y todos comieron y quedaron satisfechos. Después recogieron lo que sobró: Doce canastos llenos. Habían comido unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños” (evangelio). La versión religiosa de ser Jesús quien multiplicó los panes y los peces deja en cero la responsabilidad de la iglesia. La lectura profética se refiere a la multiplicación signo del compartir; y a los doce canastos llenos como sobrante para los que siendo pobres no estaban en la multitud. Jesús es quien sostiene y garantiza las futuras multiplicaciones; si se comparte no importa el número de pobres porque alcanzará para todos. El compartir el pan brota como una verificación del amor de Dios que remueve la compasión en nuestro corazón y nos permite repetir con Pablo: “Qué podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo: El hambre, la desnudez, las angustias, las tribulaciones. Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado sin permitir que nos apartemos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús. (2ª lectura)Le puede interesar: Una propuesta en pandemia y despuésEl oráculo profético de la primera lectura hace eco en nosotros cuando dice: “¿por qué gastar tu dinero en lo que no es pan; tus salarios en lo que no te satisface?” Al mismo tiempo nos invita a mirar a Jesús quien puede colmar nuestros deseos más profundos, “Préstenme atención, escúchenme y verán que ustedes pueden tener vida… Yo hago con ustedes una alianza eterna, les cumpliré las promesas que por amor hice a David” (Primera lectura).Lecturas del domingo 18º del tiempo ordinario - ciclo a, 2 de agosto de 2020Primera lectura. Lectura del libro de Isaías (55,1-3)Salmo: Sal. 144Segunda lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,35.37-39)EvangelioLectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer».Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».Les dijo: «Traédmelos».Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.Palabra del Señor
Hay un asombro que no termina ante la historia del bolero Bésame mucho, que también es interpretado en ritmo de tango. Lo compuso la mexicana Consuelo Velázquez cuando tenía 16 años (1932), y es cierto que el momento de creación ocurrió antes de su primer beso. Ha sido reconocida como una de las canciones más populares del Siglo XX, sin embargo, además de los momentos de gloria, se prohibió durante el gobierno del General Francisco Franco. (1)Lea también: Eladia al surEs innegable el carácter erótico de la letra, no obstante, el hijo de la compositora, Mariano Rivera Velázquez, cuenta que la canción se terminó en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial,“Consuelo, algo más madura para ese momento, se sentía particularmente sensibilizada frente a las historias de separaciones de novios y matrimonios jóvenes, cuyos hombres debían cumplir servicios militares y enfrentaban la posibilidad de la muerte. Estas reflexiones permitirían a Consuelo Velázquez poder dar término a la letra de la canción”. (2)“Bésame,bésame muchocomo si fuera esta nochela última vez.Bésame,bésame muchoque tengo miedo perderte,perderte después (…)”Los versos son el acercamiento al imperativo de vivir el presente que es lo único que le pertenece al sujeto, de acuerdo con el manejo de su voluntad y con los dictámenes del momento histórico.Por otro lado, quisiera agregar que en la suite Goyescas de Enrique Granados llamada Los majos enamorados, hay una aria La maja y el ruiseñor, cuya música inspiró a la autora del bolero. Lo cantaron Andy Rusell, Nat “King” Cole, Frank Sinatra, Édith Piaf, Sara Montiel y por supuesto Los Panchos. Estuvo en varias bandas sonoras, entre ellas un film de Emir Kusturika Sueños de Arizona y Bésame mucho de Philippe Toledano.Es hora de dejar a esta compositora y pianista, oriunda de Jalisco, quien actuó como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional de México y supo que el bolero Bésame mucho fue cantado en más de 20 idiomas. “Su gran acierto en Estados Unidos fue la contextualización de la canción hacia las mujeres que esperaban a sus maridos en la Segunda Guerra Mundial” (3).Quiero tenerte muy cercamirarme en tus ojosy estar junto a ti,piensa que tal vez mañanayo estaré muy lejos,muy lejos de aquí.Existe en la historia del tango la brillante presencia de una joven de 14 años, Rosita Melo -Rosa Clotilde Mele- compositora del vals criollo Desde el alma, sinónimo de vals para los argentinos, según Roberto Selles, y considerado el más famoso del género rioplatense que se haya compuesto jamás, y por una uruguaya.Hay sin duda una consideración y es que la grandiosidad de la música fue el mérito para que el poeta Homero Manzi desarrollara sobre la melodía un lirismo tan bello y apasionado que llevaría hasta la esencia de un soneto de Francisco de Quevedo (4).Esta es la letra de Homero Manzi:“Alma, si tanto te han herido,¿por qué te niegas al olvido?¿Por qué prefieresllorar lo que has perdido,buscar lo que has querido,llamar lo que murió?Y estos versos de Quevedo se hermanan con la canciónDesde el alma“En los claustros de l’alma la heridayace callada; mas consume hambrienta,la vida, que en mis venas alimentallama por las medulas extendida.