Liderazgo frente a las crisis

Autor: Ricardo Chica Avella
22 marzo de 2020 - 12:32 AM

Si fallamos en la prevención del contagio estamos perdidos, porque la capacidad de respuesta y de manejo es muy limitada. No es pesimismo es estadística

Cartagena

Se nos viene encima en Colombia la que puede ser una de las crisis más graves de nuestra historia por la combinación de la recesión (por precio del petróleo) con unas demandas excepcionales sobre el gasto (y el liderazgo) público en razón del covid-19 y la consiguiente crisis china. Una economía mundial mayormente deprimida (Japón y Europa), cuya excepción, USA, está sufriendo las consecuencias de la guerra comercial con las que se han combinado el impacto de la caída del precio del petróleo (incluyendo el derrumbe del mercado bursátil que refleja además las expectativas de recesión) es impactada por la adición de otro shock de demanda. Al del covid-19 y a la crisis en China, se le agrega el adicional del impacto de la caída del precio del crudo, particularmente en los países exportadores y en los mercados bursátiles (agravando incertidumbre y temor en círculo vicioso), A los exportadores a China (Australia, Taiwán, Corea, Chile, Japón, Perú, Brasil) se suman ahora los exportadores de petróleo, incluyendo México, Brasil, Venezuela y Colombia junto con los grandes (SA, Canadá, USA) (Portafolio). La magnitud del impacto recesivo por el coronavirus se aprecia en que en el primer trimestre el PIB se contraerá USA 2% y en la UE1.8% y en el segundo 3% y 3.3%; y para 2020 se proyecta para un crecimiento del 0.2% como resultado de la combinación virus-precio del petróleo. Latinoamérica se contraerá 1.2% y el crecimiento en Colombia se reducirá al 2.5 % (predicciones hechas sobre la base de una duración y tasa de infección inciertas).

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Estando nosotros muy expuestos a esta caída, ella repercutirá en las cuentas fiscales y la balanza comercial, en la actividad del sector y sus proveedores y en toda la actividad económica en general (menor crecimiento y calificación de la deuda, mayor devaluación e inflación). En estas condiciones enfrentar además una extensión del covid-19 resulta muy difícil sin un cambio de política más radical que reducir la tasa de interés (incluso limitándonos ahora al corto plazo, omitiendo la necesaria diversificación en el largo). La situación pues, se ve exacerbada por la hegemonía de la economía de oferta de derecha que contra toda evidencia insiste en medidas que (como una baja de tasas de interés e impuestos) no sirve mayor cosa en momentos de incertidumbre y expectativas desfavorables, y que limitando así su kit de instrumentos a lo ideológicamente ortodoxo resulta incapaz de abrirlos a lo necesario en emergencias. Con una posición fiscal ya mermada por beneficios injustificables/inconducentes a empresarios, más reducciones de impuestos y de la tasa de interés son inocuas, y debe acudirse a proveer liquidez y subsidios a sectores afectados (o bajo stress) y gasto focalizado en los mismos. No puede enfrentarse el cruce de dos shocks de esa magnitud con los instrumentos ortodoxos acostumbrados. El shock de precio del petróleo va a requerir de compensación keynesiana de la caída del nivel de actividad general incluyendo apoyo a sectores multiplicadores (como la construcción y la infraestructura); mientras la epidemia, de focalizar recursos en sectores vulnerables como el sector de transporte aéreo y del turismo y trasferencias directas de efectivo focalizadas a familias en situación de precariedad. Particularmente, priorizar el sistema de salud que enfrenta una explosión de demanda, tanto para una estrategia de diagnóstico, inicial con termómetros infrarrojos para un screening y kits para tests, como de fortalecimiento y ampliación del sistema asistencial y hospitalario (Portafolio)

