El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
¿Dulcecito o dulcesito?La construcción de estos diminutivos causa muchas dudas, aunque la norma es de las más sencillas del sistema ortográfico del castellano/español. Miren: el elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo (¿recuerdan?: prefijos, interfijos y sufijos). Este sufijo que usamos para formar diminutos se escribe con ce: “-ito” se convierte en “-ecito”, “-ececito” o “-cito”.Pero si la base, es decir, aquella parte de la palabra que no cambia, tiene la consonante ese, lo que hacemos es agregar el sufijo “-ito”: oso se convierte en osito, casa en casita, cosa en cosita, porque la otra opción, incorrecta por supuesta, sería, por ejemplo, “cascita”, y no, no funciona así.Lea también: ¿Ultimadamente o últimamente?Ahora, piensen en esto: ¿cómo formarían el diminutivo de clase? Pronuncien el diminutivo. ¿Ya? Notaron que la palabra no sufre ningún cambio y que se le agrega “-cita”. ¿Qué queda?: clasecita. Es muy diferente al caso de osito, que la forman “os” más “-ito”, mientras que a clasecita la forman “clase” más “cita”.De esas que casi nunca usamosFlamear. No es tan tan rara porque usamos palabras como flama o inflamable. Este verbo viene de la palabra latina flamma, que significa “llama”, por eso tenemos la ya citada flama (que puede significar “llama” o “reflejo que la llama produce”), y también por eso inflamable es aquello que se enciende con facilidad y causa, por lo tanto, llamas. ¿Pero qué es flamear? Pues puede ser “echarle” llamas a un alimento usando licor. Puede ser, también, “echarle” fuego a un animal muerto para acabar de quitarle las plumas o los pelos, según sea la especie. O quemar la superficie, por ejemplo, de un recipiente para esterilizarlo.Pero también tiene un significado sin fuego: “Dicho de una bandera: Ondear movida por el viento, sin llegar a desplegarse enteramente” (imagínense una bandera colgada en un barco).
Una persona recibió una llamada al celular mientras el gas estaba abierto y la cocina se prendió en fuego. Ella y otras cinco sufrieron quemaduras graves y tuvieron que ser llevadas a emergencias médicas.Así lo advirte un mensaje que circula por WhatsApp, firmado por una “Dra. Ademola”. Por ello, dice la experta, solo debe usar el dispositivo a 4 o 6 metros de distancia de la cocina, pues hacerlo en esa habitación es tan peligroso como hacerlo en una estación de gasolina.El mensaje, sin embargo, es una advertencia sin fundamento y está lleno de incongruencias.En primer lugar, no se tiene registro del primer incendio doméstico causado por hacer o recibir alguna llamada mientras la llave del gas está abierta, aparte de las escasas veces en que un celular defectuoso acaba por explotar. De hecho, casi todos los accidentes en los que un celular estuvo implicado fueron ocasionados por la distracción del usuario, pero todavía está por verse la primera declaración oficial que diga que la llamada, sumada al gas, causaron el fuego.En segundo lugar, el mensaje guarda cuantiosas similitudes con las falsas advertencias que se originan y replican en las redes sociales. Todas se resumen en esto: no se ofrece mayorinformación de las personas involucradas, los hechos narrados y ninguno de ellos se pueden verificar.En el texto no se encuentran datos sobre el supuesto experto que envía el mensaje, la “Dra. Ademola”. Lo poco que se puede encontrar sobre ella buscándola en Google son publicaciones que han replicado el mensaje o que también cuestionan su veracidad. No hay manera de contactar a la supuesta doctora y la única “prueba” de su existencia es ese post viralizado en WhatsApp.Lo mismo ocurre con el incidente que se cita, el que dejó seis personas quemadas. ¿Dónde ocurrió? ¿En qué medios fue publicado? ¿Quiénes fueron los implicados? ¿A qué centro médico los llevaron? La búsqueda en internet es igual de infructuosa como el de la doctora.Muchos falsos mensajes esperan que se les tome la palabra sin más para que quien lo lea lo replique. Algunos, como fue el de este caso, pueden ser identificados por la poca información que dan y que existe sobre los hechos y sobre el supuesto experto que los suele acompañar para darle validez al texto.A no ser que usted tenga un celular defectuoso, o con reputación explosiva, puede usar su equipo mientras está en la cocina, siempre y cuando no sea una distracciónque cause un accidente.Aquí el mensaje completo:“NO USE CELULAR EN LA COCINA No