Tengo en gran estima a Federico Gutiérrez. Es un hombre bien intencionado, decente y de trato amable. En la crisis de Hidroituango estuvo a la altura. En lugar de tratar de responsabilizar precipitadamente a los directivos y técnicos de EPM, se puso a su lado y los acompañó en los más difíciles momentos, sin detenerse a pensar en el efecto que esto podría tener sobre su imagen política. Creo que, vista en su conjunto, su gestión al frente de la Alcaldía ha sido buena para la Ciudad y ajustada a sus promesas de campaña.

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Por eso me sorprendió su supuesto apoyo a la candidatura a la alcaldía de un personaje anodino que no tenía para presentarse ante la opinión publica otra credencial que proclamarse como “el de Fico”. Difícil encontrar una figura más carente de sustancia, más desprovista de personalidad política. Esto, que parecía un comportamiento inapropiado al inicio de la campaña, se ha convertido en una actitud irresponsable ahora que la campaña se acerca a su fin.

Medellín ha sido una ciudad bien gobernada durante la vigencia de la elección popular de alcaldes. Los servicios públicos son bien administrados, el transporte público funciona y crece en cobertura y mejora en calidad, las obras se hacen relativamente bien ajustadas a los presupuestos y cronogramas y hemos estado libres de los escándalos de corrupción que aquejan a otras capitales. La clave de todo está en el respeto de sucesivos alcaldes a la institucionalidad construida a lo largo de muchísimos años.

La irrupción en el panorama político local de un personaje afecto a los dirigentes de izquierda totalitaria que durante 12 años mal gobernaron a Bogotá puede poner en riesgo esa institucionalidad, si el voto del centro y la derecha se divide y ese personaje toma por asalto la alcaldía de Medellín, como en su momento ocurrió en la Capital con Lucho Garzón, Moreno Rojas y Gustavo Petro quienes alcanzaron la investidura con votaciones de 30% o 35%.

“El de Fico” no tiene ya ningún chance de ganar las elecciones del 27 de octubre, pero sí tiene la posibilidad de hacerle a la ciudad un gran daño si su candidatura obstinada permite que “El de Petro” las gane con 25% o 30% de la votación. Es probable que el candidato anodino, en su vanidad de principiante, quiera llegar hasta el final, con la ilusión de “posicionar” su figura para una elección futura. Iluso que no entiende que ese sería el fin de su incipiente carrera política pues su contribución a la victoria de “El de Petro” lo haría merecedor del repudio de la ciudadanía de Medellín.

El debate político local no siempre puede sustraerse, quizás nunca, al debate político nacional y a las visiones de la economía, la sociedad y el gobierno subyacentes. Hoy, en las principales ciudades del país se enfrentan dos concepciones políticas completamente opuestas. En Cali y Bogotá hay sendos candidatos de la izquierda totalitaria con posibilidades ganar las elecciones con no más de un 30% de los votos, ante la división de las fuerzas del centro y la derecha. En Medellín, por primera vez, tenemos una situación semejante con un candidato que quiere ocultar su vergonzosa filiación.

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No creo que Federico Gutiérrez quiera inmolarse políticamente al lado de su supuesto protegido. Debe dejarlo, declarando, simplemente, que el alcalde no tiene candidato. De esta forma mostraría que ha empezado a entender que las aventuras electorales en solitario permiten, a veces, victorias episódicas mas no una proyección política de largo aliento y de alcance nacional. Mostraría también que no quiere repetir la experiencia de Fajardo, quien acabó su vida política sumido en el lodazal de los partidos de la izquierda totalitaria del Foro de Sao Paulo, después de repudiar, con su vanidad de impoluto solitario, los partidos de la derecha liberal y democrática.

Comentarios:

Andres
2019-10-16 09:05:51

Me entristece profundamente que este diario se preste para publicar columnas con un claro mensaje de propaganda negra, mentirosa y malintencionada para afectar a uno de los candidatos. Por mi parte, abandono este diario hoy mismo.

Gustavo Adolfo
2019-10-15 15:27:33

El articulista parece desconocer que en Medellín, a diferencia del fenómeno presentado para la Presidencia de la República, no solo existe derecha e izquierda, sino que, por el contrario, se presenta todo un abanico de opciones para la alcaldía. Allí se encuentra Juan Carlos Velez, un hombre con trayectoria política y empresarial, con un programa de gobierno claro, amplio, con grandes propuestas, y, alejado hoy de izquierdas y derechas. Medellín, no puede tragar entero y aprovechar esta gran oportunidad de elegir a un buen gobernante, que no está enmarcado en izquierdas retrogradas, ni apoyar un candidato de derecha, ingenuo, incapaz, y sin ninguna ejecutoría política, pública, ni privada, como el que están queriendo imponer.

