¿Encontraremos luego del encierro y con su ausencia, la importancia de los grupos humanos que se complementan para sacar del olvido el amor colectivo, la compasión por el otro?
Por: John Alzate Giraldo
¿Qué voz liderará el alzamiento del espíritu luego de esta pandemia?
¿Encontraremos refugio en quienes han tenido las oportunidades del mundo siempre en sus manos? Esos, los privilegiados del capital
¿Retoñará la ya marchita solidaridad, incinerada por el “triunfo” del individualismo?
¿Avivará como otras bellas costumbres que enaltecían el sentido de humanidad, heredado de nuestros antepasados, y que nos hacían sentir parte del mundo, del barrio, de lo que culturalmente conocemos como nación?
¿Encontraremos luego del encierro y con su ausencia, la importancia de los grupos humanos que se complementan para sacar del olvido el amor colectivo, la compasión por el otro?
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¿Hallaremos en los amigos el primer frente de batalla para reunir al mundo y hacerlo sentir en casa, para enseñarle que de este fuego que es su hogar, depende la vida de todos?
¿Será demasiado tarde para preguntar? ¿Será demasiado olvido acumulado por años para vencer al Alzheimer colectivo?
¿Sentiremos en medio del silencio de cuarentena, el palpitar del mundo que se resguarda ante la pandemia que de lejos, no es la más injuriosa, deshumanizante y calamitosa por la que hemos pasado como si nada, sin que nos toque el pulso?
¿Volveremos como bestias indómitas a las guerras, a la usura financiera, a la carrera capital de acumulación vanidosa del que más tenga, mientras millones mueren de hambre ante nuestros ojos?
Seguro que no. Seguro que ahora encontraremos en el arte, en la ciencia y en la exploración astronómica el orgullo colectivo de nuestra inteligencia humana, puesta al servicio de todos sin excepción para salvarnos y descubrir que podemos apuntar nuestra energía y riqueza (que antes se gastaba en guerra) para conocer el inconmensurable potencial de nuestro cosmos.
Amen.