Así vio el arte Humberto Pérez Tobón

Autor: Óscar Jairo González
9 septiembre de 2018 - 07:10 PM

“El arte es un vehículo de sensibilización que conduce a una sabiduría clara y profunda”, expresaba el maestro fallecido el pasado 19 de julio. Había nacido en 1931.

Medellín

¿En qué momento es usted consciente de que su camino, su vía o su medio será el arte, su vida en el arte?

No creo estar muy convencido de que el arte es un camino o “mi camino”, es más bien una metamorfosis imposible de parar.

¿Qué hecho o que incidente lo marcó para ello y le llevó de manera irrevocable a esa provocación sensible, a mantenerse de manera poseída e invulnerable en ella?

Me adhiero enérgicamente al cuento de la metamorfosis. Es un cambio (por favor, no leer “Evolucionado”), gradual y total que no es causado por “incidente”, o autodeterminación. Si uno se mantiene firme y dedicado es más bien por restaurado que por iluminado.

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¿Para desarrollar su experiencia estética, recurre o se apoya usted en lo totalmente la razón, la racionalidad, o también hace inclusión, mezcla con lo intuitivo o sensible?

Es lo que he llamado “Esencialidad equilibrada”. Uno se apoya en lo racional en lo irracional, en el más allá, en el más acá. Todos los sentidos captando algo. (Yo trato de oír a Piero della Francesca y no oigo nada, pero esa sordera me ayuda a ver más profundamente.

¿En qué momento y cómo halla usted los temas que trata en su obra: se encuentran en conexión o en relación con sus obsesiones, sus sueños, lo ideal o más bien lo real y concreto de su experiencia vital?

Todo sale de un territorio, no de temas craneados. Si uno está asentado en su territorio interior, los bocetos preliminares fluyen con cierta facilidad (aunque ni tanta). El territorio es una mezcla de todo. Desde genomas hasta infecciones de la garganta. El territorio es la gran incógnita. Es un misterio y no tengo idea de cómo se aclara (¡además para qué!).

¿Qué poder o presencia en su obra le concede y le da usted a la naturaleza? ¿Cómo se expresa en sus cuadros y en usted mismo?

La Naturaleza es la única fuente de la “Esencialidad equilibrada”, es la única que puede iluminar hasta donde “No hay Naturaleza”. El yo mismo no existe, existe “Mi” Naturaleza esencial. Creo.

¿Qué poder, relevancia en su tarea estética le da al dibujo (“Un dibujo no es una cosa… es un acto”, dice usted) y a la pintura? ¿Al boceto? ¿Al proyecto?

Creo que tenemos que volver al “Territorio”. Uno no hace “Cosas” en un territorio, uno actúa. Va un poquito más allá de pensamientos o ideas.

¿Por qué ha decidido pintar al óleo sobre la madera? ¿Qué goce le provocan? ¿O qué manera de realización técnica le vehiculan, o eso está más allá de una condición técnica?

La madera tiene características especiales. Permite más posibilidades de texturas “visuales” (“no táctiles”), es noble, duradera; facilita la restauración o cambios grandes y ridículos (ridículos si uno espera milagros). Eso es lo que yo llamo noble.

¿Qué consideración le merecen las Facultades, Academias, Talleres de Arte en la labor de formación de artistas? ¿Es posible o imposible?

Casi imposible de contestar. Cuando el arte salió de los talleres (de lugares de trabajo y aprendizaje) y paso a la “Turris Eburnea” cambió su razón de ser y se convirtió en filosofía. Yo creo que para bien. Cuando se acabaron los mecenazgos el artista tuvo que convertirse en experto en mercado, relaciones públicas, ingeniería de producción, publicista de medio pelo, etc.; con un deterioro catastrófico de la ética, la estética y de su “razón de ser”.

¿Qué tanta importante es para usted exponer o no lo es, le resta importancia a ello? ¿Qué puede decirnos en relación de cuando se siente preparado o no para una exposición?

Me parece, nunca estoy seguro de mercadeo, no es ya mi oficio, que el mercado es pequeño y aun así no está manejado por categorías. Por consiguiente los precios son arbitrarios y manipulados. Exhibir en estas condiciones es disparar en la oscuridad. ¡Es una experiencia dolorosa! La verdad es que uno no esta jamás preparado para exhibir. Tal vez los sublimes saben cuando. ¡Yo no!

