Nos encanta seguir realizando el evento deportivo y recreativo de mayor tamaño organizado en el país para que los niños disfruten de un día de ciclismo
Ni los aguaceros, la llovizna o los resbalones que ellos provocaban, borraron de los niños, familias, aliados y miembros de FundaMundo y EL MUNDO, las sonrisas dibujadas por la alegría de ser partícipes, y ganadores, en la XVIII edición del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil.
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Estamos felices de haber convocado a los niños y sus familias, a estrellas como el legendario Cochise Rodríguez, a nuestros aliados y patrocinadores, a los artistas que lideraron la carpa de la cultura, a reencontrarse, o a verse por primera vez. Nos encanta seguir realizando el evento deportivo y recreativo de mayor tamaño organizado en el país para que los niños disfruten de un día de ciclismo y sus familias gocen de reunirse para celebrar a sus niños.
Las familias y los niños, casi un millar de otros municipios y departamentos, corrieron y partieron felices porque todos fueron ganadores. Los competidores que alcanzaron el podio fueron jóvenes Rigobertos, Nairos, Chavitos, y otros colegas, que empiezan a vivir la inmensa alegría de superarse a sí mismos en los difíciles retos del deporte. Los niños que no llegaron al podio, y quienes corrieron en las categorías no competitivas, partieron hechos una fiesta, por haber sido parte de las concurridas mangas y haber disfrutado de un día de deporte, diversión y regalos.
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La liga del ciclismo, nuestra aliada técnica, y sus jueces, rigurosos calificadores de las competencias, se encontraron en la felicidad de seguir contribuyendo a la identificación y formación de los ciclistas que renovarán uno de los deportes con mayor potencial en el país.
Estamos agradecidos con cada uno de los participantes, organizadores, aliados, con cada familia. Su comportamiento ejemplar, sus aportes generosos para hacer de este un gran día, dejaron en nuestra vida una nueva sonrisa de satisfacción por este Clásico. Y en nuestros corazones el compromiso de emprender la preparación de la XXIX edición, que nos convocará, si Dios así lo quiere, en 2018. Hasta entonces.