Este martes la Escuela Nacional Sindical (ENS) presentó su décimo informe sobre "la desigualdad social y la necesidad de promover trabajo digno y decente 2007-2016”, en Plaza Mayor de Medellín.
En su décimo informe la Escuela Nacional Sindical (ENS) halla problemas estructurales como la informalidad, compuesta por aquellos trabajadores que no acceden a salud, pensión y riesgos laborales y se sitúa con una tasa del 66,7%, y que el cuentapropismo, es uno de los mayores generadores de empleo con el 43,1%. También evidenciaron que las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres sigue en aumento, y el salario mínimo de Colombia aún continúa siendo bajo en comparación con otros países de Latinoamérica, situaciones estas que aún persisten y que se destacan en su décimo informe “Sobre la desigualdad social y la necesidad de promover trabajo digno y decente 2007-2016” presentado este martes.
El año pasado la tasa de desempleo en el país se ubicó en 9,2%, una de las más altas en Latinoamérica. En ese sentido, la rama de actividad que durante la última década impulsó la generación de puestos de trabajos fue el sector de comercio, hoteles y restaurantes, que generó en promedio un 26,6% del empleo total del país. En contraste, los sectores de la agricultura, caza, silvicultura, pesca y minería cedieron su participación ya que era de 19,5% en 2007 y en 2016 cayó a 16,9%. A su vez la industria durante el mismo período de tiempo pasó de 13,4% a 11,5%.
Según Carmen Tagarife López, profesional del área de investigación de la ENS, el 51,3% de los colombianos son ocupados no asalariados. “Es decir, personas que están en general en el rebusque, o incluso trabajan sin remuneración”, mientras que un 48,7% son asalariados. .
Es así que la experta recomendó la importancia de mirar la relación entre el ingreso y la pobreza, ya que este es fundamental en el acceso a bienes y servicios que brindan una calidad de vida.
Por otro lado, evidenció que Colombia aún es un país muy desigual respecto a la distribución de la riqueza de manera equitativa, “porque en 2015 el ingreso del 10% más rico de la población fue 43,9 veces el ingreso del 10% más pobre”, señaló la profesional, explicando que esto responde al comportamiento del mundo del trabajo, siendo que un 48,7% de la población recibió menos de un Salario Mínimo Mensual Legal Vigente (Smmlv) el año pasado.
Además, Tangarife López expuso que de acuerdo con un informe de la Universidad de la Sabana de este año, Colombia tiene uno de los salarios más bajos de la región, ubicándose en el cuarto puesto. “US$244 es el salario mínimo en Colombia, mientras que Guatemala, Costa Rica, Panamá y Argentina tienen ingresos superiores”. El 37,2% de los ocupados recibió entre uno y dos Smmlv y sólo el 14,1% obtuvo más de dos, con una disminución de 3,1 puntos porcentuales (pp) con respecto a 2015, cuando fue de 17,2%.
En cuanto a la distribución del ingreso en el país, el Banco Mundial subrayó que en 2014, Colombia sobresalía como el más desigual de América Latina, seguido de Paraguay y Brasil. En 2016 el coeficiente Gini, que se utiliza para medir la desigualdad, fue de 0,517.
Seguridad social y laboral
Entre 2008 y 2013 más del 70% de los ocupados no contó con acceso a los tres sistemas de protección social (salud, pensión y riesgos). En 2016 se situó en 66,7%.
“Más de once millones de trabajadores no tienen cobertura pensional, y según la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (Pila), sólo el 57% de la población económicamente activa cotiza pensiones, y de estos el 74% lo hace durante ocho meses al año en promedio”. Esto sumado a que el 60% de los trabajadores son informales, con salarios inferiores al mínimo.
La salud es la que mayor cobertura de afiliación tiene con un 92,7% de los trabajadores, en contraste con las pensiones y la afiliación a riesgos laborales. En 2016 “sólo el 49,1% de los ocupados está en el régimen contributivo y esto trae dificultades porque el subsidiado se sostiene en buena parte por el régimen contributivo. Hay que tener una cultura de seguridad social”, dijo la profesional de la ENS.
Asimismo, el año pasado el 45,3% de los trabajadores estaban protegidos contra accidentes y enfermedades laborales, siendo el agropecuario el más afectado con el 10,2% de afiliación a este sistema mediante una aseguradora.
