En nuestro país las ferias, exposiciones, conversatorios, congresos bajo el tema de la gastronomía, abundan. Se ha ido poniendo de moda eso de hablar de nuestra cocina. Pero igual surgen, que igual se apagan y cierran. Esto no pasa con una que ya cruzó al otro lado del rio y tiene su embarcación en puerto seguro.
Las ciudades que nacieron a orillas del mar y del río, no deben de perder su origen de nacimiento. Esto es lo que han hecho las últimas administraciones de gobierno con Barranquilla. La tienen a orillas, recibiendo la más esplendorosa brisa que llega a levantar faldas y a espelucar a todo el que sale entre los meses de Febrero y Marzo, cuando la fiesta se prende por Carnavales. Un desarrollo asombroso, ya ni arroyos tiene para ahogar gente, porque entre Elsita y Alejandro, han canalizado las poderosas aguas que permitían que los pelaos pusieran tablas y cobraran pasando a la gente por una cabuya. Bonito si era el panorama, pero peligroso…
Ahora, las dos ventanas de Christian Daes, se ven desde muy lejos desde la amplia Vía 40 como una sofisticada silueta de colores que naciera en el rio. Dos ventanas, la una mirando al rio y la otra mirando al mar. Igual, a orillas del rio Magdalena, el hermoso Malecón que hace parte de la permanente recreación del nuevo Centro de Eventos Puerta de Oro.
Y en este imperio de diferentes construcciones que siguen en desarrollo, se inauguró este año al Feria y Exposición de Cocina: Sabor Barranquilla en su versión número once. Y en ella una mujer de tradicional familia Vallenata, orgullosamente criada con sentido de abuelos y padres amorosos. Todos sus estudios los hizo en Barranquilla pero voló a Europa a estudiar cultura general.
Patricia Maestre…la mujer alma y vida de la Cruz Roja, mucho estudio, mucha cultura, pero que en esas épocas de cocinar “nada”, ella siempre se pedía el oficio de lavar las verduras. Pero eso sí, adoraba y sigue adorando el comer muy bien, el saber comer, el conocer la cocina y sus recetas de herencia. Ella nos cuenta que su abuela vallenata, Paulina De Castro, le dio dignidad a la comida, en su casa servía con manteles finísimos, con todo el aparataje elegantísimo. De esta su abuela que fue embajadora y mujer muy viajada, aprendió el “amor por los sabores”. Llegó a la Cruz Roja, porque dice ser una médica frustrada, el servicio de ayudar a la gente era lo suyo.
¿Y de donde sale el cuento de Sabor Barranquilla?
“Antiguamente la Cruz Roja hacía unas cenas gastronómicas en el Hotel del Prado, con el fin de recoger recursos, cenas que tenían baile y comida. Y una de las voluntarias dijo que porqué no se revivían estas cenas, pero como dos de las compañeras cocinaban se pensó en una feria y es esta. Hace once años comenzamos con 37 expositores, tres días y la asistencia fue maravillosa, la gente quedó encantada. Hoy tenemos cuatro días y más de 140 expositores. Es una feria que desde su principio tiene el objetivo de rescatar y resaltar los valores culinarios de toda la región de la Costa, con la diversidad de intervenciones culturales que son los que le dan ese sabor tan original a la cocina costeña. Este año el departamento invitado fue el Magdalena. Pero a resaltar la planilla de importantes cocineros e investigadores que intervienen cada año en la parte cultural de conferencias y charlas”.
-SU CONDIMENTO: la pimienta y el ají.
-SU SABOR DE RECUERDO: el sancocho de chivo.
-COCINEROS DE ADMIRAR: Diana García y Leo Espinosa.
-SU COCINA UNIVERSAL: la vietnamita.
-SU TRAGO PREFERIDO: el ron o el whisky
-SU VIRTUD Y PECADO: le encanta ir a los mercados, pero no cocina.
-SU MERCADO PREFERIDO: el de Montería y el de Kioto