Sólo un manejo claro eficiente transparente y científicamente informado del flujo de información creara los niveles de confianza del público en los gobiernos
En esta era postverdad la distorsión de la información con fines de manipulación política aparece como el nuevo normal. Sobresale en este sentido que otra característica de este gobierno que nos aqueja además de su corrupción y su cronysm es su capacidad para desinformar, o bien distorsionando o bien ocultando. La dirigencia del CD debería darse por notificada, como ya lo aprendió la vice MLR, de lo que Lucas refiere de Jesús: nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz
Dos casos ilustrativos aunque de naturaleza diferente son la información sobre la pandemia y el escondido del hermano narcotraficante de la Vice MLR, que desde luego no es una política de gobierno sino una opción personal y política (también política…) de ella, pero es parte del mismo talante. La distorsión de la información sobre la pandemia y su politización son otra epidemia en la que Trump sobresale como el maestro de la mentira y las fake news, como lo ha sido Johnson en UK, contrastando con la rigurosidad científica de la Sra. Merkel (Dra. en química cuántica, además con la honestidad de la hija de un pastor luterano). Y aquí ha sido severa. Pero no me voy a concentrar en la que ha sido la cadena de nebulosidad sobre las cifras sobre aplanamiento y el factor de reproducción R0, las fake news sobre el ranking de Colombia internacionalmente y las contradicciones durante el debate sobre aplanamiento, asunto que tiene la trascendencia de evaluar si la modulación lograda es suficiente para que el flujo de enfermos no sobrepase la capacidad del sistema (sobre cuya ampliación ha habido mucho bombo con menos efectividad). Solo un par de ejemplos: durante ese debate, la principal asesora del gobierno respondió crípticamente cuando le preguntaron si ella había hablado de que ya se estaban aplanando las curvas: yo no he hablado de aplanamiento he dicho que estamos en supresión (¡R0<1, lo cual es una fase más avanzada que el aplanamiento mediante modulación!). A la solicitud a Minsalud de la lista de fallecidos con el fin de hacer una publicación como la de la portada del NYTimes, el ministro respondió que no los tenían compilados…..
Pero lo que importa es que se requiere otro enfoque totalmente diferente en salud pública y en el manejo de la correspondiente información que involucre una interacción entre ciencia política y ciudadanía de manera que la segunda no esté para ocultar la primera sino para transmitirla y actuar efectivamente sobre ella. Primero porque la pandemia esta apenas empezando, salvo que se extiendan por el mundo, primero, el tratamiento de la severa inflamación, de casos avanzados con esteroides (dexametasona), y de freno al huracán de proteínas cytokines por la reacción autoinmune y de la inflamación que generan con un inhibidor selectivo de BTK (Acalabrutinib: que ya no es alivio asintomático sino ruptura del mecanismo de la reacción inflamatorio autoinmune); y segundo de la vacuna sobre la cual cabe ser optimista por la competencia entre grupos exitosos; pero acerca de la cual existe la misma incertidumbre que con los anticuerpos (que se han visto fallar) de hasta cuando ofrecerá inmunidad. Pero el hecho es que es necesario aprender a vivir con el virus, lo cual es una tarea muy demandante en muchos aspectos (bioseguridad, funcionamiento social disciplinado, educación sobre el sentido de las medidas) empezando por la confianza y la adecuada comunicación con del público por parte del gobierno. ¿Podrá Duque dejar de manejar la transmisión de la información en forma politizada y defensiva a la cheerleader electorera de Trump?. Dificil con otro narcisista que en plena pandemia se gasta recursos necesarios para su manejo y/o para la paz en aderezar su deteriorada imagen. Peor aún, sigue adelante con la tontería populista sin sentido económico de los días sin IVA en forma que garantiza una segunda ola, a la vez que cínicamente elude la responsabilidad trasladando la de semejante exabrupto a los ciudadanos.