Caflos
2019-10-15 12:47:35

En la controversia política lo que debe prevalecer es el análisis objetivo y las prácticas decentes en la información. Esta columna es lamentable: llena de afirmaciones sin soporte, con la clara intención de recurrir al miedo mediante asociaciones que no existen. El de Petro es Jairo Herrán, no hay ningún otro candidato de esa corriente ideológica. Además es falso que en Medellín todo haya sido transparente en el manejo de los recursos. Lo que sí hay es un muy efectivo control mediático y jurídico para esconder in eficiencias y actos de corrupción. Lo que refleja el autor es el miedo propio de quienes han detentado el poder y temen perder sus privilegios. "Veritas liberabit vos"

Alexander
2019-10-15 10:51:31

Que vergüenza que un el mundo se preste para manipular la opinión pública. Que falta de independencia definitivamente hay que apoyar noticias uno la red independiente.

Edgar
2019-10-15 09:22:41

Indudablemente Fico ha sido un buen gobernante, como lo expresa Don Luis Guillermo Vélez, nada qué agregar ahí. Difiero un poco en cuanto la visión acerca de Santiago Gómez, quien parece tener buenos conocimientos acerca de nuestra urbe. El problema radica en que sacó sus vallas en tiempos no autorizados y, además, con la leyenda de "El de Fico", cosa que nuestro burgomaestre no ha desautorizado, que lo debería haber hecho hace tiempo. Eso suena y es ilegal, con el peligro de recibir condenas pecuniarias por el asunto. Y respecto de Daniel Quintero, aunque les cueste reconocerlo a algunos, es un mentiroso: se proclama "Independiente", y nadie es independiente puesto que se debe a quienes lo apoyan desde la asamblea, el concejo, el congreso, los empresarios que le aportan, Y Daniel Quintero tiene como su mentor, con todo derecho, a Gustavo Petro, personaje éste que arrastra una historia vergonzosa de su paso por la alcaldía de Bogotá.

JOHN JAIRO
2019-10-15 08:59:06

Nada está dicho en una ciudad que no come cuento y Medellín siendo una metrópoli tan compleja no le queda grande a un Líder que además de sus estudios y la experiencia adquirida; seguirá estando bien acompañado por un Alcalde con la buena radiografía que hace el Columnista....sorpresas llegarán y hay que guardar tinta para escribir las buenas nuevas....iluso? Talvez, pero el respeto debe prevalecer hacia los que se atreven a poner su nombre para que los dilapiden como en este caso lo hacen con el Candidato Santiago Gómez Barrera.

Raúl de J
2019-10-15 06:34:56

Mucho de manipulación y especulación en este artículo. Soy Conservador y no voy a votar por Daniel Quintero, pero este articulista parece desconocer que ha sido la misma derecha, con un candidato de muy bajo perfil, la que quiere imponerse electoralmente en Medellín y ha dado lugar a que una tendencia de izquierda se convierta en una opción. Creo que el Centro Democrático se equivocó con los candidatos a Gobernación de Antioquia y Alcaldía de Medellín y su terquedad quiere arrastrar, forzosamente, con un discurso del miedo como el que agencia el articulista Luis Guillermo Vélez Álvarez, a quienes van a votar con responsabilidad fundada en la hoja de vida, la trayectoria y la pulcritud de los candidatos más allá de los conceptos de derecha o izquierda. ¿Por qué, por ejemplo, el Centro Democrático no le apostó a un candidato a la Gobernación impoluto y de buena hoja de vida como el conservador Juan Camilo Restrepo? ¿Por qué los dirigentes del Centro Democrático no le apostaron a un candidato de competencias reconocidas como Juan Carlos Vélez Uribe y prefirieron complacer los caprichos del Dr. Luis Alfredo Ramos? ¿Por qué los mejores candidatos de la derecha, se le deben unir a los que no cuentan con las competencias o no gozan de la aceptación del elector? Son muchas las preguntas que deben formulársele al expresidente Uribe y a todo su equipo de trabajo.

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