Los bombardeos se registraron en las poblaciones de Kafr Batna y Saqba y coinciden con la salida este viernes de miles de civiles de Guta Oriental, cuyo número alcanza los 1.800.
Al menos 57 civiles murieron este viernes por bombardeos de aviones rusos contra las poblaciones de Kafr Batna y Saqba, en la región de Guta Oriental, el principal bastión opositor a las afueras de Damasco y objetivo de una ofensiva del ejército sirio y sus aliados.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisó que 46 de esas víctimas mortales, entre ellas nueve menores, perdieron la vida en Kafr Batna, mientras que el resto se registraron en Saqba. Ambas localidades están bajo el control de la facción islamista la Legión de la Misericordia.
La fuente destacó que algunos de los cadáveres estaban completamente calcinados, mientras que otros presentaban quemaduras en algunas partes de sus cuerpos.
Los aviones rusos emplearon bombas de racimo, prohibidas internacionalmente, aseguró el Observatorio. Esos proyectiles están cargados con una sustancia denominada termita, compuesta de polvo de aluminio y óxido de hierro, que causa quemaduras porque su combustión dura tres minutos después de ser lanzada.
Esa clase de bomba, que pesa alrededor de 500 kilos y tiene un alcance de entre 20 y 30 metros, contiene entre 50 y 110 proyectiles, con termita en su interior, según el Observatorio, que recordó que Rusia ha empleado municiones de racimo en sus bombardeos de las últimas semanas.
Los bombardeos coinciden con la salida de este viernes de miles de civiles de Guta Oriental, cuyo número alcanza los 1.800. Esas personas están abandonando las áreas en poder de la Legión de la Misericordia a través del corredor abierto por las autoridades sirias en Hamuriya.
A partir del 18 de febrero se intensificaron los bombardeos de la aviación siria y la rusa, y los disparos de la artillería gubernamental contra Guta Oriental, que fueron el preludio de la incursión terrestre iniciada una semana después por las fuerzas leales al Gobierno sirio.