Primero, prevención/contención: procedimientos recomendado de asepsia y antisepsia para protegerse y cuidarse del contagio comunitario mediante la distancia social; cuarentenas para evitar efectos multiplicadores, necesarias dado que una persona contagiada puede no hacer síntomas sino hasta los 15 días o incluso pasarle desapercibido por su levedad en forma prolongada, siendo un portador sano con impacto exponencial. Como también diagnóstico temprano con termómetros infrarrojos, y según resultados test con el kit. El énfasis en esta estrategia permite reducir la tasa de contagio disminuyendo así la pendiente de la curva de contagio, la vez la forma de disminuir el número de contagiados, y asignar racionalmente los recursos del sistema para atenderlos. Si se logra evitara así la avalancha sobre el sistema se disminuiría la tasa de mortalidad. El éxito de la estrategia Corea, Singapur Hong Kong y Taiwán se debió énfasis en prevención, contención y diagnóstico temprano: a la combinación de screnning por temperatura, control (multas, aislamiento social), test masivos, información vía celulares, rastreo de contactos Que los únicos casos en los que han podido frenar o retrasar el contagio han sido estos países del Este Asiático (tan cercanos/conectados a/con China) bien equipados con baterías de instrumentos, termómetros infrarrojos y kits para tests (Corea tenía 100.000 unidades y está realizando 20 mil día.) muestra lo obligatorio de esas medidas.

Nada que pueda bajar la probabilidad de una explosión de la pendiente en la curva de infección como las de España/Italia, donde los gobiernos saben que reaccionaron tarde, y están cerrando fronteras, es superfluo, con nuestro déficit de capacidad hospitalaria y equipos para atender semejante emergencia., nada que baje la pendiente a la curva disminuyendo la presión sobre ese sistema puede descalificarse. Argentina, California además de los europeos más afectados han adoptado confinamiento total o parcial y China no hubiera salido si no hubieran sido tan drásticos en esto. Es cierto que el costo económico es muy alto, dice la ministra no podemos paralizar al país, o sea esperaremos a que el virus lo paralice. Y el detectar tempranamente es la única forma de reducir la pendiente de la parte ascendente de la curva epidémica posponiendo su máximo para evitar que sea más alto que la capacidad del sistema. Con un sistema precario como el nuestro la única esperanza es reducir la tasa de contagio evitando así que abrume al sistema, como sucedió en Italia que tiene uno de los mejores sistemas de salud de Europa (del mundo). Nuestro sistema de salud no está ni de lejos preparado para enfrentar esta pandemia en términos de capacidad y equipamiento para diagnóstico y atención; nuestros médicos y enfermeras trabajan ya abrumados, la emergencia los sobrepasará y le puede costar la vida a algunos; como también a una porción importante de personas mayores de 60 años. Si fallamos en la prevención del contagio, acogiendo irresponsablemente personas contagiadas (a que se paseen por la ciudad turística como sucedió en el puerto de Cartagena) estamos perdidos, porque la capacidad de respuesta y de manejo es muy limitada. No es pesimismo es estadística.

Oímos que están dispuestas todas las capacidades para que el sistema de salud atienda a las personas q contraigan la enfermedad. ¿Se trata del presidente de Corea? ¿del primer ministro de Singapur? No, de Duque no tiene ni idea de lo que está diciendo pues cree que la epidemia no va a explotar sobrepasando sus capacidades. Tiene cifras de suficientes UCI, ventiladores/oxígeno, termómetros infrarrojos (screening), tests, ropas/equipo de protección/aislamiento, camas hospitalarias, además de médicos/enfermeras disponibles?; o alguien que le explique qué significa la pendiente esperada de la curva de contagio y que la única salida es bajarla aplanando ésta. ¿Qué tasa de contagio y que existencias se suponen al afirmar que nuestro sistema es suficiente? Alemania espera 60% y el sistema italiano está sobrepasado, ¿está nuestro sistema mejor preparados que ellos? Hace rato deberían haber adelantado a un inversión masiva en esto. Las medidas anunciadas son too little too late mientras no hagan una inversión masiva con crédito de BR (UK apropio 15% del PIB para la emergencia) en equipos de detección temprana (termómetros infrarrojos) y diagnóstico tests (descentralizados); y tratamiento (uci, ventiladores/oxígeno, respiradores y equipo de protección, camas hospitalarias de emergencia) incluyendo aumentar personal capacitado. El estado actual de la epidemia no tiene nada que ver: estadísticamente se puede esperar una explosión pronto y no se puede afirmar así que nuestro sistema está preparado (¡Italia!). Algunas tasas de infección (subestimadas por falta de screening y de tests) son: China 56, Italia 591, Irán 207, España 298 al 143, Francia 140, Corea 164, USA 24 por millón, pero a medida que avance la infección y se extiendan los tests esta subirá explosivamente (salvo ya en China). Con una tasa de 100 por millón tendríamos 2.500 enfermos, (suponiendo la mitad de la población estará expuesta, y que la subestimación por no diagnostico se compensa con los que no se agravan), si nos va mejor que a los europeos y a Corea (con sistemas de detección y de diagnóstico superiores, además de más robustos sistemas de salud), y también crecerán por las mismas razones.

