Jóvenes que ni estudian ni trabajan amenazan el sistema pensional

Autor: Mónica Andrea Saavedra Crespo
28 mayo de 2017 - 02:00 PM

Los NiNi aparte que no cotizan a los fondos de pensiones, esta población podría llegarle a generar costos extras a la economía, al Estado y a las familias, entre otros.

Colombia

Más de 20 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, también conocidos como NiNi, tiene América Latina; es decir que de cada cinco entre 15 y 24 años, uno está en esa condición. En Colombia, esa tasa el año pasado fue de 21,2%, mientras que en 2015 fue de 21,3%, si a eso se agrega que la tasa de desempleo de este grupo fue del 15,9% (1’122.000 personas) o el 49,9% del total de desempleados del país, estamos ante un problema inminente para el ya complicado sistema pensional.

Los NiNi son una amenaza para el sistema pensional porque algunos de estos jóvenes, cuando tengan la oportunidad de laborar, lo harán en condiciones de informalidad, lo que significa que no pagarían seguridad social y, por consiguiente, no aportarían a los fondos de pensiones, sentencia Julián Santiago Vásquez Roldán, vicerrector académico de la Universidad Autónoma Latinoamericana (Unaula). “Los jóvenes que se considera que están en edad de trabajar tienen entre 20 y 30 años y son quienes deberían formar parte de la fuerza productiva luego que cumplen un ciclo educativo. En la medida que ellos no trabajan, o si lo hacen en condiciones de informalidad no cotizan, generan un desfinanciamiento en los fondos de salud y de pensión”, precisó.

En la medida en que eso suceda, las personas que están arriba de la pirámide poblacional, es decir, que están en la edad de recibir su pensión, van a empezar a preocuparse, igual el Gobierno, porque no va a tener recursos, o le va a tocar endeudarse para poder cumplir con el pasivo pensional, agregó el vicerrector académico de la Unaula.

Para la vicepresidente jurídica de Asofondos, Clara Elena Reales Gutiérrez, los NiNi podrían ser sobre todo una amenaza para ellos mismos, y para su futuro en la vejez. “Si no logran fijar metas a mediano plazo (cuatro o cinco años), menos lo harán para el largo plazo propio de los sistemas pensionales (25-30 años)”, eso a pesar de que los millenials tienen capacidad de ahorro “para viajes, para comprarse un nuevo equipo, etc., pero no tienen esa capacidad de ahorro de largo plazo”.

Por otro lado, Liliana Galeano Sarmiento, coordinadora de la Agencia de Empleo de Comfenalco Antioquia, explica una arista fundamental del problema y es que la población está envejeciendo muy rápido en regiones con mejor nivel de desarrollo, como es el caso del Valle de Aburrá y el Oriente en Antioquia. “Cuando la población envejece más rápido, significa que dentro de pocos años tendremos una pirámide poblacional invertida, es decir una población adulta mucho mayor que una población joven trabajando”, añadió, y comentó que otra falencia es cuando la persona inicia su vida laboral de forma tardía por sus propias decisiones, falta de oportunidades o por las mismas barreras que tienen los jóvenes al acceder al mundo laboral.

Todo lo anterior tiene como contexto el hecho de que en Colombia no es fácil pensionarse debido a que la tasa de formalidad es baja (alrededor del 50%). “Eso hace que muchos trabajadores, al llegar a la edad de jubilación, no logren haber completado las 1.300 semanas de cotización mínimas”, señaló Carlos Medina Durango, gerente de la sucursal del Banco de la República de Medellín.

Según cifras del Ministerio de Trabajo, en Colombia hay 22’000.000 de trabajadores, de los cuales 7’700.000 cotizan o ahorran activamente en el Sistema General de Pensiones, que tiene dos regímenes: Régimen de Prima Media (RPM) y Régimen de Ahorro Individual Solidario (Rais); y de los que, en la situación actual, sólo se van a pensionar 2’000.000. Es decir, el 90% se queda por el camino.

