Un problema de liderazgo

Autor: Ricardo Chica Avella
17 mayo de 2020 - 12:02 AM

¿Qué y cómo ir abriendo?, ¿bajo qué condiciones y protocolos? Lastimosamente en la primera de esas condiciones, testing/rastrear/aislar, que los países de mejor manejo enfatizan marcadamente pues dan bioseguridad y confianza en ese regreso, nosotros estamos muy atrasados.

Cartagena

Una crisis como la presente requiere, a todos los niveles, del global al municipal, un liderazgo que tenga claridad sobre el problema, confiabilidad que de tranquilidad tome decisiones en forma racional informada científicamente, incluyendo la eficiencia de su impacto, las comunique en forma que motive las conductas, y guie en forma que induzca a su seguimiento. ¿Conjunto vacío en el mundo actual? Probablemente sea así con la notable excepción de la Sra. Merkel, quien con su formación científica comunica, analiza, anuncia y motiva con absoluta claridad y justificación en ciencia; ojalá este modelo se extendiera a una ingeniería social así basada como la que reclama GTumberg sobre la catástrofe ecológica y climática.

Lea también: Liderazgo frente a la crisis

 

Las fallas de las instituciones, gobiernos y sus líderes se ha acumulado en forma aterradora: el manejo de cheerleader electoral narcisista incompetente e ignórate, ridículo si no fuere tan peligroso, de Trump que va lograr hacer, con la colaboración de sus seguidores, a USA el epicentro y multiplicador de vectores hacia el mundo entero; el ocultamiento e inmovilidad inicial del partido comunista en China que le dio tiempo a la pandemia de explotar de Wuhan al mundo entero; la complicidad de la OMS y de su director Tedros en ese manejo más su incompetente retraso en apreciar y anunciar la urgencia de remedios drásticos; el absurdo experimento en herd inmunity de BJohnson en UK que casi le cuesta la vida a él y se la costó a miles de británicos; la inverosímil irresponsabilidad ignorancia y malicia de Bolsonaro que así le costará a miles de brasileros, especialmente a lo muchos en pobreza extrema; la incapacidad (fundamentalmente debida al torpedeo de USA), salvo en el campo de la ciencia y la alianza para la producción de la vacuna (de lo cual Trump trata de aislar a USA), de coordinar una estrategia cooperativa de apoyo de G20+BM+FMI a los países más vulnerables en el Sur global (Africa donde se calcula 250’ se infectaran, o Sur Asia, India donde al menos 100’ de trabajadores migrantes esa atrapados en condiciones miserables) donde de no lograrse esa movilización la pandemia ser un horror. Ya surgieron los primeros casos en el campo de refugiados Rohingya en Bangladesh donde están hacinadas casi 1’ de personas, y así seguirán en Sudan, Congo, Yemen y en el gueto de Gaza, donde el contagio explosivo diezmará a su población.

Claro que los problemas no tienen nada de simple, en particular el manejo del trade-off [control/modulación vs ingreso/empleo], activando en forma de que el trade-off no se desplace a [empleo en el corto plazo vs empleo en el largo plazo] como resultado de una segunda ola que suma a la economía en una recesión más costosa. La discusión se ha desplazado entonces más a cómo abrir que a cuándo abrir dado que los costos en bienestar y capacidad productiva están subiendo demasiado y el virus permanecerá de manera que hay que aprender a vivir en el nuevo normal de la presencia del virus, y de restricciones a la interacción social o normas de seguridad biológica que determinarán el funcionamiento de los negocios, incluida una mayor conducción de estos por internet (con el beneficio para el medio ambiente de menos viajes en avión). Grave eso sí que el trade-off se convierta en [ciencia vs economía] con un Trump obsesionado por ganar las elecciones descalifica la ciencia sobre el problema invitando una reactivación alocada (¡a liberar!), como la que esta teniendo lugar en varios estados, terrible en Wisconsin donde a pesar de los esfuerzos del gobernador la gente se lanzó a bares y restaurantes sin ninguna protección ni distanciamiento, estupidez e ignorancia (resultante de un veto en el senado republicano) que se traducirá en explosión de infecciones y de muertes.

Ya se están evidenciando asomos de la temida y anunciada 2ª ola como resultado del relajamiento de las restricciones en países campeones en manejo en Asia, como en Alemania que regresó de supresión (R0<1) a mitigación (R0>1). Pero allá este riesgo es compensado con la combinación testing/rastreo muy sofisticada junto con excelente capacidad hospitalaria. Nosotros, además de que carecemos de estas tampoco acá se ha dado tiempo asesoría y financiación a los empresarios para adecuar sus espacios de trabajo, sometiéndolos a ellos y a los trabajadores a presiones y riesgos excesivos y creando tensiones entre ellos sobre si esos lugares si tienen los niveles de bioseguridad adecuados. Esto cuando la información sobre la situación es muy deficiente sobre todo por la falta de testing, pero además por la neblina defensivamente creada que impide recibir información clara y precisa (ej. R0), cuando la calidad y disponibilidad es crítica para monitorear el proceso. Colombia además enfrenará la amenaza del riesgo de la explosión en sus fronteras, la cual ya tuvo lugar en Ecuador y tendrá lugar en mayores proporciones en Brasil y Venezuela que se convertirán en epicentros por la incompetencia de sus presidentes (y la segunda porque los salvatajes chavistas destruyeron hasta el sistema de salud). Además cada día emerge más información sobre lo devastador de covid19, en materia de contagiosidad (estudios sobre como permanece en el aire por 12 min, el alto volumen que sale al hablar y como se agitan con las corrientes de aire como el aire acondicionado permaneciendo en el aire, como se adhiere a superficies de manera que en un comedor grande en nada esta adherido a muchas superficies por que la persona que tocó algo no no hacia desinfectado); o este horror del síndrome multi-inflamatorio pediátrico en los países que ya avanzaron a R0<1 que se desata al mes de haber sido contagiado de novel coronavirus, un ataque autoinmune a todos los órganos del bebe. La improvisación, la falla de una preparación adecuada y las medidas too lilttle too late, pueden llegar a ser fatales con todas estas complicaciones.

