Dos equipos nacionales, uno de Boyacá y otro de Cundinamarca integrados por 17 personas, competirán desde la próxima semana en las XI Olimpiadas Internacionales de Salvamento Minero en la ciudad de Ekaterimburgo.
Colombia regresa a Rusia en busca de otro título mundial. Pero no se trata de una revancha de lo sucedido ante Inglaterra en los octavos de final de la Copa de la Fifa. Esta vez serán 17 hombres y mujeres quienes portarán el tricolor nacional y representarán al país en las XI Olimpíadas de Salvamento Minero, que tendrán lugar entre el 22 y el 29 de septiembre.
A falta de balones y guayos, serán los cascos, los overoles y los equipos de rescate los implementos con los cuales estos equipos, uno de Boyacá y otro de Cundinamarca, regiones con tradición en minería de esmeraldas y de carbón, le demostrarán al mundo los avances de nuestro país en materia de salvamento.
“Estos hombres y mujeres son la representación de Colombia y de cada uno de los colombianos en este evento mundial de Salvamento Minero. Allí demostrarán todas sus destrezas salvando vidas y respondiendo a emergencias. Ellos son nuestros héroes, un gran ejemplo para quienes hacemos parte del sector de la minería bien hecha”, dijo la presidente de la Agencia Nacional de Minería, Silvana Habib Daza, quien se reunió con los socorredores en las instalaciones de la Estación de Salvamento de Ubaté (Cundinamarca), su lugar de concentración y entrenamiento.
El equipo de Boyacá, llamado Furia Esmeraldera, hace parte de la compañía Minera Texas Colombia, y está integrado por nueve miembros (un comandante de incidente, un mecánico de equipos y siete socorredores). De otro lado, el equipo de Cundinamarca está adscrito a la empresa Columbia Coal Company y está conformado por ocho integrantes, entre los cuales se encuentran las dos mujeres de la Selección: María Carolina Galindo Niño y Alejandra Acevedo Fernández.
Ambas escuadras se medirán con equipos de salvamento de otros 23 países, frente a los cuales el reto no es solamente ganar, sino aprender de sus experiencias. En ese sentido, Habib Daza destacó la importancia de la seguridad y la gestión del riesgo en las actividades de explotación minera, y mencionó la trascendencia para los socorredores de conocer experiencias exitosas y buenas prácticas de los otros países asistentes a las Olimpiadas de Rusia.
“En Colombia vamos por buen camino. Nosotros desde la ANM queremos implantar en el ADN del sector, el tema de la cultura de la seguridad y salvamento minero”, indicó la funcionaria.
Las Olimpíadas Internacionales de Salvamento Minero son el evento más importante de Salvamento Minero a nivel mundial y en el mismo se ponen a prueba las destrezas, habilidades y conocimientos para hacer frente de manera segura y profesional a una acción de rescate u otra contingencia en la que este comprometida la vida o bienes de una explotación minera, según explicó la Agencia Nacional de Minería en un comunicado.
“Estos dos equipos no son solo campeones en la competencia, sino héroes que nos apoyan para salvar vidas”, resaltó la presidente de la Agencia, Silvana Habib Daza.
La misión de socorredor minero es, como muchas otras en el mundo de la minería, dominada por los hombres. Por eso llama la atención la presencia de María Carolina Galindo Niño y Alejandra Acevedo Fernández en el equipo mundialista, pues se trata de dos de las pocas mujeres que adelantan esta tarea en el país.
María Carolina Galindo Niño, es ingeniera en Minas, especialista en Salud Ocupacional con más de 10 años de experiencia en el sector minero y quien hace parte del Grupo de Salvamento Minero de la ANM de la Estación de Salvamento Minero de Ubaté. También está la única mujer mecánica de equipos en el país.
Alejandra Acevedo Fernández, por su parte, es ingeniera de minas y cuenta con una especialización en Derecho Minero Energético y Desarrollo Sostenible. Actualmente es funcionaria de la Agencia Nacional de Minería.