Para Medina Durango, si los jóvenes no cotizan no amenazarían tanto la estabilidad del sistema pensional sino el bienestar social, “porque van a ser adultos mayores sin pensión y el Estado tendría que encargarse de esta situación”, lo que significa que el dinero que ellos no ahorraron, le tocaría colocarlo el Estado con su presupuesto de alguna u otra forma. Sin embargo, esa gestión no sería suficiente para brindarles calidad de vida.

Un problema estructural
Carmen Tangarife López, economista, magíster en economía y profesional del área de investigación de la Escuela Nacional Sindical (ENS), explica que la alta proporción de NiNis evidencia que existe un problema estructural en cuanto a la tasa de desocupación y desempleo en la juventud asociado a otros factores de tipo social.

En ocasiones no es que los jóvenes no quieran estudiar o trabajar sino que se enfrentan a otras realidades al no tener oportunidades por las condiciones desde su hogar, dice la experta. “Los jóvenes son de las poblaciones que más alta tasa de desempleo tienen porque el mercado no está preparado para recibirlos”.

Por otro lado, Medina Durango expuso que gracias a un estudio que hizo el Banco de la República, entre los resultados se encontró que “un joven que no esté trabajando ni  estudiando, es un joven que está sin rumbo y con una alta vulnerabilidad” de ser partícipe de la ilegalidad. Alrededor del 55% de los arrestos que se producen en Medellín, con base en información histórica de los últimos diez años, se debió a temas asociados al porte, consumo o tráfico de drogas.

Lea más sobre: "NiNis", un flagelo latinoamericano

Además de preferir un trabajo rápido y fácil, Víctor Enrique Ortiz García, antropólogo y docente de la Universidad de Antioquia, comentó que tampoco les llama la atención la educación. “Es una opción que muchos no toman, ellos piensan en las cuentas y analizan cuánto es un salario mínimo, cuántas horas de la semana y del mes tienen que invertir para ganar tan poco mientras que en la ilegalidad encuentran dinero por montones y súper fácil. Todavía seguimos con fenómenos como sicariato, microtráfico, secuestro, prostitución, entre otros”.

Sobre la temática de los NiNi en las ciudades hay despliegue en exceso, sin embargo, Nicolás Ocampo Restrepo, sociólogo y coordinador del Observatorio del Mercado de Trabajo (Ormet), regional Antioquia, se preguntó sobre los jóvenes NiNi que viven en el campo.

"A veces acogemos las tendencias internacionales como un cliché y las aplicamos a la realidad nacional, sacamos unas conclusiones sin profundizar bien qué es lo que realmente está pasando y dónde están estas fallas en el mercado laboral” por lo que las oportunidades requieren también ser visibilizadas en estos territorios alejados de los grandes centros. “Si usted va a Caucasia, Nechí, Urabá encuentra jóvenes que no tienen dónde ubicarse laboralmente”. En ese sentido, Galeano Sarmiento precisó que la barrera más importante cuando los jóvenes acceden al mundo laboral formal es el tema de la experiencia laboral.

La tarea de la educación
Los centros educativos de formación deben velar porque los próximos egresados se gradúen con competencias que sean útiles para las organizaciones, “no puede ser que se gradúen y no se produzca ese emparejamiento entre lo que las empresas necesitan y lo que los muchachos tienen para ofrecer a esas empresas, allí la principal tarea de los centros de formación es lograr un enganche más efectivo de sus egresados al mercado laboral”, sostuvo Vásquez Roldán,  quien de esta manera responsabiliza también al sistema educativo de la situación de los NiNis.

Asimismo, el experto académico dio a conocer que Colombia ocupa el primer lugar en América Latina y el Caribe en el ranking de la no estabilidad laboral. “La gente no va a tener dentro de un año el mismo empleo que tiene hoy, entonces eso habla que en el mercado laboral colombiano hay mucha informalidad y que se cambia constantemente de trabajo”, lo que hace que no se logren consolidar procesos de formación y de capacitación, generando bajos niveles de productividad.

Es necesario entender que en las generaciones se gestan diferentes tendencias y gustos juveniles, por lo que la secretaria de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Medellín,  María Fernanda Galeano Rojo, sostuvo que el sector productivo y académico debe tenerlo en cuenta, “estamos llamados a adaptarnos a esos cambios pero sobre todo entendiendo que eso afecta la competitividad de una región y de un país”.