El normal antes tenía poco de satisfactorio: abundancia de enfermedades crónicas (ligadas a dietas malsanas y stress), severa desigualdad y catástrofe climática, todas realidades agudizadas por la pandemia. Esta además es ahora más probable porque ¾ de los virus vienen de animales (algunos como los murciélagos con cargas virales pavorosas) y nosotros los estamos tratando en forma que invita el contagio: industrial farming en hacinamiento cruel y uso extensivo de antibióticos que generan bacterias resistentes, intrusión en ecosistemas de los animales para explotación, calentamiento que cataliza los virus además de destruir sus ecosistemas con incendios etc., este vector se hará más peligroso. Más manejos antihigiénicos como del wet market en Wuhan, complicados por el manejo de la información por el partido comunista chino al inicio de la epidemia, que facilitó la disparada de vectores a todo el mundo en forma fatal.

Desde el punto de vista de gobernancia y regulación se viene un período que requiere capacidades muy potentes de diseño, implementación e imposición, imposibles de desarrollar sin una concepción nueva del Estado y su relación con la economía que no sucumba a primacía y determinancia del mercado como viene sucediendo con la ola neoliberal desde 1974. Esto es así, primero, en el corto y mediano plazo, pues no se trata de abrir como tocó cerrar, esto ya no es una decisión binaria abierto/cerrado sino sobre cómo ir abriendo en forma rigurosamente planificada y justificada desde el punto de vista epidemiológico y de bioseguridad. ¿Qué y cómo ir abriendo?, ¿bajo qué condiciones y protocolos? Lastimosamente en la primera de esas condiciones, testing/rastrear/aislar, que los países de mejor manejo enfatizan marcadamente pues dan bioseguridad y confianza en ese regreso, nosotros estamos muy atrasados.

También en el largo plazo, se ha evidenciado el costo de haber reducir el estado, los impuestos y los presupuestos para salud y la necesidad de una redefinición de roles Estado Economía Sociedad más allá de la neoliberal. La pandemia ha hecho patente la necesidad de recuperar la capacidad del Estado para atender adecuadamente las necesidades en salud, y más generalmente en gasto social que ataque no solo la forma como la severa inequidad ha agravado el impacto de la pandemia sobre los ms pobres (hecho patente por el desproporcionado sobre afroamericanos y latinos en USA) a la vez que ésta ha reforzado la inequidad. Desde luego un replanteamiento así requiere una revisión de la visión del Estado concentrado en fomentar la rentabilidad empresarial como el criterio definitorio y manejar impuestos y subsidios no solamente para favorecerla, sino también para fortalecer los ingresos de trabajadores, incluso los informales. Como también en materia de desarrollo productivo se requiere un cambio de paradigma de la neutralidad (con su implícita mala selectividad) a una adecuada consideración de la rentabilidad social relativa de los sectores, con criterios como el ambiental el de externalidades tecnológicas, empleo y formalización del trabajo; cuya ausencia en el minero energético no frena el sesgo gubernamental ahora renovado hacia el futuro con nuevos proyectos. Y como la recuperación será lenta, las demandas de gasto se acumularan, así será necesario imbricar la política de crecimiento con la de recuperación.

Cuando se necesitan líderes como W Brandt o FD Roosevelt o Kennedy u Obama a nivel mundial o C Lleras o los López a nivel nacional, estamos en manos de Trump y del CD. Aunque es imposible llegar a los alucinantes extremos de Trump solamente alcanzables en USA republicano, la crisis de liderazgo que azota al mundo en momento tan crítico nos afecta con el grado de cronysmo y de ineptitud del alto gobierno en el caso de funcionarios carentes de mérito profesional diferente a ser militante o contribuyente al CD (servicios prestados al caudillo). El ministro de salud (¡cuanto extrañamos a Gaviria!), la saliente de TIC, la ministra del interior, son ejemplos. E incluso profesionales competentes como el de hacienda (¡cuanto extrañamos a Cárdenas! más competente y lejos del ultra con una aversión tribal contra quien caiga por fuera de su favorecida rosca del gran capital), o como la vicepresidente y la ministra del transporte contagiadas por sus colegas militantes del CD. Lo que no quita desde luego que en varias instancias y dependencias haya grupos técnicamente muy bien capacitados y empeñados en servirle al país antes de que a la tribu CD.

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Hacia adelante se deslumbran circunstancias de una complejidad y dificultad probablemente sin precedente en nuestra historia. Podrá este gobierno alzarse por encima de la politiquería y la corrupción que lo consume (incluso en el ejército) y responder a este reto histórico? Dios así lo que quiera por el bien de los colombianos, sobre todo de los más pobres.

 

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