El Real Madrid aspira a convertirse en el primer equipo que reedita el título en el Mundial de Clubes, en el regreso de la competición siete años después a Emiratos Árabes Unidos, y con el cartel de gran favorito encara las semifinales ante el anfitrión, Al Jazira.
Luego de convertirse en el primer club en la historia de la Liga de Campeones que conquistó dos ocasiones seguidas el trofeo de mayor prestigio, el equipo de Zinedine Zidane encara un nuevo reto. Desde este miércoles a las 12:00 m. el Merengue tendrá la posibilidad de conseguir otro récord. Ningún equipo conquistó dos Mundiales de Clubes consecutivos y sería el broche perfecto a un 2017 repleto de alegrías para el madridismo.
Para el estreno en la competición Zidane recupera a jugadores importantes y tiene opciones para decidir en varias posiciones. Lo primero, el regreso de Gareth Bale, superadas las molestias en el sóleo izquierdo. Próximo a reaparecer durante la competición, aunque no como titular, por lo que Isco Alarcón regresará a su posición natural
Enfrente del conjunto Merengue estará un debutante en el torneo, el Al Jazira, invitado por ser el campeón de la Liga de Emiratos Árabes Unidos y que ha heredado el papel que en la última edición desempeñó con brillantez el Kashima Antlers. Los japoneses fueron dando sorpresas hasta plantarse en la final y poner en serias dificultades al Madrid.
Convertido en equipo revelación tras eliminar en el primer encuentro del torneo al Auckland City, el plan del Al Jazira se cumplió a la perfección ante el Urawa japonés, que llevó el dominio sin pegada y acabó siendo víctima del contraataque. Se espera que este el planteamiento lo repita este miércoles ante el Real Madrid. Encerrado en su terreno de juego con el objetivo de anular espacios y, si aguanta en pie ante la diferencia de nivel, poder lanzar algún ataque.
Lea: Figo y Ronaldinho, rivales por una buena causa
El conjunto español es claro favorito, no sólo en la serie sino en el torneo, pero como es fútbol siempre hay que esperar hasta el último minuto para saber quién saldrá vencedor en una llave que sobre el papel luce bastante desequilibrada.