En ocasiones, esta situación impacta las empresas que no encuentran los empleados que necesitan, “hay sectores que se podrían ver desabastecidos en mano de obra y la tributación en seguridad social podría afectar la economía en diferentes campos, aunque el Estado debe tomar ajustes y hacer políticas para este tema”, afirmó Ocampo Restrepo.

En Medellín y el Valle de Aburrá hay vacantes para trabajar en el sector confección y marroquinería, siendo algunos de los rubros más importantes para la región, por lo que desde la Secretaría de Desarrollo Económico buscan cerrar las brechas, logrando que los jóvenes accedan a su formación (bachillerato o educación superior) y al  mercado laboral mediante una estrategia lanzada hace dos semanas denominada Formando Talento. “Encontramos que en la media tenemos una alta deserción,  mientras que en primaria y secundaria hay bajas tasas de deserción. Definimos esa estrategia con el fin de acercar a los jóvenes al mercado laboral mediante tres áreas que son importantes como las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), programación y diseño web”.

De igual forma, para Galeano Rojo es muy importante trabajar mancomunadamente con la Secretaría de la Juventud y de Educación para entender las dinámicas. Además, es importante que desde el Gobierno Nacional se adelanten diferentes estrategias, ya que “el Ministerio del Trabajo debe estar muy de la mano con el Ministerio de Educación”, añadió Tangarife López.

Desde el Gobierno Nacional se vienen adelantando los programas Ley Pro Joven que consiste en disminuir las barreras laborales y la de 40.000 primeros empleos. El exviceministro de Empleo y Pensiones, Francisco Javier Mejía, se refirió a estos programas que desde su creación tuvieron el objetivo de llevar todos los servicios de formación para el trabajo, eliminar barreras y encontrar oferta y demanda en la intermediación laboral.

El reto más grande es la formación para el trabajo, “en Europa casi el 90% de las personas que trabajan son técnicos o tecnólogos, es decir, pasaron por un proceso de formación, mientras que en Colombia sólo el 10% de las personas que trabajan son técnicos o tecnólogos”, indicó Mauricio Olivera González, presidente de Colpensiones, quien explicó que el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), aparte de preparar a las personas y generarles  un empleo, se enfoca más que todo en que puedan prestar un eficiente servicio al aparato productivo.

Para Ocampo Restrepo es necesario prepararse para la era digital, por lo que se debe evaluar y entender las fallas estructurales del mercado laboral que hacen que los jóvenes no se interesen mucho por lo tradicional debido a que “hay muchos que se interesan en el emprendimiento o, por ejemplo, en trabajar por internet. Ellos buscan otras formas de trabajo diferente porque encuentran en el mercado laboral como está. Hay que buscar las fallas del trabajo y posibilitar una educación más adecuada a las necesidades de los jóvenes”, y agregó que aún hay cursos para enfermeras o mecánica que de pronto son opciones que ya no les interesan, mientras que podrían verse atraídos más por robótica, telecomunicaciones, entre otros, donde posiblemente aún no haya oferta educativa. Según la óptica del experto del Ormet, hay evidencia de que las empresas están en la búsqueda de talentos disruptivos y creativos, lo que da a entender que los tiempos están evolucionando.

Desde la perspectiva neurocientífica y cerebral, la psicóloga independiente, consultora y coach, Mariana Olivares Catano, explicó que los milenialls lo que quieren es estudiar desde su casa y crear su propia empresa  “hacer nuevas negociaciones, todo a un click, no tienen límite de tiempo, ni de horarios”, y para ella esta situación debería verse como una oportunidad para transformar lo que existe, es decir, que lo que van a hacer estas nuevas generaciones es transformar el sistema pensional y el educativo: “El que tenemos es para gente de hace 50 o 100 años educando niños, la neurociencia dice que los seres humanos de hoy aprenden más con música y en movimiento. Pero en los colegios un niño no se puede mover porque es una falta de disciplina, entonces lo que nos presentan estas nuevas generaciones puede ser una visión para transformar lo que se tiene”, con el fin de potenciar totalmente la economía.

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