utilice por favor en la cocina celular para hacer orecibir llamadas.Mi nombre es Dra Ademola. A sólo tres días atrás mi esposo que tambiénes médico, compartió conmigo un triste accidente que resultó en quemaduras graves de 6personas que fueron traídas al departamento de emergencias médicas.Las quemadurasresultaron del incendio causado por el móvil, cuando uno de ellos intentó hacer unallamada en la cocina con la estufa a gas encendida. Lo mismo puede suceder con horno demicroondas o en el momento de la inducción del fuego.Algunas personas cocinan con elcelular pegado a la oreja. Por favor, deje de hacer o recibir llamadas en la cocina porque estan peligroso, cómo hacer o recibir llamadas en una bomba de gasolina.No deje decompartir con sus familiares y amigos esta información y si tiene que atender una llamada,entonces alejarse de la cocina unos 3-4 metros. Recuerde que su seguridad es también laseguridad de su familia ... ”.Si usted encuentra temas que desinformen a la comunidad o le llegan cadenas de mensajes con información que le generen sospechas, envíenos sus inquietudes vía Whatsapp: 3104168851, Twitter: @elmundomedellin, o E-mail:digital@elmundo.com.
Nuestra vida en los ámbitos nacional o local no puede seguir estando a oscuras, bien sea porque a unos se les impide nacer y la mayoría de los que alcanzan a nacer, no logran crecer con equidad por estar dedicados a sobrevivir.Estamos en una ciudad donde la mejor luz es externa, pero pertenece al Estado y hay que pagarla; interna y moralmente estamos viviendo a oscuras no sólo ahora sino también a corto y largo plazo, como lo advierten las reformas mal hechas y las que faltan por hacer, el postconflicto como continuación del conflicto, la corrupción de los partidos, el Estado y el sector privado, sumándole la inseguridad rampante.Una alternativa, la salLa sal tenía un gran valor en la Palestina de tiempos de Jesús, ya que era indispensable para mantener los alimentos y se usaba en los pactos como signo de su firmeza y permanencia. Un saco de sal era tan precioso como la vida de un hombre. Además de ser la sal el gusto de los alimentos también los preserva de la corrupción. Jesús en cabeza de los discípulos de ese momento invita a todos los que tengamos interés por el país a cambiar de corazón y mentalidad para convertirnos en sal y luz.Con frecuencia una pizca de sal es suficiente para el alimento de un mayor número de comensales y proporcionalmente si se trata de los habitantes de un país. La sal tiene la ventaja que, por volverse invisible, sólo puede ser reconocida por el sabor; la sal es cuestión de calidad más que de cantidad.Otra alternativa, la luzEn el judaísmo existe el marcado simbolismo de cuatro noches santas, dos de ellas son pésaj, pascua judía, y la noche del advenimiento del Mesías; para iluminarlas fue creada la luz. Cuando Leasing inauguró la época de la ilustración se inspiró en la tradición bíblica de la luz interpretando y secularizando el entendimiento como nueva luz en medio de la oscuridad, la luz de la razón en lugar de la fe y el espíritu humano en reemplazo del espíritu santo.Tanto Jesús como Pablo caracterizan a los cristianos como hijos de la luz; a Pablo lo deja ciego una gran luz en el camino de Damasco; de ahí que el seguimiento cristiano lo convirtió al encontrarse con la luz del Crucificado-resucitado. Es Jesús mismo quien afirma en Juan “Yo soy la luz del mundo”; razón para decirle a los discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo”, para desmarcarlos del resto de aparentes luces que hay en el mundo.La luz no es otra cosa que encender una vela; advirtiendo que el cristiano no es sólo iluminado sino hijo de la luz para hacer obras de todo tipo que vayan en beneficio de los demás. “Hermanos les convencí por medio del Espíritu (luz) y del poder de Dios (sal), a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres” (Primera Lectura).Única alternativaDejemos que la primera lectura nos explique y actualicemos la lista y traducción de cuanto significa convertirnos en sal y en luz para cambiar la sociedad: “Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas, te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu marcha.Entonces clamarás al señor y Él te responderá; lo llamarás, y Él te dirá: “Aquí estoy”. Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía”.(Primera Lectura).Evangelio deSan Mateo 5, 13-16En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos”.