(…)”La siguiente estrofa venida de la poética del bardo del Siglo de Oro español se liga con la de Manzi al decir:“La gente esquivo, y me es horror el día;dilato en largas voces negro llanto,que a sordo mar mi ardiente pena envía.(…)”Y la de Homero Manzi:Alma, no entornes tu ventanaal sol feliz de la mañana.No desesperes,que el sueño más queridoes el que más nos hiere,es el que duele más.(…)”Desde el alma es un clamor salido en “una noche amarga” donde se expone la inutilidad de la tristeza y se exhorta a buscar nuevos horizontes. Recuerda el diálogo Fedón o sobre el alma de Platón, cuando Sócrates dice a Cebes “el vivir es para todos los hombres una necesidad absoluta e invariable, hasta para aquellos mismos a quienes vendría mejor la muerte que la vida; (…)”La letra está arropada por una hondura poética que conjuga herida y dolor para resolverlo en una forma de muerte que puede ser el olvido.Quisiera agregar que la primera grabación la hizo Roberto Firpo y la primera letra la escribió su esposo Víctor Piuma Vélez, la definitiva de Homero Manzi, se escribió para el film Pobre mi madre querida.Le puede interesar: Las mujeres del tango y las mujeres de LorcaPara terminar, decir entonces que el alma es un tema que ha pasado por discusiones filosóficas, por los más excelsos poemas y ha sido cuestión fundamental de religiones. No sería el alma un ser ajeno a la literatura y la encontré en la novela Cumbres borrascosas de Emily Brontë recitadas por Heathcliff ante la temprana muerte de Catalina: “¡Mi Dios! ¡Es indecible! ¡No puedo vivir sin mi vida!¡ No puedo vivir sin mi alma!”(1)ESPÍN, Manuel. La España resignada. 1952. 1960. La década desconocida.(2) https://www.culturagenial.com/es/cancion-besame-mucho/ IMAGINARIO. Andrea. Cultura genial, artículo.(3) Wikipedia.(4) Ciclo Canta sola a Lisi y la amorosa pasión de su amante.
El anuncio que hicieron los directivos del periódico EL MUNDO de su cierre, es un hecho lamentable y que marca un hito negativo en la historia de Antioquia. Cuando cierran un medio de comunicación se perturba el espíritu, la libertad y la democracia. No es pues una noticia agradable en esta construcción de patria.Lea también: Rosita Turizo de TrujilloEl veinte de abril de 1979 se inició esta quijotada, que cumplió cuarenta y un años de luchas, victorias y sinsabores. Su idea se gesta en un grupo de empresarios de origen y pensamiento liberal que quisieron enfrentar al dueño periodístico de la plaza, el periódico El Colombiano, de clara tendencia conservadora. EL MUNDO en sus orígenes y luego cuando fue adquirido por el doctor Guillermo Gaviria Echeverri vivió épocas de bonanza y sus columnistas y especialmente sus editoriales eran esperados, comentados y acatados. Los quebrantos de salud y la muerte del doctor Gaviria representaron el primer traspiés del periódico, que en 2018 se vio precisado a convertirse en semanario físico y en diario virtual. La competencia de las redes sociales lo fue minando paulatinamente hasta llegar a este dos de agosto cuando desaparecerá, ojalá sea en forma temporal.El coronavirus ha resentido terriblemente a la economía mundial, las consecuencias apenas vamos a comenzar a verlas y el silenciamiento de EL MUNDO, es una de las primeras muestras de las consecuencias impredecibles que tendremos que conocer y padecer. Con el periódico están cayendo mortalmente heridas muchas empresas de toda índole, incluyendo las periodísticas.Viene a mi memoria cuando a finales del año 1991 el doctor Gaviria Echeverri me pidió vincularme como columnista de este diario Liberal. Lo hice con gusto, con pasión y con mucha dedicación y amor. Creo que esta tribuna me llevó a ganar un pequeño nombre en la comarca y a través de veintinueve años he mantenido un permanente contacto con la opinión pública. Hace unos cinco años fui reconocido en una encuesta empresarial como uno de los articulistas más leídos en la región, lo que siempre me ha llenado de orgullo. Escribí con libertad y nunca me impusieron temarios o líneas de comportamiento. Ésta fue una tribuna libre y diáfana.Se nos extingue el periódico EL MUNDO, se extingue una tribuna del pensamiento y la controversia, se extingue uno de los faros que mantenía en alto el sentimiento paisa, algo se lesiona la democracia y el pensamiento libre. Nada bueno que se continúen cerrando medios que difunden ideas.El espíritu, la controversia, la libertad y la democracia, estamos hoy de luto.Le puede interesar: La claudicación del EstadoA Luz María Tobón Vallejo, a Irene Gaviria Correa, dos damas que con el alma defendieron el periódico, que le entregaron todo a la reanimación del mismo, que con mucho amor dejaron su nombre sumado a esta bella gesta, no queda sino agradecerles y llevarlas en el corazón con mucha gratitud. A Ignacio Mejía, el cronista de la política y a todos los empleados y obreros sobrevivientes hasta hoy, un reconocimiento y un abrazo solidario.A la familia Gaviria que tanto resistió, mil gracias. A mis lectores, un hasta pronto. Estoy seguro de que nos volveremos a topar.
