La organización reveló que la persecución sufrida por la comunidad Rohinyá deja, además de desplazamientos masivos, una cifra de muertos en la que se cuentan al menos 730 niños.
Al menos 6.700 rohinyás, incluidos 730 niños menores de cinco años, han muerto en Birmania (Myanmar) desde el pasado 25 de agosto como consecuencia de la violencia que ha llevado a cientos de miles de miembros de esa comunidad a huir a Bangladesh, informó la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
De acuerdo con varios recuentos realizados por la organización en los campos de refugiados de Cox's Bazar, en el sureste de Bangladesh, al menos 9.000 rohinyás murieron entre el 25 de agosto y el 24 de septiembre, un 71,7% de ellos a consecuencia de la violencia, señaló MSF en un comunicado.
"Al menos 6.700 rohinyás, de acuerdo con los sondeos más conservadores, se estima que han muerto, incluyendo al menos 730 niños menores de cinco años", indicó la organización.
MSF afirma que estos datos son la prueba más clara de la violencia que comenzó el 25 de agosto cuando los militares, la policía y las milicias locales en Birmania lanzaron las últimas "operaciones de limpieza" en respuesta a los ataques del insurgente Ejército de Salvación Rohiyá de Arakan.
"Lo que encontramos es impactante, tanto en términos de cifras de personas que hablaron de un familiar muerto como resultado de la violencia, como las formas horribles en que relataron que fueron asesinados o gravemente heridos", comentó el director Médico de MSF, Sidney Wong, en la nota.
Los sondeos, un total de seis, fueron realizados en noviembre, y abarcaron a 608.108, personas, 503.698 llegadas después del 25 de agosto, a los campos de Bangladesh.
La organización señaló que, si la proporción de muertos en la población encuestada se extiende al resto de recién llegados, un total de 647.000 hasta el momento, entre 9.425 y 13.759 rohinyás murieron en los primeros 31 días después del inicio de la violencia, entre ellos, mil niños menores de cinco años.
Los datos recopilados precisan que un 69% de las muertos lo fueron por disparos, seguidos por los quemados dentro de sus casas (9 %) o apaleados (5 %).
En el caso de los niños menores de 5 años, 59 murieron por disparos, 15 quemados vivos en sus casas, 7 apelados y 2 % por explosiones de minas.
Wong considera que probablemente las cifras reales de muertos sean mayores ya que no se consultaron todos los campos y no se contabilizaron las familias que nunca lograron salir de Birmania.
"Actualmente las personas siguen llegando desde Birmania a Bangladesh y los que logran cruzar la frontera todavía reportan haber sufrido violencia en semanas recientes", agregó.
De acuerdo con Naciones Unidas, miles de rohinyás siguen llegando semanalmente a Bangladesh huyendo de Birmania, país que no reconoce a este minoría musulmana como ciudadanos, y que sin embargo niega estar llevando a cabo ninguna campaña y responsabiliza a grupos terroristas rohinyás de la violencia.
Organismos de derechos humanos y las Naciones Unidas han acusado a Birmania de llevar a cabo "una limpieza étnica" en el estado Rakáin, en el oeste del país y lugar en el que vivían los alrededor de un millón de rohinyás que habitaban en Birmania antes de esta crisis.
Estados Unidos también ha calificado la campaña de limpieza étnica y el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha dicho que hay indicios de "genocidio".