El jueves 6 de febrero de 2020, nuestra Academia Antioqueña de Historia, rindió tributo a los periodistas y ofreció una ofrenda floral al busto de don Manuel del Socorro Rodríguez, padre del periodismo colombiano.El viernes 7 de febrero, en el auditorio del Instituto para el Desarrollo de Antioquia, Idea, el gremio pionero de los periodistas antioqueños, valga decir, el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia, Cipa, celebró el día del periodista con un panel alrededor del interrogante ¿Para qué el periodismo?, con la participación de consagrados colegas nacionales y locales.Lea también: La geopolítica mundial en blanco & NegroEl domingo 9 de febrero, en Plaza de la Libertad, el Club de la Prensa de Medellín, festejó el día del periodista, entregando los premios Manuel del Socorro Rodríguez y tributando un sentido homenaje a los compañeros periodistas fallecidos en el transcurso del año 2019, entre ellos a nuestro inolvidable maestro Javier Darío Restrepo. A más de un gran número de colegas, se hicieron presentes el señor alcalde de Medellín y el colega Henry Horacio Chaves Parra, en representación del señor gobernador de Antioquia. Como dato curioso, el alcalde de Medellín, doctor Daniel Quintero Calle, nos dictó cátedra con el himno antioqueño, al resaltar que en su letra, la palabra libertad se repite 9 veces. Igualmente, nos pidió no dejar de hacerle control político, petición bastante curiosa si se le hace a un verdadero periodista.Ya el día lunes 11 de febrero, en la Cámara de Comercio de Envigado, con la asistencia de las autoridades de ese municipio y una nutrida participación, El Círculo de Periodistas de Envigado, Cipe, se lució con otra magnífica celebración. Es decir, los periodistas antioqueños celebramos con inmensa alegría y compromiso, nuestro día clásico.Estas celebraciones y nuestro amor incondicional al ejercicio profesional del periodismo, tiene plena justificación si repasamos la vida y la obra maravillosa de cientos de colegas comprometidos con la verdad y el trabajo. Personalmente, me acordé del gran compañero periodista-escritor Néstor Armando Alzate Arango, pues justo la víspera me llevó a la oficina su más reciente obra: El Santo del día, un monumental trabajo de investigación, ejercicio periodístico y literario, compuesto de cuatro tomos, de 251 páginas cada uno, donde narra, día a día, mes a mes, 365 historias breves de santos, hermosas y bien contadas, con su estilo sencillo, fluido y nunca exento de recursos literarios. Es la vida, obra y milagros de 365 hombre y mujeres cuidadosamente seleccionados, a la manera de su refinado gusto, que hacen parte del santoral católico, recordando que llamamos santoral católico al conjunto de personas reconocidas por la Iglesia Católica como santos o beatos, en una fecha del calendario determinada, y que ese santoral se fija según el día en el que fueron elevados por la Iglesia Católica a la categoría de santos, y por ello son motivo de celebración en diferentes localidades del mundo, ese día específico.Hablar de la vida y la obra del gran amigo y colega Néstor Armando Alzate, escritor, profesor universitario, columnista, hombre de radio, historiador y periodista del canal Tele VID, hoy presentador de los programas El santo del día, Tras las huellas del papa Francisco y En Hora Buena, tomaría muchas páginas y muchas horas. Lo cierto es que gozar del trabajo y la amistad de Néstor Armando, lo congracia a uno con la vida; te hace sentir afortunado de ser periodista, te remite a su extensa obra, y a encontrar que no es presuntuoso el que la sociedad entera se solace y celebre nuestro día con entusiasmo, pues el periodismo y los periodistas somos hacedores de libertad (la libertad que nos recordó el Alcalde y que cantó amorosamente nuestro Epifanio Mejía), y, por encima de cualquiera otra cosa, somos hacedores de democracia. Sin periodismo no hay democracia, eso lo sabemos. Eso lo tenemos claro, y por eso defendemos al periodismo y celebramos nuestro día con decisión y amor.Le puede interesar: Práctica médica entre la fe y la razónA propósito, pidamos al Santo de hoy sábado 15 de febrero, a san Claudio La Colombiére, larga vida a los periodistas y a nuestra bendita democracia.
