Para diciembre de 2018, los vehículos que van de Medellín al aeropuerto internacional José María Córdova podrían hacer este recorrido en sólo 18 minutos, si no hay retrasos en las obras del Túnel de Oriente. El Túnel Seminario, punto de partida desde el Valle de Aburrá, ya está listo.
A medio día del martes 9 de mayo, fue abierto totalmente el Túnel Seminario con la unión de los dos frentes de trabajo. Este túnel, costado occidental del Túnel Oriente Andrés Uriel Gallego, queda entonces totalmente completado, según afirmó la Secretaría de Infraestructura del departamento.
Al unir los dos frentes de excavación, “se cumple uno de los hitos de esta obra. Si bien es el túnel más corto del proyecto, por sus condiciones de geología, cercanía a la superficie y proximidad a la urbe, para los ingenieros del proyecto ha sido un reto constante lograr su excavación sin contratiempos”, señaló la entidad.
El Túnel Seminario es el punto de partida del proyecto desde el Valle de Aburrá. A este túnel se accederá desde la vía Las Palmas a través del intercambio en Baltimore, 1.300 metros más arriba del Country Club.
Este primer túnel entregado cuenta con una longitud de 786 metros, una altura libre de tránsito de cinco metros y un ancho de excavación de 10,7 metros que permitirá la distribución de dos carriles vehiculares, bermas y andenes peatonales, para una sección total de 86 metros cuadrados, según las especificaciones que ha dado la Secretaría de la obra.
La administración departamental señaló que al entrar en servicio en diciembre de 2018, estará dotado, al igual que el túnel de Santa Elena, con todos los sistemas de ventilación, iluminación, contraincendios, señalización y control.
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“Siempre se había pensando que el Túnel de Oriente era un sueño casi imposible. Hoy estamos abriendo el primer túnel de 800 metros que empata con un viaducto que lleva al segundo, más largo, de 8.2 kilómetros”, dijo el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez.
El gerente de la concesión Túnel Aburrá Oriente, Germán Rueda, aseguró que “la obra avanza como está establecido en los cronogramas, en los distintos frentes de trabajo y se entregará a finales de 2018”.
Con el túnel de Oriente, el viaje de Medellín hacia el aeropuerto, bajará de 45 minutos a 18. Nelson Fune, trasportador, que trabaja llevando pasajeros entre el Valle de Aburrá y el Valle de San Nicolás se mostró complacido con que se realice esta obra, aunque preocupado por el cobro que significaría el peaje después de inaugurada la obra, el cual sería de unos 16.000 pesos a precio de hoy. Entre 25.000 y 30.000 vehículos usarían a diario esta vía. Lo cual significaría un recaudo diario superior a los $400 millones por ese concepto.
Francisco González, habitante de Rionegro, apuntó que cree que el túnel va a traer ventajas de movilidad para la región y podría generar nuevo empleos.
Tasa aeroportuaria
La Aeronáutica Civil expidió a finales de 2017 una resolución con la que aprobó una tarifa de 5.000 pesos en vuelos nacionales y 1,5 dólares en internacionales, que los usuarios deberán pagar por utilizar el aeropuerto internacional José María Córdova, dentro de un convenio con la Gobernación de Antioquia para la financiación del túnel
el gobernador anunció que la sobretasa empieza a regir el 15 de junio de 2017. Dicho cobro fue autorizado por la Aeronáutica Civil, mediante un decreto.
La Asociación del Transporte Aéreo de Colombia (Atac) presentó una demanda formal en el Consejo de Estado para invalidar ese cobro, al considerar que la Aerocivil no tiene facultad para decretarlo.
Gilberto Salcedo, presidente de la Atac, puntualizó que la demanda fue instaurada porque la sobretasa “es inconstitucional y afecta seriamente la promoción de turismo”.
Julián Giraldo, trasportador, agregó que el costo del túnel “lo cobran a los pasajeros y después de que lo hacen nos los cobran a nosotros con el peaje. Eso es un negocio”.
Por el contrario, Rubiel Cárdenas, también trasportador, apuntó que está de acuerdo con la tasa aeroportuaria, “después de todo, ellos van a ser beneficiados con el túnel”.
Alberto Arroyo, usuario del aeropuerto, comentó que le parece conveniente “porque ahora la movilidad va a mejorar y la cifra no es exorbitante”.
Con esta figura serían recaudados, según los cálculos de la Gobernación y Aerocivil $40.000 millones anuales en los próximos tres años, que sumarán $120.000 millones, con lo cual se evita el recaudo por valorización.
Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro, se mostró de acuerdo con la tasa, aunque “a nadie le gustan que le encarezcan los productos, cuando ya viajar en Colombia por avión es bastante costoso comparado con otros países” y apuntó que “un error que se cometió es haber desistido del cobro de valorización en el altiplano, aquí nadie estaba pidiendo que no cobrara valorización”.
Él considera que este cobro es necesario para la financiación de las obras complementarias al túnel en los municipios cercanos, “para darle viabilidad a lo del túnel como eslabón de conexión entre los dos valles irrigando ese transporte a las demás localidades, esas obras complementarias están hoy desfinanciadas”, por lo que hizo una llamado a la Gobernación para que les preste atención.
Un largo túnel, una larga historia
El proceso del Túnel de Oriente comenzó en 1997 y no será hasta 21 años después que será inaugurado. Rendón comentó que “de no haber sido por la envidia el túnel ya se hubiera inaugurado, porque de alguna manera fue una obra que se sometió innecesariamente a un retraso de cerca de dos años para llegar a conclusiones desde el punto de vista ambiental que ya estaban claras” y explicó que el gobierno de Sergio Fajardo detuvo las obras por dos años.
En su momento, Fajardo precisó que esta obra fue suspendida por solicitud del Ministerio de Ambiente y la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla). El exalcalde de Medellín, Alonso Salazar, y grupos ambientalistas pidieron al Ministerio tener en cuenta inquietudes jurídicas, técnicas y ambientales, entre las cuales se encontraba el impacto de esta obra en las fuentes hídricas de reserva del río Nare. Ante esto, Cornare manifestó su apoyo a los estudios ambientales realizados.
Y es que no todos los ciudadanos de la región se han mostrado de acuerdo con la construcción del túnel. Grupos ecologistas como Corporación La Ceiba y Comité en Defensa del Agua y de la Vida manifestaron preocupación por el impacto ambiental de esta megaobra e incluso hubo movilizaciones sociales y fue conformado un Comité por la defensa de la montaña de Santa Elena.