¿Qué es para usted el color y cuáles serían sus colores o sea, aquellos que más ama, siente, lo expresan, o sea desde el orden de las predilecciones, placeres y gustos?

Yo no escojo los colores, los colores se meten la cuadro. El color aunque se le llama “Lo más importante” para mí es un elemento delicado en el mensaje o espíritu del cuadro. A través de los años he llegado a una economía muy grande del color, contrastes. He llegado casi no más a sepias y azules que se formando con veladuras muy tenues de una paleta limitada. Mi color favorito es el que no tiene nombre.

¿Cuál ha sido su mayor momento de realización en lo que ha hecho o en lo que hará, y cuál el momento de máxima frustración y por qué, que ha obtenido de ello?

El mayor momento de realización es a todas horas, porque todavía puedo seguir pintando. El momento de máxima frustración también es a todas horas, porque me quedan muchas cosas por aclarar y corregir. Aprender es grandioso pero duele.

¿Qué nos podría decir usted sobre la crítica de arte? ¿Es ella necesaria ó no para el artista?

La crítica de arte metida en una burbuja aséptica e invulnerable. Constituida por personajes sabios, justos, ecuánimes, brillantes, magnánimos, dedicados, generosos, nobles, faros de luz y apoyo; poderosos en mercadeo y comunicaciones, guías de artistas perdidos. ¡Serían una bendición! ¡Yo creo que no existen ni en el cielo!

¿Qué clase de público espera o quiere formar con su obra? ¿Le interesa el espectador o más bien lo distancia de lo que hace?

Yo no puedo darle nada al público, porque nunca he podido saber que quiere el famoso monstruo de Mil Cabezas. Me interesa la relación con él, pero lo único que puedo hacer, es hacer lo mejor posible, en todo.

¿Qué importancia en el desarrollo del arte le confiere a los mecenas, los galeristas y los coleccionistas del arte? ¿Qué trato tiene con ellos?

Estos señores son, en pocas palabras, los “Guardianes de la Llama”. De su sabiduría y entrega depende el futuro del arte en todas sus formas. He estado muy alejado de ellos tratando de configurar una obra que merezca la atención de los “Guardianes de la Llama”.

¿Considera que el artista debe cumplir con un papel en la sociedad y tener una responsabilidad frente a ella, o solamente frente a sí mismo, con su arte?

Si uno hace con toda la seriedad y toda la dedicación lo que cree que hace bien está cumpliendo a cabalidad con la responsabilidad social. Si estamos hablando de Arte Comprometido tengo que citar a Borges: “Decir que hay Arte Comprometido es como decir que hay equitación protestante”.

 ¿Qué intervención le concede en su formación estética a la música. Qué clase de música o músico escucha, por qué y para qué?

La influencia de la música es total y casi absoluta. Es tal vez la única expresión verdaderamente abstracta y capaz de mantener un estado de ánimo constante o por lo menos duradero. Tiente totalidad, textura, sentimiento, armonía, equilibrio, flexibilidad de interpretación. Escucho por lo general, o casi siempre, a Bach, Gabrielli, Monteverdi. Casi todos los post barrocos: Brahms, Wagner y R. Strauss. Es una lista larga, que incluye la música japonesa clásica.

 ¿Qué dibujante colombiano ha mediado en su formación, a quien estudio y por qué; y qué tanta importancia ó no tiene en su obra? ¿Y qué dibujante colombiano contemporáneo admira y aprecia, y por qué?

Todos los dibujantes a los cuales uno se “arrima” influyen notablemente. Me acerqué y estudié a Juan Cárdenas, Roda, Óscar Jaramillo, Grau, Alcántara y Manuel Hernández. El dibujante supremo en Colombia en este momento es José Antonio Suárez. Es un gurú misterioso, de la exquisitez del verdadero dibujo. Dedicación absoluta y reverencia por el oficio.

¿Qué opinión tiene usted sobre la importancia o no del artista de participar en Salones Nacionales o Regionales, y sí los premios, lo impulsan o más bien operan de manera contraria?

¡Son importantísimos! Son la Certificación más oficial y más seria del arte colombiano. Si es un personaje “Certificado”, nos salva de ser ciudadanos de segunda.