Suky Morgan: Buenos días, Juan David. Tengo una inquietud acerca del uso de la palabra “romboy”/“rompoy”. ¿Está muy mal dicho?En algunas regiones de Colombia, Antioquia entre ellas, es muy usada la palabra “rompoi”, que tiene su origen en la inglesa round point. Es inglesa la palabra e inglés el invento porque aunque en Estados Unidos había un par de vías circulares antes de la invención de estas construcciones, la primera glorieta, tal y como hoy las vemos, fue construida en Inglaterra. Y miren que uso la palabra glorieta, que nos llegó del francés. Otra de las nuestras es rotonda, que nos llegó del italiano.Ahora: ¿es incorrecto decir rompoi/rompoy o romboi/romboy? Puedo decirles que el Diccionario de la lengua española no incluye ninguna de estas. El Diccionario de americanismo solo tiene la palabra romboi. Entonces, les dejo dos ideas: es natural que un idioma alimente al otro, especialmente un idioma cuya cultura inventa artefactos, estructuras y cualquier cosa que haga la vida más “cómoda”. Mejor dicho, si el round point es inglés, es natural que la palabra en inglés se riegue. La segunda idea es que en español tenemos palabras para nombrar ese objeto (glorieta y rotonda son, tal vez, las más usadas. En Ecuador dicen redondel, en Perú dicen óvalo).Así que, elijan cuál les suena mejor. Yo prefiero glorieta.Vea también sobre las palabrasSubbase y reeditar¿Es correcto duplicar letras en español? O mejor: ¿es correcto escribir dos vocales o dos consonantes seguidas? Ustedes saben que “sub” y “re” son prefijos, es decir, elementos que se escriben antes de una palabra para modificar su significado (hay que decir que, en general, se escriben pegados, soldados, a la palabra, y que excepcionalmente se usa el guion o se escriben separados). “Sub” significa “debajo de” e “inferior”, por eso subsuelo es “debajo del suelo” y subbase es “debajo de la base”. Sí se puede duplicar la letra b, aunque se vea raro. Entre otras razones porque si escribo “subase”, ¿entenderían? Yo no entendería, lo confieso, y pensaría que me están diciendo “súbase al carro”.Hay casos en los que sí es correcto escribir solo una: “subranquial[U1] ” en vez de “subbranquial”, por ejemplo. Esta sí la entienden con una sola be, ¿verdad? En el caso de las vocales es más frecuente omitir una, aunque también es correcto duplicar. Puedo decir “reeditar” o “reditar” cuando quiero significar “editar otra vez”. Pero es mejor decir reemitir (volver a emitir). ¿Se imaginan por qué? Simple: porque existe el verbo remitir (enviar a otro lugar, como en las remisiones médicas). Es mejor evitar confusiones.Vea también sobre las palabrasRocambolesco. Algo rocambolesco es exagerado, difícil de creer (aunque real), extraordinario. Un[U2] a persona es rocambolesca, por ejemplo, cuando actúa o se viste estrafalariamente, extravagantemente.
