La familia Tamini, con la madre Nariman y su hija de 16 años Ahed, se constituye en el emblema de la resistencia palestina pacífica
En la lucha contra los ocupantes israelíes de sus tierras desde hace 50 años, las mujeres palestinas han estado al frente de las confrontaciones con los invasores. La familia Tamini, con la madre Nariman y su hija de 16 años Ahed, se constituye en el emblema de la resistencia palestina pacífica. Las cámaras de sus teléfonos se han convertido en sus instrumentos de combate contra la ocupación del ejecito israelí. Cámaras contra fusiles, un combate desigual pero efectivo.
Ahed, desde los 11 años, en 2012, confrontaba a los soldados ocupantes (video uno https://goo.gl/A6Jxz3 ) mostrándoles sus pequeños pero furiosos puños mientras les preguntaba con indignación dónde estaba su hermano y por qué había sido detenido. En 2016, en otra confrontación con un soldado israelí que estaba deteniendo a su hermano, le mordió un dedo. (https://goo.gl/a4immM, nytimes.com, sep 1-2015).
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En la última confrontación, diciembre de 2017, verbal y física, Ahed y su prima Nur pateaban y abofeteaban a los soldados, mientras reclamaban por su primo que había sido abaleado en su cabeza seriamente con una bala de goma. Los soldados, dos de ellos, azarados, se sienten impotentes frente a los reclamos, los empujones y especialmente, frente a las cámaras.
El video del último incidente (video 2 https://goo.gl/6Y84ic ) se viralizó en las redes sociales y la opinión publica israelí entró en shock por la confrontación que dejaba ver la impotencia de sus soldados, y mientras algunos exaltaban la capacidad de autocontrol de los soldados para no responder los agravios físicos y de palabra, otros, los fundamentalistas nacionalistas israelíes, criticaban su actitud claudicante y derrotada. Sin embargo, algunos israelíes contrarios a la ocupación de las tierras palestinas han mostrado su simpatía por Ahed.
Estos hechos ocurrieron en Nabi Saleh, en la Margen Occidental del Rio Jordán, cerca de Ramala, una zona de asentamientos de los llamados “colonos” que han ocupado tierras y fuentes de agua palestinas. A los cuatro días siguientes Ahed fue sacada de su casa por el ejercito israelí y conducida a una prisión para ser interrogada sin la presencia de un adulto familiar, como legalmente se establece, y cuando su madre fue a visitarla, también fue detenida. Se trata de lavar la humillación sufrida por las tropas, y de darle una lección a la familia Tamini. Finalmente, Ahed fue acusada de “agredir a las fuerzas de seguridad, incitar y tirar piedras”. ¿Qué quieren, que los niños palestinos salgan a arrojar flores y a aplaudir a los invasores?
Algunos políticos en sus declaraciones a la radio, como “El exdiputado, del partido Habayit Hayehudi (La Casa Judía), Yinon Magal tuiteó que "echaba de menos a (Elor) Azaria", el soldado que actualmente cumple una condena de prisión por ejecutar a un agresor palestino herido hace dos años en Hebrón”, de acuerdo con el periódico israelí Haaretz (https://goo.gl/NkZeh6, dec 20-2017). La respuesta del ministro de educación israelí Naftali Bennett fue que las jóvenes agresoras deberían “terminar sus vidas en prisión”.
Por su parte, el viceministro Michael Oren, al darse cuenta del desastre de relaciones públicas que podrían generar estas imágenes, trató de explicar el evento como una preocupación por el bienestar de los niños palestinos: “La familia Tamimi (…) que puede no ser una familia real: viste a niños con ropa estadounidense y les paga para provocar a las tropas frente a las cámaras. Este uso cínico y cruel de los niños constituye abuso. ¡Las organizaciones de derechos humanos deben investigar!” ((https://goo.gl/NkZeh6, dec 20-2017). Están confundidos los israelís porque la niña es blanca, rubia y de ojos azules.
Por supuesto, pero en primer término se deberían investigar los abusos de derechos humanos violados por las tropas y la ocupación israelí, que bien podrían ser crímenes de guerra. ¿Qué están haciendo allí? ¿Quién los invitó a quedarse? Están en tierra ajena. ¿Cómo quiere Oren que se vistan los niños palestinos? ¿el viceministro se viste con trajes étnicos? Ahed así como miles de niños palestinos “solo han conocido una vida de puestos de control, documentos de identidad, detenciones, demoliciones de viviendas, intimidación, humillación y violencia” (https://goo.gl/svM8D1, theguardian.com, Jan 2-2018).
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Igualmente, “el ministro de Inteligencia Yisrael Katz dijo en la radio pública que estaba “hirviendo de ira” cuando vio el video“ (https://goo.gl/2abovf, telegraph.co.uk, dec 19-2017). ¿Y es que los palestinos tendrían que comportarse frente a la ocupación de sus tierras como si fueran de hielo mientras los israelíes hierven de ira por una cachetada?
Por otro lado, las declaraciones, como las de la ministra de cultura y deporte de extrema derecha de Israel Miri Regev, que llamó a los territorios palestinos “un estado imaginario” (https://goo.gl/wkd4gx, theguardian.com, dec 29-2017), no ayudan a construir una solución política del conflicto, al igual que la declaración unilateral de Trump sobre que Jerusalén es la capital de Israel, en contravía de las resoluciones de las ONU.
¿Los israelíes quieren solucionar el conflicto violento permanente que ha constituido la creación del estado israelí y que ha desconocido los intereses nacionales palestinos? La flecha del tiempo no se puede devolver, Israel es una realidad. Ambas partes deben llegar a un acuerdo de dos naciones, dos estados y dos territorios. Esta solución les devolvería la dignidad y orgullo negados a los palestinos.
Incluso, Israel debería llevar la iniciativa de la reconstrucción, es un país rico, con desarrollos tecnológicos importantes y capacidad administrativa de alto nivel. Israel debería proponer un plan de desarrollo que incluya las dos partes, con financiación propia e internacional, para lograr que los dos pueblos vivan en paz. Los halcones no pueden conducir la política, ni tampoco la guerra. Esa sería la solución que la familia Tamini y miles de familias palestinas e israelíes se merecen. No se puede dormir siempre con las lanzas (los fusiles) como almohadas a la espera del alba, parafraseando el título de la novela de Lin Yutan.
En igual sentido se ha manifestado, el magnifico pianista y director de orquesta de música clásica, el judío-argentino Daniel Barenboim: “Llevamos 30 o 40 años en los que se habla de una solución de dos estados. Y yo sigo haciendo la misma pregunta, ¿dónde está el segundo Estado? Que el mundo reconozca Palestina como Estado y luego que como Estado negocie con Israel. El hecho de que el mundo tenga aun un sentido de la responsabilidad moral por los crímenes cometidos en el siglo XX a los judíos es algo que considero absolutamente necesario pero no automático, no significa que haya que seguir los caprichos del gobierno israelí, que no entiende que la ocupación de otro pueblo no es admisible” (https://goo.gl/6E3Mc3, lavanguardia.com, enero 10-2018).
Las mujeres fueron los personajes del año. Incluyan en esa lista, en primera línea, a la valiente Ahed, a su madre Nariman y a su prima Nur.