No hay duda de que si se limitan los focos de propagación la probabilidad de infección disminuye. Lo que la sociedad tiene que decidir es que costos está dispuesta a asumir para bajar esa probabilidad, es decir un análisis del beneficio esperado de cada medida o la decisión política de adoptarla o no. El problema es que estamos hablando de vidas humanas y no es sencillo valuar estas en forma de poder hacer ese cálculo desconociendo el aspecto ético. Alguien podrá decir que una vida humana vale más que el costo de todas las medidas que bajen la probabilidad de su perdida, pero la sociedad tampoco tiene recursos ilimitados y las medidas tienen costos económicos que también afectarán a la población. En una situación de tan severas e importantes externalidades la conducta individual deja de ser un asunto privado y pasa a ser uno social. No solamente los funcionarios que tienen que decidir y actuar sobre mecanismos y restricciones, como el salvaje que dejo entrar al crucero y desembarcar pasajeros del crucero a que se pasearan por todo Cartagena, multiplicando así los focos de propagación (una actitud análoga de un pastor protestante en Corea que no cumplió con la obligación de reportar a todos los asistentes a un servicio del cual salieron todos los casos que desataron su grave brote, quien fue acusado de homicidio no culposo y enfrentaba cárcel). Cada uno de nosotros al descuidar algún mecanismo que impida el contagio propio o ajeno, esta incrementado la probabilidad de contagio y consiguientemente de eventuales muertes. Se ha dicho que no es solamente el trade off contención vs economía sino que entran también las libertades individuales, pero, primero en una situación de tan gigantes y tremendas externalidades negativas en la cual las decisiones que toma el individuo pueden determinar la muerte de una enorme cantidad de personas, esa consideración es irrelevante. Y segundo, qué es libertad? En la tradición filosófica occidental de Jesús a Kant el individuo es libre si actúa conforme a principios como la regla de oro de Jesús (trata a los demás como quieras que ellos te traten) o su generalización por Kant (actúa en una forma que pueda ser norma para todos), en el primer caso por caridad y en el segundo por racionalidad. Como se trata es de pensar en los demás y no de hacer lo que me guste, no tiene sentido complicar el ya complejo trade off con un tercer factor irrelevante en este caso y en ese último sentido. Como en Asia el colectivo prima sobre el individuo.

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Que el excelente sistema de salud italiano esté sobrepasado (están teniendo que dejar morir los enfermos en sus casas) ilustra lo demandante de la situación; y el contraste entre Corea e Irán muestra la diferencia que puede hacer una adecuada respuesta por parte del gobierno. ¿Qué están esperando BR y gobierno para que el primero le compre bonos al segundo? O siguen la misma lógica insensata de la ministra de las etapas que desconoce que 4/5 de los enfermos en China fue infectada por personas que no sabían estar enfermas y que es absurdo esperar a que la pendiente de la curva de infección se dispare, y a seguir trayectorias como la de Italia, para tomar medidas más drásticas para bajar la pendiente y fortalecer el sistema de salud. Esto y proteger capacidad productiva de la destrucción por recesión/medidas requiere recursos masivos oportunos, pero será mucho más costoso reconstruir (los economistas siguen a los físicos en llamar histéresis a un proceso en el cual un sistema regresa hacia el equilibrio solo parcialmente, en este caso quedando por debajo de éste por la pérdida de capacidades).

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