Se trata de un simulador de alta fidelidad en que la entidad invirtió $249 millones.
El nuevo paciente del Área de Simulación del Centro de Servicios de Salud del Sena, convulsiona, habla, tose, suda. Además puede programársele los signos vitales, la respiración, el pulso, el reflejo pupilar y la temperatura corporal. Los aprendices practican en él, como si se tratase de una persona adulta.
Su estructura esquelética y anatómica, permite realizar procedimientos avanzados relacionados con la condición clínica del paciente, puede hacérsele reanimación cardiopulmonar e incluso adaptársele elementos de entubación orotraqueal para que los aprendices tengan una interacción lo más real posible y fortalezcan así sus conocimientos sin poner en riesgo vidas humanas.
“Este nuevo simulador, nos permitirá que como aprendices tengamos una mejor preparación para el mundo laboral, puesto que al llegar a un campo de la enfermería tendremos más herramientas para saber cómo actuar con pacientes reales de acuerdo con su patología, gracias a las reacciones que tiene Adam X”, afirmó Yulieth Lorena Hernández, aprendiz del programa Técnico en Enfermería.
Los simuladores permiten que los aprendices tengan confianza, practiquen con tecnología de alta fidelidad y aprendan a reaccionar de acuerdo con el comportamiento de los pacientes, para que finalmente cuando estén en el campo laboral, presten servicios de salud con calidad, ética y responsabilidad social.