¿Qué es para usted y como se expresa en su obra lo femenino, desde sus turbulencias, caos o calma y sensualidad exuberantes y plenas?

“Lo Femenino” es parte integral de absolutamente todo, es el bien conocido Ying-Yang. Donde no se entienda o se ignore, todo sale áspero, roñoso, turbulento y caótico. Sin “Lo Femenino” no se consigue jamás la “Esencialidad equilibrada”.

¿Cuándo usted trata de sus relaciones con otros artistas, desde y en sus obras y sus vidas, porque las denomina “Pequeñas conversaciones íntimas”? ¿Qué es allí lo íntimo, lo interno de ellas? ¿Cuál es el carácter de su preferencia?

Porque como no nos vemos cara a cara me queda más fácil hacerles preguntas que nunca sería capaz de hacer de otra manera. Preguntas ingenuas. Que son las que yo llamo “Íntimas”. Cuando uno establece un diálogo con señores de ese calibre y a través de obras de gran calibre, las preguntas empiezan a tener respuestas insospechadamente profundas. Son la esencia de un sentimiento de siglos.

Lo invitamos a leer: El padre y los artistas

 

¿Por qué Della Francesa, Holbein, Velásquez, Schiéle, Rops, Hölder? ¿Podría describirnos brevemente cuando hace la elección de cada uno de ellos, y por qué, de conversar con ellos, por medio de su arte? ¿Son invocaciones?

Yo no los selecciono, ellos me seleccionan para regañarme o abrirme una puerta enorme. Tiene que ser enorme para yo poderla ver. Estos señores amables y grandiosos le devuelven al mundo la esperanza. Una conversación con cualquiera de ellos es como oír a Monteverde con los ojos. Estoy citando a Héctor Abad Faciolince, excelso practicante de conversaciones en silencio.

¿Por qué intenta, o es lo que nosotros observamos, vemos en su tentativa; hacer trayecto por la historia del arte? ¿Considera que un artista necesita, requiere conocer la historia del arte, para su formación estética?

Yo sí trato de viajar en el tiempo, me ayuda a conseguir atemporalidad y a resistirme a la moda y al mercado. Si uno no usa el espejo retrovisor lo pulverizan las tractomulas. Cualquier pieza de comunicación (gráfica, etc.), para cumplir con su “Razón de ser”, tiene que tener cantidades enormes de ética y estética. Esto hace que algunos de mis amigos silenciosos sigan vivos después de 400 años. ¿Conocer la historia del arte? Importantísimo saber quiénes son inmortales y por qué.

En el arte moderno, el artista reflexiona sobre lo que hace, crea su podríamos decir, su propia teoría o hace su manifiesto estético: ¿Considera que el artista debe hacerlo, explicar lo que hace, aclararlo?

El artista moderno, en este momento, tiene que hacer manifiestos, teorías, justificaciones, carretazos, inversiones, porque esta solo. Si quiere intentar “algo” tiene que hacerlo todo y lo más grave y costoso “divulgarlo”. Y grotescamente costos y estéril. Hacer que se acepte “su aigo”.

¿Qué reflexiones le merece en arte moderno? ¿Cómo se relaciona o no con él, que le interesa y que rechaza? ¿Y una instalación, o performance, que le dicen?

Modernismo no es en sí mismo una virtud o una condición sobresaliente. Hay gran arte moderno y una cantidad aterradora de mal arte moderno. También es un indicador importantísimo de “Ideales Culturales”. A veces (muchas) no son “Ideales” sino tonterías. Y lo mismo pasa con absolutamente todas las expresiones del ser humano. Yo no estoy calificado para rechazarlo, ni aceptarlo; el mérito que me hace aceptarlo y amarlo: “La cantidad de humanidad individual, fundida en la obra”.

Frente a las modernas tecnologías y su incesante evolución: ¿Qué papel cumpliría para usted el arte?

El Arte, bien entendido, El “Hacer Arte”, es simplemente mantener una relación sensible con todo. El Arte, bien entendido es un vehículo de sensibilización que conduce a una sabiduría clara y profunda. No importa cuántos equipos fascinantes sean mercadeados diariamente. Más necesaria se vuelve La Sabiduría clara y profunda. El computador más espectacular del mundo es nada con un idiota al frente.

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