El “Philopseudés” de LucianoLuciano de Samosata (125 – 181 d.C), escritor griego, dejó más de ochenta obras cortas y de diverso género, escritas con ingenioso humor y extraordinaria fantasía. Son relatos con temas de actualidad de la época, como la creencia en lo sobrenatural y lo maravilloso. Entre esas obras está Philopseudés (El aficionado a la mentira), en donde aparecen por primera vez las aventuras del Aprendiz:Unos personajes se enzarzan en una conversación sobre la magia y sus poderes, donde cada uno de ellos, pertenecientes a la élite intelectual y representantes de las principales escuelas filosóficas, cuenta algo encaminado a avalar la existencia de fenómenos sobrenaturales. Solo uno, Tiquiades, como el “alter ego” de Luciano, se muestra absolutamente incrédulo con respecto a tales historias.Uno de esos relatos es el del Aprendiz de brujo: El narrador es Eucrates y lo cuenta como una experiencia personal; lo que sirve para poner en evidencia que lo que está contando no ha sucedido en realidad, ni se ha oído:Eucrates conoce en un viaje a Pancrates, un sacerdote sagrado de Menfis, de quien se decía que la propia diosa Isis le había enseñado su magia. Cautivado por las maravillas que le ve hacer, especialmente por la forma en que hace cobrar vida a diferentes objetos para que le sirvan, trata de que le enseñe el ensalmo que utiliza, pero Pancrates se niega.Tras espiarlo en la oscuridad y quedarse con la fórmula mágica, compuesta de tres silabas, logra que funcione el conjuro y hace que una mano de mortero vaya por agua con un ánfora.Cuando quiere que el mortero pare, se da cuenta de que no sabe cómo hacerlo y el mortero continúa trayendo agua sin cesar, inundando la casa.En su desesperación, el aprendiz coge un hacha y parte la mano del mortero en dos mitades, con lo que lo único que consigue es que ahora cobren vida las dos mitades, y por separado, continúen trayendo agua.Cuando está todo inundado, regresa Pancrates, que, muy enfadado, vuelve a poner las cosas en su sitio y desaparece sin dejar rastro.Lea también: La literatura fue llegando como fiel notaria de vivenciasLa balada de J. W. GoetheFruto de la amistad y colaboración con Schiller, el escritor alemán Goethe, compuso una serie de baladas sobre cuentos populares y temas legendarios basados en la antigua Grecia; baladas que fueron publicadas en el “Musenalmanach” en 1797. La historia del aprendiz ha pasado a la posteridad porque a finales del siglo XVIII, Goethe compuso una balada inspirada en el relato de Luciano, con algunas diferencias:El aprendiz de brujo (Der Zauberlehrling) es una balada de catorce estrofas, puesta en boca del aprendiz, y comienza diciendo que ahora que el viejo mago se ha ido, se hará obedecer de los espíritus, porque se ha aprendido de memoria sus palabras y sus gestos, y por tanto puede reproducir su magia.A continuación, a modo de fórmula mágica, invoca a los torrentes de agua para que fluyan y llenen el estanque. Llama a la escoba y la insta a vestirse de harapos, reprochándole que antes no le hiciera caso; ahora tendrá que cumplir sus deseos.Comienza a darle órdenes: ponerse sobre dos pies, sacar una cabeza y coger un cubo. La escoba cumple su cometido y comienza a traer el agua para llenar el recipiente. Cuando está lleno, le ordena que pare y, al no obedecer, se da cuenta, consternado, de que ha olvidado las palabras mágicas.La escoba sigue trayendo agua y lo inunda todo; el aprendiz se enfada con la escoba y la llama “engendro del infierno”. La escoba adquiere un aspecto aterrador, por lo que el aprendiz coge el hacha y la parte en dos pedazos, con el resultado de que ambos empiezan a traer más agua.Cuando llega el maestro, el aprendiz le dice que los espíritus ignoraron sus órdenes. El maestro, tras ordenar a la escoba que retorne a su rincón, le hace saber al aprendiz, que solo él, como maestro, puede convocar a los espíritus para servirle.Tanto en Luciano como en Goethe, el objeto de animación toma una cierta apariencia de ser humano, por ello se le viste con harapos.La diferencia más importante es que en el relato de Luciano, los poderes mágicos emanan del propio Pancrates, en su calidad de gran sacerdote, mientras que en Goethe, hay que convocar a los espíritus infernales que son quienes tienen el poder. El mago no es más que un intermediario.El scherzo de Paul DukasEn 1897 se estrenó en