Todo empezó en una finca en el sector de Las Palmas, donde a muy temprana edad dio rienda suelta a lo que en aquel momento era una travesura de niño.

Juan Carlos Ramírez, o Goofy, como lo conoce todo el mundo, pedalea desde sus tiernos dos años de edad. No hubo espacio para el fútbol ni otros deportes, ya tenía claro hacia dónde quería apuntar. A los cinco años montaba una pequeña bicicleta sin ruedas auxiliares y era común verlo saltando muros y realizando múltiples travesuras.

Hoy, con 18 años, Goofy es presente y futuro del BMX nacional. Ha sido campeón mundial junior en las citas orbitales de Bakú, Medellín, Rock Hill y Zolder, obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud, celebrados en Buenos Aires, y ha conseguido títulos suramericanos, latinoamericanos y panamericanos.

En diciembre del año pasado se ganó una beca de 25 millones de pesos del programa Oster Inspira, que le permitirá seguir enfocándose en su naciente etapa de profesional.

En diálogo con EL MUNDO, Ramírez detalló cómo inició su camino en el deporte, sus éxitos orbitales y el anhelo de competir en los Olímpicos.

Juan Camilo, ¿cómo inicio su pasión por los pedales?

“Desde los dos años que estoy montado en una bicicleta. Siempre me encantó, desde que tengo uso de razón monto sin rueditas auxiliares, siempre por las mangas de la finca que administraban mis papás (Alfredo Ramírez y Gloria Patricia Valencia) en Las Palmas. Comencé ya más en serio en los semilleros del Club Envigado, donde me formé. A medida que uno va avanzando y va disputando competencias se va perdiendo un poco el disfrute porque aumentan el estrés y la tensión. Pero en mi caso, conservo ese espíritu amateur y por eso trato de conservar esa esencia”.

¿Quién y por qué le puso Goofy?

“Eso fue cuando inicié los semilleros en el Club Envigado. Casi siempre iba a entrenar con un buzo que tenía la caricatura del personaje Goofy y tanto los compañeros como los entrenadores me empezaron a llamar así y así me quedé hasta ahora, al punto que casi nadie me llama por mi nombre si no por el apodo”.

Goofy durante la entrega de la beca. A su izquierda Daniel Díaz, de levantamiento de pesas, otro de los ganadores.

¿Cómo se puede llegar a ser un deportista competitivo?

“Trabajando muy duro día a día, con disciplina, responsabilidad, constancia y otros valores más que se requieren para alcanzar un excelente nivel y eso no es solamente en el deporte sino en cualquier ámbito de la vida, incluso en el estudio. Es ahí donde comienzan a llegar la oportunidades, así como en su momento os jefes de mis padres en la finca me apoyaron, me tendieron una mano para poder iniciar en el BMX, fue algo muy beneficioso para mí porque en Colombia no es fácil conseguir patrocinadores”.

Ahora inicia su etapa como deportista élite, ¿cuáles son sus expectativas y anhelos?

“Para este año tengo varias metas. Ya comenzamos con el torneo Nacional en Bogotá, que es puntuable para el ranking de la UCI (Unión Ciclita Internacional), luego vienen el Panamericano, en Perú; las paradas de la Copa Mundo, en Holanda y Estados Unidos; y el Campeonato Mundial, en Houston, Estados Unidos. La meta más importante que tengo es clasificar al Mundial, ya como élite, y representar a mi país de la mejor forma. He realizado una preparación adecuada para afrontar esta etapa importante de mi vida, en la cual ya uno debe tomar la decisión si continúa por el lado profesional o deja a un lado el deporte para enfocarse netamente en el estudio. Si bien se pueden complementar ambas cosas, resulta muy complicado. La idea entonces es enfocarme en el deporte y marcar diferencia ya como profesional”.

¿Qué siente al codearse con exponentes del BMX que son referentes mundiales?

“Es increíble, muy lindo. Son personas que a pesar de que tienen medallas olímpicas y títulos mundiales, te hacen sentir uno más del grupo. Y en la parte competitiva también es impresionante competir mano a mano con ellos”.

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¿Qué mensaje le entrega a aquellos jóvenes que quieren practicar el BMX?

“Siempre digo que las oportunidades se van encontrando en el camino, entonces se trata de ir avanzando hacia el lugar que uno quiere, si uno realmente quiere conseguir algo hace hasta lo imposible para obtenerlo. El BMX es un deporte muy bonito porque, al igual que las otras disciplinas deportivas, requiere de mucha disciplina y mentalidad fuerte. Cuando se baja el partidor se siente una sensación increíble, difícil de explicar con palabras, desarrolla muchas emociones”.

¿Cómo fue el proceso para poder ser apoyado por Oster Inspira?

“Me enviaron la publicación en la cual Oster ofrecía unas becas para deportistas juveniles, con el fin de apoyar sus proyectos. Entonces sentí que tenía ese perfil que requerían, envié un video de un minuto en el cual puse todo mi empeño, conté toda mi historia, mencioné el recorrido que he hecho, los títulos que he ganado y mis expectativas en torno al deporte, y eso creo que fue clave para ser elegido. Es un gran apoyo para mí, este deporte requiere de muchos gastos, tanto en indumentaria y equipación y sobre todo en el tema de los viajes, por eso me hace muy feliz haber ganado esta beca”.