Los inmensos problemas que debe enfrenar el nuevo PM no se limitan al ya inmanejable del Brexit sobre el cual deshonestamente ha desorientado al electorado con información falsa (minimizando los riesgos, dificultades y costos) y su omnipotencia (que cree que con ser macho la EU se le va a doblegar)
La elección de Ben Johnson como primer ministro del RU, es en sí misma un evento tribalista: un selecto 3 por mil de los electores, conformados por la fracción más conservadora y elitista del partido conservador, eligen a un furioso Brexitier, el personaje más inadecuado para sacar al país de la severa crisis política en que los sumió Brexit y el atroz e incompetente manejo de la clase política a este problema. BJ compite con Trump en su increíble capacidad de mentir, sus habilidades demagógicas, su inestabilidad, su omnipotencia narcisista (que BJ define ahora como optimismo), su elitismo (Trump económico y BJ social), su hipocresía, su vengatividad y agresividad (con la que pretende superar las profundas divisiones en sus países). Pero a favor tiene que no es tan patético como Trump: menos inculto (producto prototípico de un sistema educativo ultra elitista Eaton, Oxford), menos patán (aunque la forma como arrollo a un chiquito jugando rugby crea dudas), menos nepotista y antiético que Trump (quien está beneficiando sus negocios con el poder presidencial), menos racista antinmigración y no llega al horror de negar la catástrofe (cambio es un eufemismo) climático.
La incertidumbre creada por el proceso de negociación del Brexit y la imposibilidad absoluta de encontrar una solución que satisfaga a la UE y el parlamento británico, la cual ha hecho el no Brexit sea, dada la inflexibilidad de la primera a modificar el acuerdo logrado con TMay y la omnipotencia y el autismo de los políticos británicos, altamente probable. Un resultado que en contra de todas las mentiras de los brexitiers agigantando los beneficios (ej. sobre. el beneficio para el sistema de salud de la suspensión de los pagos a la UE) y minimizando los costos (comerciales, industriales y financieros), será catastrófico para el RU.
Pero los inmensos problemas que debe enfrenar el nuevo PM no se limitan al ya inmanejable del Brexit sobre el cual deshonestamente ha desorientado al electorado con información falsa (minimizando los riesgos, dificultades y costos) y su omnipotencia (que cree que con ser macho la EU se le va a doblegar), agravados por el autismo de los brexitiers (que no logran conectarse con la repetida negativa a modificar el acuerdo creyendo que la discusión es solo entre ellos) y la increíble disfuncionalidad política del actual parlamento. Las tensiones con Irán resultantes del vandalismo diplomático de un inepto (Trump según el embajador Darrox) destruyendo el trabajosamente logrado acuerdo con Irán y endureciendo las sanciones eliminadas por éste y una espiral entre USA Israel y AS vs Irán en la que el RU se enredó por presión de Trump. La inestabilidad institucional creada por éste con su retiro de acuerdos (Paris, Nafta) y sus guerras comerciales con China y otros frentes. Una economía global que no ha podido recuperarse cabalmente de la crisis de 2008-9 y un RU incluido en la recesión en Europa causada por ella.
La salida del RU de la UE muestra como la epidemia de populismo de derecha se extiende de Europa (Polonia, Austria, Francia, Hungría), USA/Trump, Brasil (en donde conservadores corruptos subieron al poder en un golpe de estado a un monstruo) e India, como reacción contra un proceso de globalización cuyos beneficios se han concentrado en una elite, al RU. Con la concentración/exclusión producida por la intensificación de una globalización en la cual una minoría minúscula, especialmente la ligada al proceso de financializacion, se ha beneficiado desproporcionadamente, la gente no le come más cuento a políticos y economistas de que todos estaremos mejor en una economía globalizada (así esto tenga sentido económico como lo muestra el Noreste Asiático incluida China). Este escepticismo frente a los expertos y desconfianza en la elite se extiende así de los países en desarrollo a los desarrollados, haciéndolos presa fácil para demagogos nacionalistas como estos dos personajes.
Como populismo que es, el “Brexit” muestra las típicas características (Portafolio Mayo-05-2016:Trump: contracción económica y populismo) de este: i) el nacionalismo como tribalismo paranoide en reacción a una amenaza real o imaginaria (la UE como burocracia centralista) ; ii) el culto a la personalidad del caudillo (B Johnson) en su role o mesiánico o de protección parental frente a esa amenaza, culto en el cual la hipnosis mediática lograda mediante la deformación propagandística de la realidad en los medios juega un papel fundamental; iii) la pretensión ignorante de que problemas de enorme complejidad se pueden resolver mágicamente con fórmulas simplistas (slogans: a new Golden age como la great América de Trump) que en lo económico, se traduce en una omnipotencia violatoria de las leyes de la economía. Esta negación de la realidad manifiesta en las celebraciones por el triunfo del Brexit y (desconocimiento la imposibilidad en la realidad) por el de triunfo de BJ, desconoce como todos los expertos alertaron sobre la caída de la libra, el alza en los precios y el freno al crecimiento, enfatizando en el impacto de la incertidumbre y la volatilidad generada sobre la actividad económica, particularmente la inversión (cuando el grueso de la extranjera en el RU buscaba acceso al mercado común).
Claro que en los argumentos por el Brexit hay elementos reales como la presión sobre los salarios que ejerce la oferta de mano de obra de Europa oriental (particularmente Polonia). Pero como lo dijo el eminente historiador (profesor de Columbia) S Schama se trata de un repudio al conocimiento y a la realidad. Una negación omnipotente de que la ganancia en el control de las fronteras (control de la inmigración que con razón reclaman) se logrará al altísimo costo económico mencionado (ej. el freno a la demanda por servicios públicos será inferior a la erosión de su oferta causada por la caída en el ingreso gravable). Además del impacto de la incertidumbre en una economía global/europea luchando por recuperarse, las consecuencias para el RU son alarmantes: el desmembramiento con un Scotexit pues los escoceses no cayeron en el populismo de derecha; una recesión causada por la pérdida de acceso a la más grande unión económica del mundo y la migración de la city a Frankfurt, cuya superación estará frenada por la incertidumbre causada por prolongación de las negociaciones con la UE.
Mientras que en anteriores momentos críticos la providencia nos ha bendecido con líderes (FDRoosvelt, WChurchill, JFKennedy, MGorbashev, WBrandt, DHammarskjöld) que han guiado la polis global a través de crisis políticas más difíciles que la actual, ésta es agravada por demagogos populistas, divisionistas prometiendo unidad, narcisistas agresivos que adelantan un programa de hegemonía tribal que agravará la crisis política en vez de aliviar sus efectos. Y como van las cosas, los demócratas van a reelegir a Trump otra vez yéndose demasiado a la izquierda para un electorado con un gran segmento carente de educación política (incapaz de distinguir entre socialdemocracia y comunismo) y distrayéndose en el enjuiciamiento de Trump; y cuando el gobierno británico tenga que llamar a elecciones porque BJ (culpando a la EU por no doblegarse) no logra el apoyo del parlamento, el laborismo (liderado por un indeciso inepto confundido ) no constituirá una alternativa. Todo depende de quien salga ganando en la centenaria pugna entre la cabeza del gobierno (dispuesto ahora a retirarse sin acuerdo: no Brexit) y el parlamento (alineado para impedírselo).