Cómo un humilde campesino del Oriente antioqueno es hoy candidato a la Cámara. Esta es la historia.
En los momentos en que a la democracia la acechan peligrosas tendencias políticas, es muy valioso que jóvenes de origen campesino crean, con fuertes convicciones, en mantener las instituciones públicas y políticas colombianas y sobre todo participar en los procesos democráticos y de elecciones en busca de un espacio en el Congreso de Colombia.
Es el caso de Vicente Arcila Giraldo, que con el 103 en la lista del Partido Alianza Verde está de candidato a la Cámara por Antioquia, luego de un proceso muy meritorio de formación personal, de luchar y de confiar en el sistema político colombiano, pese a sus imperfecciones.
Pero cómo un joven del campo antioqueño se abrió paso hasta lograr ser tenido en cuenta por una organización política y llegar a ser candidato al Legislativo. Esa historia la cuenta él mismo con una enorme satisfacción y orgullo que se refleja en su rostro.
Vicente Arcila es un hijo de la zona rural del municipio de El Carmen de Viboral, en el Oriente antioqueño, donde se desempeñó desde muy niño en labores campesinas y ceramistas.
Pero antes de cumplir los 20 años quedó huérfano de padre y madre.
“Desde muy joven me ha tocado guerriarla y lucharla”, dice para recordar y recalcar esos momentos de su vida.
Contra todos los pronósticos, como consecuencia de su desprestigio o mala imagen, la política, según él, ha sido el espacio que le ha ayudado a hacer resiliente y a buscar su destino en medio de la orfandad, para ayudar a su comunidad.
¿Pero cómo logró llegar a ser candidato?, le preguntamos.
Comenzó siendo consejero municipal de la juventud de El Carmen, luego consejero departamental de la juventud, representando a todos los jóvenes del Oriente antioqueño.
Y fue así como en el 2010 lo nominaron al Premio Nacional de la Juventud como el mejor consejero de la juventud de todo el país por los procesos que realizaron en el departamento de Antioquia en asambleas juveniles subregionales y el acompañamiento a las escuelas locales de juventud.
“Nosotros lideramos todos los planes municipales de juventudes que no teníamos en el departamento, que era soñarnos dentro de las políticas públicas de juventudes para liderar programas y proyectos a favor de los jóvenes, más que todo el acceso a la educación superior, a las oportunidades laborales, el ingreso a las expresiones artísticas y culturales”.
Esta etapa de su vida la agradece porque le se sirvió para su formación y para enfrentar los retos del futuro.
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Las osadías de Vicente
Y llegó el 2012 y se le midió al mayor desafío hasta ese entonces de su corta existencia, aspirar al Concejo Municipal de El Carmen de Viboral, proyecto al cual muchas personas trataron de desanimarlo al decirle que eso sin maquinarias políticas era imposible, pero dejó a todo el mundo perplejo al sacar una de las mayores votaciones, a nombre del Partido Verde, única organización partidista a la que ha pertenecido.
¿Pero por qué el Partido Verde y no el Conservador que ha sido mayoría en El Carmen o el Liberal que también ha tenido una buena presencia en esa municipalidad?
Al responder este interrogante sacó a relucir otra faceta de este vivaz joven, su paso por el seminario en Marinilla, toda vez que estaba estudiando para ser cura.
“Yo había tenido ese proceso previo en el trabajo de juventudes y por vocación y Dios que me llevó por diferentes razones al Seminario y allí me ayudaron a forjar un liderazgo social y de servicio”.
La política fue la causante de su retiro del seminario. Tras recibir una llamada e invitación de Compromiso Ciudadano, los acompañó para el proceso presidencial del 2010 de Mockus y Fajardo.
Recordando su trayectoria como concejal de El Carmen, dijo que siempre actuó en forma independiente, pues ni hizo parte de la coalición y tampoco oposición a la Administración Municipal del alcalde Néstor Martínez, en el periodo 2012 - 2015.
Tras su paso por el Seminario y actuando como concejal, se puso a estudiar Administración Pública y hoy en día está terminando Derecho en la Universidad de Sabaneta.
Pero las audacias del campesino Vicente Arcila siguieron. A este muchacho se le metió en la cabeza lanzarse en el 2015 como candidato a la Alcaldía de su municipio y allí vivió y sintió en carne propia lo que es enfrentarse a las maquinarias políticas. “Eso fue una vaca loca”.
“Construimos un programa de gobierno con la gente, mediante la realización de talleres colectivos y sacamos casi 1.500 votos”, repasa ese momento de su vida y siguiendo la partitura ya muy manida de su jefe político, Sergio Fajardo, dijo que consiguieron esos sufragantes “sin comprar un voto, sin comprar un líder y menos tejas”.
Entre siete candidatos quedó de cuarto y el resultado lo justifica con un axioma o frase de su propia cosecha: “Uno en política muchas veces gana y en otras aprende, uno nunca pierde“.
Promediando el año pasado, un grupo de ciudadanos de El Carmen de Viboral se sentaron a pensar sobre el por qué este municipio con 250 años de historia nunca ha tenido un congresista, con una población de 33.000 habitantes.
Eso los llevó a diseñar su candidatura a la Cámara para representar a su municipio y para trabajar por los jóvenes del Oriente antioqueño.
Es así como a los 28 años de edad Vicente Arcila es candidato a la Cámara en fórmula al Senado con el exministro de Justicia y exgobernador de Boyacá, Jorge Eduardo Londoño.
Es un ejemplo y mensaje para muchos jóvenes que la política también es un camino de vida.