Además del cambio climático, los cambios de ecosistemas de las aves ocurren también porque los bosques y humedales son transformados en áreas de cultivo, potreros y zonas urbanas, sumado a los aumentos en los niveles de contaminación; y por la presencia de especies invasoras.
Una investigación apoyada por el Instituto Humboldt en la Sabana de Bogotá dio a conocer que varias especies de aves fueron registradas en ambientes naturales con alturas y temperaturas diferentes a las que habitan, como consecuencia del aumento de la temperatura.
Según este estudio, el cambio climático fue el responsable de los cambios presentados en el 51% de las especies de las aves registradas y estudiadas en un lapso de 26 años, en una investigación que utilizó datos suministrados por el conteo navideño de aves, organizado por la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO), considerado el seguimiento más antiguo del país a un grupo de vertebrados terrestres.
El Instituto asegura que “el cambio climático es en la actualidad una amenaza creciente para la biodiversidad al punto de afectar a gran variedad de organismos, causando en ellos, por ejemplo, desplazamiento a mayores alturas debido al aumento gradual de la temperatura y variación en las temporadas habituales de reproducción; y en los ecosistemas, alteraciones en su composición y estructura”.
Este último aspecto se evidencia que “por ejemplo, en los ecosistemas de alta montaña de los Andes, hoy entre los más amenazados por la reducción de áreas disponibles ante el aumento de presencia de especies trasladadas, que buscaron mayores elevaciones, por el incremento de la temperatura. Tal circunstancia ha traído como consecuencia el cambio de la composición de este ecosistema y afectaciones en sus procesos ecológicos”, detalla el Instituto Humboldt en un comunicado, en el que también asegura que “dichos desplazamientos de las especies toman particular relevancia en la región tropical y son una de las respuestas de las especies al cambio climático global. Allí, el clima tiende a permanecer estable y los organismos que la habitan se encuentran adaptados a tales condiciones pero con poca flexibilidad para moverse a otros rangos altitudinales. Esta condición significa en muchos casos que su sobrevivencia depende de un movimiento hacia zonas más altas”.
Igualmente, resalta que “el cambio climático actúa como ‘trampa térmica’, y el desplazamiento de las especies como la mejor forma de acceder a temperaturas inferiores para asegurar las condiciones óptimas, aunque este ascenso a las montañas represente un riesgo en la reducción de las poblaciones de especies y, eventualmente, de extinción al no soportar climas nunca antes experimentados”.
Loreta Rosselli, doctora en Ciencias Biológicas y profesora de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales, Udca, fue una de las investigadoras que participó en este estudio y en diálogo con EL MUNDO explicó que “estos estudios dictan que deben ser realizados específicamente en un círculo de un radio determinado, pero esto mismo pasa en todo el territorio. El estudio se inició a hacer en la ciudad de Bogotá, pero esto se empezó a impulsar más o menos en el año 2001 por el Instituto Humboldt a través de la Red Nacional de Observadores de Aves y se hace en muchos sitios, algunos estudios se han interrumpido y otros se han continuado, pero tengo conocimiento de que esto se ha hecho en todo el país, desde San Andrés hasta Leticia”.
Según afirmó la doctora Rosselli, “el que las aves estén cambiando a ecosistemas de mayor altura por causa del cambio climático una de las teorías que hay. En un estudio que se está realizando en todo el mundo se ve que uno de los efectos que tiene el cambio climático es que desplaza a ciertos organismos que están acostumbrados o están adaptados a ciertas temperaturas y ciertas condiciones, esto se ha encontrado en plantas, en microorganismos, en mamíferos y en algunas aves. No sabemos los detalles específicos de por qué lo hacen, pero algunas aves se están desplazando hacia arriba, como buscando temperaturas digamos más acordes y diferentes a las que estaban acostumbradas”.
Para Loreta, “el hecho de que se estén afectando partes del medio ambiente quiere decir que este ya está afectado, eso de por sí ya es una afectación. ¿Qué otros efectos pueda tener?, esos son estudios que están pendientes por hacer. Por ejemplo, si un ave es un poliberador y deja de existir en una parte pues las plantas de esta parte seguramente se van a ver afectadas, si es un dispersor de semillas las plantas que va a dejar de dispersar también se van a ver afectadas, si estas aves están llegando a zonas nuevas probablemente puedan empezar a competir con otras aves que hagan cosas similares. Todo esto está por estudiar, pero son cosas que potencialmente pueden ocurrir”.
Ana María Castaño Rivas, miembro de la Sociedad Antioqueña de Ornitología, SAO, también habló con este medio y al ser preguntada por la razón por la que el cambio climático ha hecho que las aves busquen nuevos ecosistemas respondió: “Las especies evolucionan para adaptarse a las condiciones del sitio donde habitan. Cuando las condiciones cambian por el cambio del clima las plantas son las primeras que sufren, pues no tienen la movilidad para desplazarse y empiezan a sufrir procesos de extinciones locales. Algunas especies de animales tienen relaciones exclusivas con algunas plantas y al desaparecer estas, ellos o se adaptan muy rápidamente o su fuente de alimento desaparece y, a su vez, ellos también”.
Algunas de las especies de aves más comunes en el territorio antioqueño. Fotos: Mario Rincón y Cortesía. Gráfico: EL MUNDO
Esta expresidenta de la SAO afirmó que hay varios ejemplos de las aves que han presentado estos cambios de ecosistemas en el departamento antioqueño: “Hay muchos ejemplos de aves que han cambiado sus rangos altitudinales por el cambio climático. Lo que más observamos es especies que suben. ¿Por qué suben?, porque las plantas que logran adaptarse tienden a buscar climas similares a los que tenían. No toleran pasar a un clima más cálido y buscan subir, con ellas suben las aves que se alimentan”.
Estos procesos, explicó Castaño Rivas, “no son procesos inmediatos. Son muchos años de movimientos imperceptibles y no es que las plantas ‘caminen’ hacia arriba, lo que pasa es que en muchos casos sus semillas son dispersadas por animales y sobreviven las que ascienden a climas más frescos y mueren las que llegan a climas más cálidos. Por ejemplo hace muchos años no había Ibis en nuestra ciudad, hoy estamos llenos de ellos, pero muchas especies han ido ‘subiendo’”.