¿En qué clima o ambiente se desenvolvió la carrera de Putin, vista desde la caída de la URSS, hace 30 años, hasta hoy, cuando aparentemente él corona la cúspide? Pues en un clima muy afín al soviético que lo precedió, cimentado en la misma burocracia medrosa y vegetativa de antes, conocida como “la nomenclatura”, la cual, sin mayores afanes o acoso, siguió administrando el aparato del Estado, con idénticas mañas y el mismo estilo de los jerarcas de otrora, desde Malencov hasta Brezhnev y sus respectivos epígonos, aunque esta vez sin el partido comunista, que fue oportunamente arrinconado. La actual burocracia entonces es copia fiel de la anterior, como casi todo en Rusia, donde suele venerarse el pasado con más devoción que en el resto de Europa. No en vano allá, donde se acaba Europa comienza Asia. Y cuando menos una mitad de Rusia es asiática, y no apenas en lo territorial sino en lo cultural, y en el talante básico, siendo Asia a su vez lo más apegado a la tradición, como sabemos. Baste citar las grandes potencias, China, India, Japón, etc., donde la modernidad que logro penetrar lo hizo venciendo grandes resistencias.Lea también: Memoria y ancestrosEsa gravitación del ayer, ostensible y desafiante a veces, se entiende porque la cultura que le es propia y especifica es también muy arcaica, estando más arraigada allá que en el resto de planeta. Lejos de descuidarla o renegar de ella, se cultiva minuciosamente, se custodia con sumo orgullo.Tenemos pues que la actual burocracia, sobreviviente del pasado en parte, se comporta en forma harto similar a la de antaño, que a su vez heredó los modos y la proverbial cautela de los heliotropos y dignatarios que tan gráficamente Google, Tolstoi y demás grandes escritores clásicos tan certeramente retratan en sus obras.Le puede interesar: Falacias y distorsionesLa atmósfera política que se respira es la misma entonces que circundaba al desprevenido Yeltsin (por eso duró tan poco), y a Putin, su fiel discípulo, que tan bien supo acoplarse y medrar a su sombra, hasta llegar a sucederlo en el mando. Y aventajándolo en todo sentido, como con creces lo ha demostrado y podremos constatarlo en próximas anotaciones.
Hoy, día de mi última columna, porque Fundamundo ha difundido la triste noticia de que suspenderá parcialmente su actividad, lo que en buen castellano significa que el país se quedará sin el periódico EL MUNDO, quisiera referirme a dos acontecimientos: uno, la probable detención y encarcelamiento del expresidente Uribe y, dos, lo que significa la desaparición de este medio para la democracia colombiana.Lea también: El odioLa sala de cinco miembros que definirá el próximo futuro judicial del expresidente, debe pronunciarse en estos días. Según Vicky Dávila, en www.semana.com, se está discutiendo si le ordenan detención intramural o domiciliaria; dos magistrados están por la orden de captura, dos en contra y un indeciso. Si no hay mayoría de cuatro, se recurrirá a conjueces.La periodista Dávila plantea que, si logran encarcelarlo, le lloverán a Uribe todos los procesos que le han acumulado, para condenarlo por muchos años. Triunfo, dice, de las Farc y Santos. Triunfo, digo yo, de toda la izquierda y los progres de este país, que lo odian porque arrinconó a la subversión, a la que derrotó militarmente; pero también de los paramilitares, porque tuvo el valor se extraditarlos cuando continuaron narcotraficando.Dicen filósofos e investigadores en ciencia política, como Axel Kaiser, que, desde hace muchos años, la izquierda permeó las facultades de humanidades, de educación, de comunicación y de derecho en Occidente, lo que ha llevado a una continua institucionalización del pensamiento único revolucionario y/o progre en todos estos países.En Colombia, ese proceso comenzó, según mi hipótesis, en los episodios del 8 y 9 de mayo de 1957, cuando la dictadura de Rojas Pinilla disparó contra los estudiantes universitarios, y no ha cesado desde entonces, llegando, incluso, a las universidades privadas. El resultado es que la ideología mayoritaria en el poder judicial es de esas corrientes, incluyendo las altas cortes. Si a eso se suma el hecho de que la CSJ tiene contra Uribe una pelea casada desde su gobierno, y que está demostrado que sus magistrados han llegado a votar no en derecho sino en política, la probabilidad de que encarcelen al expresidente es alta, incluso si nombran conjueces.La maniobra se realiza luego de largos años de una campaña de cerco y derribo contra Uribe, con la avalancha de acusaciones, fake news, insultos, etc., de parte de la mayoría de los partidos de izquierda, y de periodistas e intelectuales fletados, que ven que, en la pandemia, la noticia de que el encarcelamiento de Uribe probablemente no tendrá respuestas masivas en su apoyo. Esa parte de opinión