29 años después, una atleta latinoamericana volvió a ser elegida como la mejor del año por la Iaaf. La última deportista de dicha región en conseguir el prestigioso logro fue la cubana Ana Quirot (1989).
Lo de Caterine Ibargüen es descomunal, gigantesco, histórico. Una deportista que en cada salto, en cada movimiento, metro a metro, desparrama talento, alegría, buena energía y tenacidad.
Y es que Caterine se ha hecho salto tras salto. Desde que salió de su natal barrio El Obrero de Apartadó en busca de un sueño, hasta hoy, elegida la Atleta del año de 2018, en la Gala de la Federación Internacional de Atletismo (Iaaf), su vida ha sido un verdadero carrusel, una montaña rusa que ha tenido una suerte de vaivenes, momentos de júbilo y desazón, de logros nunca antes imaginados para el deporte colombiano, pero también de instantes de melancolía y de replantearse su carrera.
La irrupción de la joven y talentosa venezolana Yulimar Rojas, sumado a que alcanzó su pico máximo de rendimiento, incluido todos los títulos a los que puede aspirar un atleta de alto rendimiento, llevaron a “Cate” a una considerable merma en su rendimiento en 2017.
“La negra grande de Colombia” o “la Pantera de oro”, como muchos le dicen cariñosamente, confesó que en determinado momento sufrió con los crueles y despiadados comentarios vertidos desde un país que se une y celebra como pocos los éxitos de sus deportistas, pero que también siembra cizaña y critica encarnizadamente a los mismos atletas cuando los resultados no son favorables.
En ese momento, cuando parecía caer en el ring para no levantarse más, cuando parecía declinar ante un panorama adverso, hizo un clic. Se miró hacia adentro y con el tesón y la constancia que la caracterizan, resurgió para recuperar su lugar en lo más alto del atletismo orbital.
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La de 2017 no fue una buena temporada para la del Urabá, y para la muestra están los resultados. Perdió con Yulimar Rojas el trono de la Liga de Diamante, que había ganado con cierta holgura durante cuatro años consecutivos (2013 2014, 2015 y 2016), además de ceder el primer lugar en el Campeonato Mundial, celebrado en Londres.
Pero 2018 fue el año del resurgir. Regresó fuerte, imponiendo su fortaleza desde la primera prueba. Sobresalió en el Grand Prix Ximena Restrepo, en Medellín, y a partir de allí dominó con autoridad en la Liga de Diamante, en la cual reconquistó el título y volvió a exhibir su sonrisa fresca y la alegría que exterioriza permanentemente.
Tal fue el impacto que generó su impecable temporada, que regresó a los primeros planos y fue nominada por quinta ocasión para el reconocimiento de Atleta del año 2018, que felizmente pudo obtener por primera vez, para engrosar una rica y destacada trayectoria profesional.
Ahora, el reto máximo para la antioqueña está centrado en reconquistar el título orbital en 2019, en el Campeonato Mundial que se celebrará en Doha, Catar, entre septiembre y octubre próximos.
Caterine ya está en el podio de los mejores deportistas de la historia de Colombia. Una lista que encabezan los históricos Martín Cochise Rodríguez y Antonio Cervantes Kid Pambelé, quienes abrieron el camino para poner los colores de nuestro país en lo más alto.