“El momento que me puso a prueba sucedió el 21 de diciembre de 2016 y acabó el 25 de diciembre en Tausa, Cundinamarca, en plena Navidad. Ese día se presentó un derrumbe en una mina de carbón y quedaron dos personas atrapadas. En ese instante, debí poner al servicio de los demás todo lo que había aprendido: lo básico desde cuando era niña con lo que me contaban mis padres, pasando por lo que estudié para ser una ingeniera de minas. El escenario era muy difícil, las condiciones de seguridad minera muy complicadas. A las 12 de esa Nochebuena, rescatamos los cuerpos sin vida de los dos mineros”, así recuerda Alejandra Acevedo, la experiencia más dura en los dos años que lleva como socorredora minera, tratando de rescatar de la muerte a decenas de mineros.
Alejandra Acevedo Fernández asegura que en todos los campos hay machismo, “en esa emergencia participaron 70 socorredores mineros y yo era la única mujer y eso no fue ninguna desventaja. Al contrario, aprendí más, ellos no lo ven a uno como el sexo débil. En ese momento todos somos iguales”, expresó.
“Muchas veces rescatamos a los mineros sin vida y vemos a los familiares tristes, pero también tenemos la satisfacción que se hizo un trabajo bien hecho: en que junto a mi equipo salimos a salvo”, añadió.
En su experiencia ha participado en rescates en Ventaquemada (Boyacá) o Cucunubá (Cundinamarca). “Sin sonar feminista, mi orgullo es demostrar que nosotras las mujeres somos capaces, que las limitaciones no existen. Así como los hombres tienen esa fortaleza, nosotras tenemos intacto ese deseo de ayudar y eso también nos hace muy fuertes”, sostiene.
Por su parte, para María Carolina Galindo su mayor satisfacción es trabajar en la prevención y seguridad de los mineros.
“Inicié mi trabajo por la zona de Paz del Río (Boyacá) como jefe de una mina para la exploración de carbón. Al principio fue muy duro, todos los trabajadores eran hombres de mucha experiencia. Sin embargo, iniciamos un camino de camaradería y confianza, y logramos encontrar carbón. Tenía 24 años y aprendí que una cosa es la academia y otra cosa es la vida real”, asegura.
Maria Carolina recuerda que el jefe en su primer trabajo le dijo: “Las mujeres no sirven para esta profesión, solo sirven para la cocina. Y le respondí: ingeniero, le voy a demostrar que eso no es cierto. Y desde ese momento, empecé a demostrar que las mujeres no solo estaban para estar en una casa. Fui ya primera mujer de mi generación que comenzó a trabajar en minería bajo tierra”.
Su labor en esa época era de Jefe de Operación de la mina y como tal debía supervisar cada una de las labores de la mina. Lo de Salvamento Minero llegó en 2010 cuando una compañera le contó que el esposo tuvo un accidente en una mina en Boyacá, hubo dos personas atrapadas y nunca las pudieron sacar. “En ese momento, me comuniqué con la Estación de Nobsa (Boyacá) y me inscribí para hacer el curso de auxiliar en Salvamento Minero el cual ejercí durante dos años. El primero de marzo de 2013 ingresó al Grupo de Salvamento Minero de la ANM de la Estación de Ubaté (Cundinamarca)”.
Recuerda que el momento más difícil durante esta labor fue el pasado 23 de junio cuando se presentó una emergencia por una explosión de metano en dos minas de carbón de Cucunubá (Cundinamarca) y fue la encargada de la coordinación del rescate, donde murieron 13 mineros.
“Todo se puede hacer con amor, hay que ponerle mucho amor al tema de la seguridad y tener mucha responsabilidad en el momento de dar una orden sin dejar de lado la pasión por la minería. Si tú no tienes pasión nunca se van a cumplir los objetivos ni los sueños que tú tienes en la minería”, asegura Maria Carolina, una mujer de 38 años que ha dedicado su vida profesional a salvar la vida.