pública, compuesta en buena cantidad por jóvenes que no les tocó vivir la violencia de guerrillas y paramilitares y su derrota, y que han sido, muchos de ellos educados por maestros de izquierda que hacen del odio a Uribe una confesión de fe, no tiene cómo evaluar sus aportes al país.En estas circunstancias, sus estrategas calculan que tiene aislado a su principal obstáculo para la toma del poder en 2022 y que el camino para conquistarlo es expedito. Si triunfasen, sería un golpe demoledor para la democracia colombiana, porque significaría la introducción del modelo venezolano de dictadura feroz y corrupta. Pero nuestros ciudadanos han resistido otros embates, como el triunfo del no en el plebiscito, a pesar de la mayúscula campaña de desinformación que realizaron Santos y Las Farc; o el triunfo de Duque en el 2018, contra los candidatos del santismo. Nada está escrito, salvo que el juicio y la posible detención del expresidente, generará mayor inestabilidad en el país y que el camino al poder de esos grupos no es como soplar y hacer botellas.Le puede interesar: Que investiguen a todos y a todoAhora, el segundo punto. EL MUNDO conformó una comunidad de opinión abigarrada con tendencias de todo tipo en el espectro político, desde la izquierda, pasando por el centro, hasta la derecha.Yo, que he sido su colaborador desde el ya lejano 2002, puedo dar fe de que jamás me pidieron que rectificara una sola coma en mis columnas dominicales –más de 750- . Nunca, ni el ingeniero Guillermo Gaviria, ni su hija Irene, ni su actual directora, Luz María Tobón, los tres directores con los que tuve que tratar, me hicieron insinuación alguna en ese sentido.De hecho, si uno revisaba los artículos que publicaban, hallaba siempre columnas divergentes sobre temas de política colombiana o del exterior. Y esa característica hacía de EL MUNDO un medio extraordinariamente raro y valioso en un entorno en el que la libertad de opinar y la objetividad a la hora de suministrar la información, se restringen cada vez más en el país, por parte de los algunos dueños de los grandes periódicos y noticieros de televisión, que están imponiendo la opinión “políticamente correcta” y la noticia autocensurada para no herir las sensibilidades de un puñado de “intelectuales “progres”, tuiteros (y otras redes) y las organizaciones políticas que están detrás de ellas.Sólo un ejemplo, entre muchos que podría citar. La línea editorial de EL MUNDO, en el momento en el que casi todos los medios eran santistas, en virtud de la mermelada, fue ponderada y equilibrada; tuvo la osadía de criticar las negociaciones en La Habana. Por ejemplo, defendió el punto de vista de que las víctimas de las Farc debían ser reconocidas y no ocultadas, cuando los demás aplaudían el esquema de Santos - Farc, que implicaba precisamente pasar por encima de ellas; y estuvo en contra del acuerdo final porque excluía al congreso de las decisiones.Tener esa actitud habla bien del periodismo que ejercieron los dueños del Periódico porque reivindicó el derecho a disentir en épocas del unanimismo mercenario de una prensa que piensa más en la manera cómo evolucionan las acciones y los procesos judiciales de sus propietarios, banqueros ellos o dueños de conglomerados internacionales de medios de comunicación, que en la objetividad e imparcialidad. A la manera de Bezos, dueño de Amazon y propietario del Washington Post, o de los fondos de inversión y de la familia Ochs-Sulzberger, dueños del New York Times. O del Grupo Prisa Noticias; dueño de El País; de Prisa Radio; Santillana; Prisa TV y sus filiales Cadena SER, Prisa TV, Pisa Radio, Caracol Radio, que es propiedad del Liberty Acquisitions holding, cuyo dueño es Nicolas Berggruen, creador del El 21st Century Council, un think tank progresista. Todo mundo sabe que Prisa en España es cercano al PSOE, en el gobierno ahora con los extremistas de Podemos, que defienden la dictadura venezolana.Que los directores de los medios tengan su propia opinión, es perfectamente plausible, siempre y cuando no esté ligada a los intereses económicos de sus propietarios y permitan la libre expresión de los puntos de vista distintos que se producen en una sociedad compleja. Y que no acomoden la información a la visión única que pretenden imponer desde la sociedad y los partidos, grupos de la sociedad civil, que hacen de sus reivindicaciones la norma social; y de las bodegas, los usuarios de las redes sociales, que saben que son clientes de los propietarios de esas redes y, por tanto, pueden imponerles el contenido “admisible”. Por eso, porque EL MUNDO no practicó esas felonías, fue un faro en la defensa de la democracia. Mil gracias al ingeniero Guillermo Gaviria (Q.E.P.D), a Irene Gaviria y a Luz María Tobón por haberme permitido el honor de escribir en sus páginas.
