Los relatores del informe Basta Ya Medellín argumentaron que este documento será útil si promueve el diálogo sobre lo que pasó para que no se permita la repetición de los hecho violentos, un riesgo que se corre en el escenario actual.
El Centro Nacional de Memoria Histórica hizo público este jueves el informe Medellín: memorias de una guerra urbana, el cual sostiene que las violencias que ha vivido y experimenta en la actualidad la ciudad se debe a una confluencia de los fenómenos victimizantes del conflicto armado en el ámbito nacional y los efectos del narcotráfico en una sociedad degradada por los enfrentamientos entre carteles del comercio de drogas.
Marta Inés Villa, directora de la Corporación Región y relatora del informe, expresó que esta idea “nació a partir de una discusiones de ciudad que comenzaron desde 2014. La conclusión de la discusión es que debemos poseer un relato colectivo que nos permita ponernos de acuerdo en lo que estamos hablando. Sin este elemento, es muy difícil avanzar en una discusión sobre reparación colectiva; todavía no sabemos qué pasó ni qué interpretación hacer de esto”.
A pesar de que el proceso de investigación tenía un plazo de un año, luego de ver los hallazgos los relatores tuvieron que tomarse dos años por la complejidad en la construcción de ese relato común y riguroso que querían plasmar en esta versión municipal del Basta Ya.
Este ejercicio de dignificación de las víctimas fue realizado por el Cnmh, junto a la Universidad de Antioquia y Eafit, y la Corporación Región.
Manuel Alberto Alonso, profesor del centro de estudio políticos de la U de A y relator de este ejercicio, planteó que su objetivo es “reconocer lo que ha pasado y realizar una dignificación desde el conocimiento del pasado”.
“El informe es un conjunto de relatos y de memorias de víctimas, habitantes, organizaciones sociales y cívicas, instituciones públicas y privadas, académicos. Las preguntas a las que debía responder eran quién hizo esto, a quién se lo hizo, cuándo, por qué, qué impactos tuvo esto y cómo respondió la sociedad”, explicó Alonso.
Sobre los elementos que caracterizaron el informe, este relator aseguró que “Medellín es el escenario de dos grandes auges del conflicto armado y la violencia en el país: la guerra contra el narcotráfico que se vivió en Medellín, en un contexto de crisis económica que afectó a los jóvenes en su acceso a empleo y escolarización. Por otro lado, la ciudad experimentó la incursión de la guerrilla y los paramilitares para urbanizar el conflicto armado”.
Según Villa, en Medellín se vivió en los 60 una crisis del proyecto regional y de élites económicas, “ya que los grandes grupos económicos no fueron capaces de responder a las transformaciones que estaban sucediendo en la ciudad, entre las cuales se comenzó a evidenciar el surgimiento de actores y prácticas que cuestionaron la legitimidad y el monopolio de la fuerza del Estado y generaron una suerte de órdenes diversos a este”.
Para la investigadora, una de las dificultades es que no hay algo que pueda nombrarse como memoria colectiva, sino que existen momentos que la gente identifica dentro de una línea de tiempo.
“Por ejemplo la muerte de Héctor Abad Gómez, incluso jóvenes que no vivieron ese momento lo nombran como un hecho muy representativo. Esto marca la época de los ataques hacia el sector de los líderes sociales y defensores de los derechos humanos. También fue muy mencionada la operación Orión como un escenario de violencia marcado en la ciudad”, agregó.
Sobre la importancia y lo que podría lograr este informe, Alonso concluyó que “el informe cumplirá con su propósito sólo si logra que, esta sociedad se cuestione vuelva a hablar de lo que nos pasó, nos está volviendo a pasar y si vamos a permitirlo”.
Según los datos recopilados por el Observatorio del Centro Nacional de Memoria Histórica, en Medellín no se reconoce al autor en la mayoría de los casos de victimización (49%). En el 51% restante los autores reconocidos son, en su orden: grupo paramilitar (25%), guerrilla (15%), grupo posdesmovilización (15%), y agentes del Estado (1%).