El problema se complica más si se considera la postpandemia. Además de la complicación mencionada de que la vida durante ella va estar gravemente afectada por la pandemia y las medidas. A pesar de factores positivos (virtualización, reducción de costos de transporte y de la contaminación por este, atención a la ciencia y difusión de esta) los negativos no permiten esperar una transición a un nuevo mundo sin los desastres del normal en el cual hemos venido viviendo. En primer lugar, la postpandemia va a estar marcada por una crisis económica sin precedentes en la que capacidad productiva, empleos, riqueza, ingreso consumo e inversión se han derrumbado tanto por la pandemia como por las medidas para contrapesarla; más aún cuando Trump desata una guerra fría con China y una guerra comercial con la UE. No hay razón alguna para esperar un mundo mejor: los sesgos de las estructuras de poder se verán profundizados siendo que la causalidad bidireccional pandemia-inequidad y los componentes de la crisis del neoliberalismo solo pueden revertirse con un cambio en ellas. Y esto es difícil sin una democratización de esas estructuras que incluya el control democrático de los mercados propulsado por la socialdemocracia en contra de su fetichización por el NL, y el populismo de derecha, y su destrucción por el populismo de izquierda. En realidad, el normal antes tenía poco de satisfactorio: abundancia de enfermedades crónicas (por stress y por glotonería de los ricos o por desnutrición y condiciones de vida infrahumanas de los más pobres), severa desigualdad con pobreza extrema, realidades agudizadas por la pandemia, así como la catástrofe climática; y si alguna consecuencia para el largo plazo tendrá la pavorosa crisis económica que se prolongará varios trimestres va a ser acentuar la inequidad, debilitar la capacidad de gasto social (debido al endeudamiento); así como más crecimiento sin empleo
Pero hay un factor adicional de suma importancia y gravedad: asi como por décadas expertos advirtieron sobre la plausibilidad de una pandemia, emerge ahora mucho material científico que muestra que la probabilidad de las pandemias ha subido tanto que otra es inminente como resultado de factores operantes en el normal previo. Como parte de su agresión codiciosa a la naturaleza, el hombre ha creado unas condiciones en su relación con los animales que incrementan esa probabilidad significativamente: el hombre viene irrumpiendo en el hábitat de los animales con la voracidad depredadora de ganaderos, mineros, madereros, petroleros etc. de manera que impone una convivencia cercana a especies acorraladas; el industrial farming que incrementa la rentabilidad de la crianza de animales para el consumo humano sobre la base condiciones de apiñamiento que además de crueles imponen (y para no hablar de hormonas) un uso masivo de antibióticos que se ha convertido en la principal fuente de superbacterias resistentes; esa misma agresión incluye la captura o muerte de animales en condiciones de insalubridad y carencia de bioseguridad por la pobreza (como los mercados húmedos en China incluyendo el de Wuhan en donde surgió el cluster que disparo vectores), condiciones que se extiende a mercados de carnes de animales en zonas pauperizadas (aunque no comercien animales salvajes). Pero además el calentamiento global está acelerando los procesos de difusión de las infecciones trasmitidas por plagas las cuales están surgiendo en zonas templadas a las cuales se extienden con el ascenso de las temperaturas. 4/5 de los virus que afectan al hombre vienen de animales y hay animales como el murciélago con una carga viral desbastadora, la cual en las condiciones mencionadas significa probabilidad de transmisión al hombre a través de otra especie. El punto es que las demandas sobre los sistemas de salud público y la gobernabilidad en general que ha planteado el covid 19 serán presentadas nuevamente por la próxima inexorable pandemia que se desatará en cualquier momento. Ahí reside la verdadera gravedad de la ya manifiesta incapacidad de sistemas de salud debilitados por la austeridad y la privatización como parte de un aparato estatal erosionado por la estrategia neoliberal de siempre y para todo más mercado y menos estado. Y el contraste entre el manejo de la pandemia en los bastiones del neoliberalismo (UK USA) con el de sistemas de gobernancia y funcionamiento social más cooperativos e inclinados a la socialdemocracia (Alemania, N Zelandia, Dinamarca) es patético. Pero el punto fundamental es que sólo un manejo claro eficiente transparente y científicamente informado del flujo de información creara los niveles de confianza del público en los gobiernos. Esto junto con sistemas de salud fortalecidos en contravía de la ola de austeridad privatización, con inversión intensiva en logística para el manejo de epidemias, será crucial.
El otro aspecto de manejo de información es la cortina de humo acerca de la evidencia de corrupción y el pavoroso nivel de cronysm en los nombramientos burocráticos que parecen realizados con el criterio de ser irrestricto del caudillo y tener algún tipo de antecedente o conexión con criminales de la corrupción, del narco paramilitarismo, del despojo de tierras, de la complicidad con crímenes del ejército (falsos positivos). Desde luego es grave moralmente, si la ética política sigue teniendo relevancia, la posverdad en lanzar desquiciadas falsedades como que Duque ha hecho más por la paz que Santos, como delira la senadora Valencia (una jurada enemiga de la paz a quien el CD nombra su representante en la comisión de paz: no partido de gobierno sino gobierno de partido). Como es escandaloso que la respuesta del fiscal a la evidencia sobre la financiación por un notable narcotraficante socio de Marquitos Figueroa de la campana para la segunda vuelta de Duque en Guajira-Cesar, sea detener a los investigadores e intentar involucrar a Petro en el proceso. Pero un caso como el de una profesional estrella de la estatura de la vice MLR es desastrosamente denotativo sobre el nivel de corrupción y penetración del narco paramilitarismo en los círculos de poder. He sido un admirador de MLR como representante de