Las cifras del desplome de la economía norteamericana en el segundo trimestre muestran el impacto de la pandemia. Un edificio construido durante 5 años que súbitamente se desploma dejando sin aire al sector productivo, trabajadores y familias. La Eurozona tampoco fue inmune a la caída con una cifra sin precedentes del 12.1 por ciento. México, la segunda economía más grande América Latina reporta una disminución del 19 por ciento y si seguimos al sur el panorama es aún más desolador.Lea también: El nuevo mejor amigoEse colapso no tiene precedentes en su velocidad y efectos. La única comparación posible sería lo ocurrido durante la Depresión de finales de los años 20 y comienzos del 30, cuando la economía se contrajo un tercio de su producto. Contrario a previas recesiones, estas caídas fueron el resultado consciente de los gobiernos de clausurar temporalmente la actividad económica para evitar una propagación del virus y una reapertura que no da señales de recuperación rápida.Es preciso recordar que el consumo personal en los Estados Unidos representa casi las dos terceras partes de la actividad económica incidiendo en la caída un 25 por ciento del producto en el segundo trimestre. El gasto descendió en el rubro de salud muy seguramente por las restricciones de movilidad. Por igual razón ropa y calzado. La reducción de los inventarios la encabezaron el sector de vehículos cuyas plantas como se recordará estuvieron paralizadas por casi 3 meses. Si bien las ventas del sector de la construcción, la luz que brilla con repuntes históricamente altos, no hay el mismo ritmo en nuevas viviendas.Paradójicamente, la pandemia ha profundizado la brecha entre ricos y pobres en América Latina. Según la OXFAM (organización internacional que realiza labores humanitarias en 90 países) las elites económicas de la región han ampliado su patrimonio en más de 48 mil millones de dólares a partir de marzo, fecha oficial de inicio de la pandemia. En contraste, la recesión económica en el continente puede provocar que hasta 52 millones de personas caigan en la pobreza y 40 millones pierdan sus empleos, lo que supondría “un retroceso de 15 años para la región”.Si bien los Estados Unidos ha logrado contener parcialmente el derrumbe de su economía a través de auxilios temporales de 600 dólares semanales para los desempleados y giros de 1 mil doscientos dólares por persona, combinado con otros montos según el número de hijos, ello no ha sido suficiente de acuerdo con las cifras negativas reflejadas en el producto durante el segundo trimestre. Un segundo estimulo esta estancado en el congreso por las diferencias entre demócratas y republicanos.Los gobiernos de América Latina no pueden darse esos lujos, primero porque para muchos el endeudamiento impide la aprobación de nuevos préstamos y segundo porque enfocar los auxilios a los más pobres se hace complejo dada la informalidad económica. Imprimir dinero como lo hace hoy la Reserva Federal es una alternativa a la que se podría acudir, pero existen los riesgos de una hiperinflación. Sin embargo, una deflación suena más riesgosa que la misma inflación. Los tiempos exigen medidas extremas.Le puede interesar: Hacia un mundo sin efectivo PD. Duele ver que un periódico como El Mundo de mi ciudad Medellín, que ha sido mi casa durante tantos años tenga que cerrar sus puertas. Agradecido con sus directivos por la oportunidad de aportar a la discusión de tantos temas. Seguiré compartiendo mis columnas en las redes sociales o mi correo electrónico rafaelbravo@comcast.net