Las condiciones climáticas y el caudal del río Cauca han permitido una mejora en el estado de alerta que tiene hoy el proyecto hidroeléctrico más importante de Colombia. La novedad de este viernes es la continuidad de las obras para completar el muro de la presa. La salida de agua que pega en la base de la presa es leve, pero se tiene previsto que mediante diseños se intervenga el enrocado en las próximas horas.
El proyecto hidroeléctrico de Ituango, en Antioquia, continúa en cuidados intensivos. Sin embargo, en las últimas horas ha tenido una leve y esperanzadora mejoría que vislumbra un punto firme para el fin del estado de alerta máxima en que se encuentra la obra y la región ante un posible derrumbamiento de la presa que contiene las aguas del río Cauca.
El semblante del gerente general de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, en la ya habitual rueda de prensa para contar los avances o retrocesos del proyecto, fue distinto a los de los últimos días. Su tono de voz mejoró, la postura expresó más seguridad y volvieron los ademanes para representar que a diferencia de ayer las condiciones de Hidroituango sufrieron una mejoría.
A la cabeza de EPM se le pueden leer las noticias sobre el proyecto con solo observarle: “sigue mostrando señales positivas en varios sentidos”, indicó al iniciar su intervención. La primera, según explicó, tiene que ver con la cantidad de agua que está llegando por el río a la represa, que en las últimas horas ha sido un 20% menor a la magnitud de días pasados.
“Hoy estamos estimando unos caudales de ingreso entre los 1.500 y 1.600 metros cúbicos por segundos y eso está por debajo de los 2.200 que teníamos días atrás lo cual es bastante positivo porque estamos en tiempo embalse y no en tiempo reloj”, aseguró.
Asimismo, se conoció que el caudal que está saliendo aguas abajo se ha normalizado y está entre los 1.700 y 1.800 metros cúbicos por segundo, lo cual ha permitido que la cota del embalse haya disminuido de la 369 a la 368.2 pasadas 24 horas del último reporte.
“Estos niveles están saliendo por dos vías: una por dos túneles de descarga de casa de máquinas y otra parte, un 25%, está saliendo por la galería 284, que es el túnel vial”, confirmó Londoño De la Cuesta.
En cuanto a las labores de construcción de la presa, que es el principal objetivo de EPM ante el riesgo de colapso, una vez más dejó entrever la satisfacción de que pese a que el agua continúa saliendo por las vías de los camiones y volquetas, ya se están acondicionando otros caminos con el fin de proveer los 90.000 metros cúbicos de material que le hacen falta al muro del proyecto entre roca, limo arcilloso y otros compuestos. Así que la construcción se reanudó.
“Amanecimos en la cota 404. La meta inicial es la 410 que nos permite tener seguridad para en determinado momento poder echar el agua por el vertedero. Pero la 410 no es el fin. Vamos a continuar para llegar a la 415 y luego 420 para darle más seguridad a las condiciones de la presa”, expresó el gerente de EPM.
La idea de ampliar más el muro tiene que ver con prevención de poder soportar caudales de entrada de hasta 7.000 metros cúbicos por segundo una vez el embalse esté operativo y que no haya riesgo alguno en que se desborde.
Sólo al momento de alcanzar la cota 410 se podría tomar la orden de evacuar agua a través del vertedero. Según se estima, alcanzar este nivel, si las condiciones climáticas y de la presa lo permiten, no sería hasta principios de la próxima semana.
De completarse el muro, se tendrían dos posibilidades ya de evacuar un gran volumen de agua: “Eso es lo importante, que vamos a tener dos alternativas para darle manejo a la salida del agua y cuando ya tenemos dos alternativas la seguridad que vamos a poder ofrecer es mucho mayor”, resaltó Londoño De La cuesta.
Uno de los beneficios inmediatos de completar el muro de la presa es poder cerrar dos de las cuatro compuertas de casa de máquinas para que el agua de la galería de tránsito 284 no siga golpeando la pata de la presa, lo cual podría generar una desestabilización y erosión que potencialmente tumbaría todo el proyecto.
Mientras tanto, los monitoreos siguen en la zona y no se reporta movimiento alguno o implicaciones para la base de la presa. EPM sigue en su preocupación de que esta agua esté saliendo por este lugar, pero también manifestó tranquilidad toda vez que la presión a la que sale el agua no es grande y por ello mediante unos diseños en el enrocado se podría alivianar la carga de este punto crítico para la salud de la estructura.
“En estos momentos se está diseñando cual es el mejor tipo de enrocado para solucionar la situación no sólo a corto plazo, sino a mediano plazo, para que el agua que fluye por ahí lo haga de una forma que no vaya a producir daños”, aseveró Londoño De la Cuesta.
No obstante, la mejoría que ha presentado el proyecto no lo saca aún de cuidados intensivos. Será un tema largo, que tome semanas para retornar a la normalidad, esa misma que dependerá que la construcción total del muro de la presa y las labores para recuperar la casa de máquinas.
“Una vez que digamos que desinundamos casa de máquinas es cuando podríamos decir que retomamos el control de la presa”, finalizó el gerente de EPM, en un tono más esperanzador para quienes hoy se resguardan en albergues por la alerta máxima de que una ola de más de 26 metros arrase sus poblaciones.
Por el momento, a través de los Puestos de Mando Unificados (PMU) de Bogotá, Medellín, Ituango y Valdivia, instalados de manera permanente, trabajan articuladamente la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Ministerio de Minas, Dapard, Cruz Roja, Ejército Nacional, Policía Nacional, los bomberos y EPM, en los planes de evacuación y atención previendo el peor escenario posible que sería que el proyecto colapsara.
La alerta máxima sigue en las localidades ubicadas aguas abajo del proyecto, en las riberas del río Cauca: Ituango, Briceño, Valdivia (corregimiento de Puerto Valdivia), Cáceres, Tarazá, Caucasia y Nechí.