"Ha habido avances de los derechos de protección social, pero no han sido estructurales, ni tienen que ver con el modelo económico, sino más bien con algunas políticas con un impacto positivo pero coyuntural, con la Planilla Pila, que disminuyó la evasión del pago de la seguridad social; el incremento del número de inspectores del trabajo y las políticas de formalización laboral. Sin embargo, están agotando sus efectos positivos, lo que requiere cambio en el modelo económico y de protección social", argumentó Tangarife López.
Mujeres y jóvenes
En 2016 el salario mensual promedio de las mujeres fue $854.328, es decir, sólo el 81,3% de lo que obtienen los hombres, lo que muestra un aumento, ya que en 2008 era de 82,1%. Asimismo, la profesional agregó que en 2015 sólo el 2,7% de las vinculadas al mundo laboral ocuparon cargos directivos.
Los trabajos domésticos y de cuidado que no son remunerados representan el 18,2% del Producto Interno Bruto (PIB) según la Primera Encuesta Nacional de Uso del Tiempo Libre 2012-2013, siendo estos exclusivos de las mujeres. Por ejemplo, en el caso del trabajo doméstico, la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), mostró que hay 677.218 personas que se dedican a esto.
Por otro lado, durante el año pasado, el 21,2% de los jóvenes eran NiNis (ni estudian, ni trabajan, ni se capacitan), factor que les preocupa porque “podrían ser atraídos por la generación de ingresos ilegales (delincuencia)”.
Trabajo forzoso
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2017 Colombia ocupa el puesto 18 de los países que tienen trabajos forzosos, sin embargo, “no hay cifras precisas que permitan un análisis detallado”, comentó la profesional laboral.
Referente al trabajo infantil, mostró que entre 2012 y 2016 pasó de 10,2% a 7,8%, disminuyendo 2,4 pp, lo que significa que hay 291.000 niños menos en esta condición, lo que equivale a un 25% en ese mismo período.
Empleo precario
En los últimos cuatro años, más de la tercera parte de los ocupados tenía un empleo temporal, es decir “con contrato a término fijo o a través de cooperativas o empresas temporales. En 2016, el 37,0% de los ocupados se encontraba en esta situación”.
En las zonas urbanas el porcentaje de empleo temporal es de un 36,7%, en contraste con el de las rurales (41%). Al respecto, las mujeres fueron las que mayor porcentaje obtuvieron con 41% frente al 33,9% de los hombres.
En ese sentido, las formas de contratación que más contribuyen a la vulnerabilidad laboral son: “Empresas de Servicio Temporal (Est), Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), Sociedad por Acciones Simplificadas (S.A.S.), entre otros”, indicó Tangrife López.
Sindicalismo
En 2016 sólo el 4,6% de todos los ocupados estaba afiliado a un sindicato. En Colombia hay 5.449, aunque estos “se caracterizan por su dispersión. El 80% tiene menos de 100 afiliados”. Respecto a las violaciones a la vida, la libertad y la integridad física de quines se agremian en un sindicato, entre 2007 y 2016 se registraron 5.271 situaciones. Entre ellas 351 homicidios (33 contra mujeres), 159 atentados, 3.478 amenazas, 420 hostigamientos, 183 detenciones arbitrarias y 30 allanamientos ilegales.
Según el registro de la ENS, en el último cuatrienio la protesta tuvo un promedio de 368 actividades por año. Algunos sidnicatos que adelantaron huelgas fueron: Unión Nacional de Empleados Bancarios (Uneb), Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (Sintrainagro), Asociación Nacional de Funcionarios y Empleados de la Rama Judicial (Asonal Judicial), Sintratablemac, Sintrasalinas, Sintracoala, entre otros.
Condiciones para un trabajo decente
Entra las recomendaciones para tener igualdad en Colombia, la experta laboral dio a conocer que se requiere de la garantía de derechos laborales y que haya un cumplimiento de objetivos estratégicos de trabajo decente, es decir, “que a los trabajadores se les garanticen los derechos y se les remunere de manera adecuada. También que tengan la posibilidad de acceder a una organización sindical, que haya diálogo social y exista una sociedad incluyente para los trabajadores y sus familias y en donde se genere empleo decente a los jóvenes con salud, pensión y riesgos, cesantías y cajas de compensación. Así podríamos obtener condiciones verdaderas de trabajo decente”, puntualizó.