su género, la he apreciado como profesional competente y no tengo interés particular en atacarla a ella personalmente. Interesa su caso como ilustración del grado en que el narco paramilitarismo ha infiltrado el alto gobierno ya por décadas. Los tres hechos denunciados que ella califica como parte de una conspiración (¿del grupo de Sao Paulo?), la sociedad con Memo fantasma, el narcotráfico de su hermano y los crímenes con falsos positivos de su yerno son significativos como tales en un país putrefacto por la generalidad de esas actuaciones (infiltración del negocio inmobiliario y nexos de terratenientes con paramilitares) más aun por la estatura política y liderazgo burocrático de la actual vice MLR. Cada día surge más evidencia de como el narco paramilitarismo y la corrupción han copado el poder político en Colombia no solo durante y después de los gobiernos del caudillo: procedimientos como acomodaciones en los POT y favorecimientos para y en la asignación de zonas francas son ya una tradición de la que los hijos del caudillo son notables (como también en estafas a la DIAN) exponentes, tradición que viene al menos desde la famosa jugada (cambio de destinación y compra) de Chambacú por Araujo Garcia y Moreno denunciada por DArtagnan. Ahora emerge abundante evidencia sobre la asociación de Hitos urbanos de la vice y su esposo (incluyendo el intento de oscurecerla con una carta al fiscal cuando MLR se lanzaba como precandidata a la vicepresidencia), presentada en forma profesional y rigurosa por JmcDermott. La forma como la arrogancia y la superioridad moral defensiva alegando conspiración en su contra en vez de responder de la vice MLR desatada contra JmcDermott fue dirigida anteriormente contra D’Artagnan por haber denunciado el favorecimiento a su esposo en la asignación de una zona franca (está también la licencia a un proyecto de Hitos en S Andrés sin Agua). He admirado a MLR pero su habilidad y la de sus aliados para obscurecer los temas para protegerse de evidencia en su contra ha resultado aterradora, también con el problema del hermano sobre el cual decir que se la está criticando por ayudarlo es distorsionar totalmente el tema. En un país copado por el narco paramilitarismo con un ejército en parte criminalizado no es irrelevante que la ministra de Defensa tenga un hermano narcotraficante y un yerno asesino de jóvenes desempleados (que no andarían recogiendo café…) por seguir una política de gobierno que criminalizó al ejército. No es simplemente que sea socia de un narcotraficante lavando fortunas, se trata de un genocida responsable de 15.000 asesinatos por el bloque central Bolívar (también nombró ministerio de Defensa a MJ Narváez paramilitar asesino de J Garzón). No es simplemente que su familia tuvo la tragedia de un joven díscolo que en un momento de desorientación cayo en el narcotráfico. Se trata de un canalla por doble concepto pues la verdadera tragedia no es la de la familia Ramírez sino la de las mulas y la de los adictos. Mujeres pauperizadas por la drogadicción son explotadas usando su cuerpo como contenedor, en una operación que pone en peligro su vida y las expone a caer en prisión a pagar por el criminal que las explota. Adictos a la heroína una droga de una adictividad y destructividad de vidas mucho más graves que la coca e infinitamente más severas que las de la marihuana. Reaccionar reclamando una conspiración o decir que simplemente ayudó al hermano mafioso es confundir el tema creando una cortina de humo para distraer; como lo fue que a la vez intentaran desviar la atención calumniando a Petro con acusaciones descabelladas. El ocultamiento de la información en los tres casos sí es turbio por parte de una ministra de defensa y de una vice que fanáticamente desconoce que la costosísima lucha contra el narcotráfico es inconducente: no mella un negocio cuya rentabilidad esta en su ilegalidad sino que favorece el que personajes como su hermano tengan mayores márgenes de ganancia; una ministra que enviaba cientos de jóvenes humildes a enfrentarse con bandas de narco paramilitares.
Se habla de México como el prototipo del narco estado, pero el caso colombiano es más grave o más complicado en dos sentidos. 1) el poder de los narcos ha alcanzado las más altas esferas de manera que el político más poderoso del país sirvió fielmente a Pablo Escobar como director de Aerocivil y en el congreso para impedir la extradición y después de crear las convivir y ayudar a su hermano (doce apóstoles) con el bloque metro, adelantó un acuerdo con los paramilitares con severas limitaciones en materia de desmovilización y reparación, con una benevolencia esa sí cómplice más marcada que la que tanto critican en el acuerdo con las Farc; proceso que estuvo marcado por alta reincidencia y desatención para con las víctimas. Los escándalos de la Ñeñepolítica, de la sociedad de la vice con un narcotraficante genocida, del yerno militar criminalizado y de la presencia en el Ministerio de Defensa cuando era ministra de un narcoparamilitar asesino de J Garzón puesto por el caudillo, son la punta del iceberg del tejido de relaciones de funcionarios y congresistas con el narcoparamilitarismo. 2) El problema se ha complicado al enredarse con la guerra contra la guerrilla y la guerra de los terratenientes ganaderos y bananeros contra los campesinos poseedores de tierras, una reforma agraria al revés impuesta a sangre y fuego por los paramilitares. En esta forma no es sólo la infiltración del poder político por el narcotráfico, como en México, sino también su imbricación con los paramilitares cuyo crecimiento fue disparado por iniciativas desinstitucionalizantes y delegacionistas del populismo de derecha dentro de su pollitica de seguridad democrática como las cooperativas de seguridad convivir. Y en un sintomático y patético movimiento la senadora Cabal, claro del CD, tiene la obscenidad de intenta pasar un proyecto para proteger esas adquisiciones despedazando la ley de restitución a favor de los terratenientes y en contra de las víctimas, más evidencia del poder político del narco paramilitarismo enquistado también en el parlamento y entre algunos gremios del campo en Colombia.