París la famosa obra del compositor Paul Dukas, con el nombre de El aprendiz de brujo, para conmemorar los cien años de la creación del poema de Goethe.La balada de Goethe inspiró a Paul Dukas (1865 – 1935) un poema sinfónico en forma de scherzo sinfónico: El aprendiz de brujo. El propio Dukas subtituló Scherzo basado en una balada de Goethe.El scherzo basa su fuerza expresiva en una férrea construcción en forma de fuga. Una sinfonía que describe fielmente cada escena de la obra original de Goethe.Comienza creando una atmósfera misteriosa en la que imaginamos al mago haciendo su magia y al aprendiz madurando la idea de suplantarlo.En la introducción, sobre un fondo de cuerdas, el contrafagot y luego toda la orquesta van ejecutando, por turnos, el tema del aprendiz de brujo y el encantamiento. La trompeta es la encargada de presentar la fórmula mágica.El tema original de la escoba es expuesto por primera vez por medio de tres fagots. Luego, un tema más rápido “con un ritmo fuerte, cuyo desarrollo fugado ocupa el lugar más importante de la obra”, sugiere el movimiento de la escoba y da la impresión de que esta va saltando. El resto de la orquesta, principalmente los instrumentos de cuerda, reproducen la acción de verter el agua. Suenan las trompetas, el fagot (la escoba) se anima cada vez más con un ritmo punzante.La orquesta traduce (los violines) el pánico del aprendiz, incapaz de detener la marcha infernal de la escoba. El agua sigue inundándolo todo.En este momento la música alcanza su punto culminante, es el momento en que el aprendiz corta en dos mitades la escoba.Tras una breve pausa, se va elevando lentamente el fagot, y los asistentes se imaginan a la escoba tratando de ponerse en pie de nuevo. En el instante en que las dos mitades de la escoba se ponen de pies, la fuga simple (en la obra musical) se convierte en doble fuga, “para dar origen a desarrollos dobles que se entrecruzan, se persiguen y se encabalgan en un tumulto delirante”. Un súbito final fortísimo indica el regreso del maestro que restablece el orden.En Goethe no se hacía mención expresa de una fórmula mágica, aunque se dice que el aprendiz se sabe las palabras y los gestos de su maestro. En Dukas, la trompeta hace alusión a la fórmula mágica. El golpe de percusión revela que el mago ha vuelto las cosas a su lugar.Lo invitamos a leer: Cuando Safo no era poetaFantasía de Walt DisneyEn 1940, el productor, director y guionista, Disney (1901 – 1966), conocido en la cultura occidental como “el más influyente cultivador de la imaginación infantil”, incluyó en su película de animación, Fantasía, la música del francés Paul Dukas, ejecutada por la orquesta de Filadelfia y dirigida por Leopold Stokowsky. En dicha película, el ratón Mickey asume el papel del aprendiz.En la introducción se dice que el aprendiz es un niño ávido de conocimientos y que contempla al mago hacer sus prácticas, mientras va transportando con gesto cansado, los cubos de agua que debe llevarle al mago. Cuando este se ausenta, Mickey, el aprendiz, se apodera del gorro de su maestro para asumir su personalidad y ordena a la escoba que haga su trabajo por él. La escoba poco a poco se va enderezando y comienza a acarrear el agua en dos cubos, seguida de Mickey, el aprendiz, que imita sus movimientos con una gran sonrisa. Está feliz porque ha conseguido usar la magia para sus propios fines, no como el mago que hacía surgir imágenes sin utilidad.Como la escoba está haciendo su trabajo, él se queda dormido. Despierta y se da cuenta de que la escoba ha seguido trayendo agua sin parar y que está todo inundado. Aterrorizado, el aprendiz intenta detener la escoba y con un hacha la hace añicos. Aquí no son solo dos mitades, sino un ejército verdadero de escobas las que cobran vida y traen agua sin parar.El aprendiz encuentra el gran libro de conjuros de su maestro y busca desesperado la fórmula para detener el hechizo… Un gran torbellino, que coincide con el torbellino sonoro de la música de Dukas, lo engulle…Regresa el mago…, esboza una mirada aterradora y levantando las manos lo vuelve todo a su lugar.La Escritora y catedrática, Marisa Miralles, termina sus análisis diciendo: “Nada es original; la mayoría de las historias ya las había contado un escritor griego o un romano”.(Resumen de mi “Archivo personal de lecturas y estudios”, realizado todo en fichas académicas)