Tres momentos clave tiene la operación: el cierre de la compuerta, un monitoreo remoto al sistema por seis horas y un monitoreo presencial del sistema por 18 horas.
Aunque el cierre de la compuerta de captación número dos de la casa de máquinas de Hidroituango puede durar entre 30 y 120 minutos, será después de 48 horas cuando EPM podrá asegurar que la operación fue exitosa.
Así lo explicó el gerente general de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, después de la última reunión preparatoria del Puesto de Mando Unificado que se celebró la tarde de este martes en las instalaciones del campamento del proyecto, en el Valle de Toledo.
“Son más de 200 puntos de chequeo que deben estar listos antes de iniciar la operación, que estará comenzando a las seis en punto de la mañana”, expresó el directivo.
El último de los puntos de chequeo fue el simulacro de evacuación del equipo de siete personas que tendrá a su cargo la operación, a través del helicóptero “Ángel” de la Fuerza Aérea Colombiana.
Ese equipo, conformado por dos ingenieros operarios, dos mecánicos de soporte, un técnico eléctrico y dos operadores de grúa, será el único personal dentro del proyecto hidroeléctrico, que queda evacuado desde las dos de la madrugada de este miércoles y permanecerá así, con las obras paralizadas, hasta las seis de la mañana del próximo viernes.
Sobre los dos ingenieros que tendrán a su cargo la operación, el gerente Londoño de la Cuesta explicó que son dos operarios con más de 20 años de experiencia y que han trabajado ya en otras centrales hidroeléctricas.
La compuerta del túnel de captación que se va a cerrar mide siete metros de largo, cinco de ancho y 80 centímetros de espesor. Ubicada a 40 metros de profundidad, debe recorrer ocho metros para quedar totalmente cerrada. Esa distancia puede tardar en ajustarse hasta 120 minutos.
Este será el primer momento clave de la operación. La razón por la cual la compuerta se va a cerrar tan lentamente es porque la misma penetrará en un caudal de agua de 350 metros cúbicos por segundo, el cual no puede alterarse de manera abrupta para evitar el fenómeno de succión dentro del túnel. En condiciones normales, es decir sin caudal de agua, el cierre de la misma compuerta se haría en doce minutos.
“La compuerta se opera a través de unos motores, es una operación electromecánica, los motores impulsan y contienen, pero en el evento de que se llegue a desalinear la compuerta, tenemos una grúa de soporte que nos ayudaría a sostenerla para poder hacer la alineación nuevamente”, explicó el gerente Londoño de la Cuesta.
El segundo momento clave es el comportamiento del macizo tras el cierre de la compuerta. “Eso lo vamos a estar monitoreando durante seis horas a través de nuestros sistemas remotos de control”, añadió el funcionario. Entre los aspectos a monitorear está el nivel del embalse y el caudal de agua por los canales de descarga. Si la operación es exitosa, estos canales de descarga deben mostrar una disminución en su caudal.
Una vez pasadas esas seis primeras horas, ingresará al proyecto un primer grupo de personas para hacer el chequeo técnico de varios indicadores, proceso que se realizará durante 18 horas y que constituye el tercer momento clave de la operación, que debe terminar con un parte de estabilización general del sistema.
“Hemos hecho no solamente la revisión protocolaria sino toda la instrumentación y los trabajos técnicos que había que hacer previos a esta operación. Por lo tanto estamos muy confiados en que será muy exitosa, que le podremos ofrecer a las comunidades tranquilidad y que la afectación al medio ambiente va a ser mínima”, sostuvo el gerente general de EPM.
En diálogo con EL MUNDO, Jorge Londoño de la Cuesta explicó que este “es el momento oportuno de hacer el cierre” porque hay dos fenómenos que así lo señalan: el primero fue la cárcava encontrada en días pasados y, el segundo, son los vórtices o remolinos que ya se empezaron a generar en el embalse.
“Cuando el embalse baja más o menos a la cota 385 -hoy está en la 388- empiezan a generarse unos remolinos, unos vórtices, esos remolinos chupan material y chupan aire y eso puede afectar las rejas a la entrada de los túneles de captación y podrían causar unos daños”, enfatizó.
Tras el cierre de la compuerta del túnel de captación número dos, quedará abierta la compuerta del túnel de captación uno, la cual se cerrará en un lapso de entre tres y seis semanas, según sea el comportamiento del nivel de agua en el embalse.
Esta primera operación de cierre “lo que nos va a dar es una tranquilidad” para que “cuando tengamos que hacer el segundo cierre, ya tengamos mejor información” y ya se sabrá “cómo va a reaccionar el sistema y qué tenemos que tener en cuenta para ese momento”, explicó Jorge Londoño de la Cuesta.
El efecto del cierre de la compuerta, según han establecido los expertos asesores del proyecto Hidroituango, es que la descarga de agua desde la casa de máquinas pase de 700 a 350 metros cúbicos por segundo, una cifra aproximada puesto que es imposible establecer qué cantidad de agua ingresa por cada compuerta.
A este caudal se suman los 20 metros cúbicos por segundo que todavía siguen saliendo por los túneles de desviación y los 20 metros cúbicos por segundo que aporta el río Ituango. Es decir que, en teoría, el caudal del río Cauca debe ser de 390 metros cúbicos por segundo, muy similar al promedio histórico en época de verano.
“Este caudal no debe tener impactos ni ambientales ni sociales”, dijo el gerente general de EPM, quien añadió que si bien el río Cauca puede perder una tercera parte de su altura, con los demás afluentes que encuentra a su paso, a su llegada a Puerto Valdivia puede alcanzar 500 metros cúbicos por segundo.
Ahora bien, para el cierre de la segunda compuerta se esperará que el embalse suba hasta el nivel del vertedero, lo cual puede ocurrir en tres o seis semanas, según sea el régimen de lluvias, finalizó el gerente.