Corantioquia trabaja para que la experiencia de estar libre de fauna silvestre en cautiverio continúe extendiéndose paulatinamente en toda la jurisdicción de la corporación.
Corantioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá declararon este martes a Angelópolis como municipio libre de fauna silvestre en cautiverio, que desde 2008 dio inicio a esta gestión. Esto se dio gracias a un operativo con el fin de recuperar especies víctimas de tráfico ilegal.
Dicho proceso se desarrolló en tres fases, en las cuales se recuperaron 24 especies de fauna silvestre (nueve aves, once reptiles y cuatro mamíferos) y en su mayoría cumplieron el proceso de evaluación, tratamiento y posterior liberación.
En 2011 se inició la segunda fase, la cual incluyó talleres de educación y socialización, eventos culturales, recorridos puerta a puerta y jornadas de entrega voluntaria, que dieron con la recuperación de individuos y de subproductos, entre ellos las pieles de osos andino, de perro de monte y tigrillo, carcasas, nidos de gulungos y otras aves, y carrieles, entre otros.
Finalmente, en la última etapa se hicieron operativos de revista y jornadas de entrega voluntaria, que permitieron incluir al área urbana del municipio de Angelópolis como libre de fauna silvestre en cautiverio, que fue resultado del convenio entre Corantioquia y el Área Metropolitana.
Con Angelópolis, ya son 33 áreas libres de fauna silvestre en cautiverio en la jurisdicción de Corantioquia. Por lo que esperan que la estrategia sea consistente en la aproximación cultural y relacionamiento con la fauna silvestre, propiciando el respeto por la vida y la libertad inherente a ella para que sea replicada en el resto de la jurisdicción.
Conciencia ciudadana para el cuidado de los animales
Los ciudadanos y las autoridades del municipio tendrán el compromiso de cuidar la vida y libertad de especies silvestres. Teniendo en cuenta que la tenencia de fauna silvestre está tipificada como infracción ambiental en el Decreto 1076 de 2015 y la Ley 1333 de 2009 y como delito en la Ley 1453 de 2011 con sanciones que van desde multas hasta prisión.
Con mayor consciencia se espera dejar atrás prácticas en las cuales los animales son sacados de su hábitat y sometidos a condiciones que no son naturales, lo que les causa depresión, debilitamiento y con frecuencia la muerte; afectando los ecosistemas pues estas especies dejan de cumplir funciones como el equilibrio ecológico y el control de plagas, entre otros.
Con estas iniciativas ambientales también se protege la salud pública pues los especímenes silvestres en cautiverio son potenciales trasmisores de virus, hongos y bacterias, que pueden comportarse como patógenas en los seres humanos o los animales domésticos, causando graves efectos si se produce contacto directo o indirecto con los ejemplares, sus fluidos y desechos.