Los comerciantes de la 70 aseguraron que nunca fueron notificados de la instalación de estas barreras, las cuales impiden la venta de productos en la fila del evento y ha generado pérdidas para ellos.
La Administración Municipal instaló unas mallas de más de un metro de altura en la carrera 70, lugar donde se formará la fila para la misa campal que realizará el papa Francisco en el Aeropuerto Olaya Herrera, denunciaron comerciantes de este sector.
Según estos comerciantes tradicionales de la zona, esto ha afectado mucho sus ventas desde este jueves, lo cual les preocupa mucho porque invirtieron millones de pesos en la mercancia que suponían que se iba a vender “de manera descomunal”.
Según Isabel Rendón, comerciante afectada las barreras, aseguró que “nos dejaron por fuera porque están cercando toda la carrera 70 con mallas metálicas de más de un metro. Esto nos va a afectar mucho porque nadie quiere atravesar un tumulto, salir y volver a hacer la fila de nuevo. El anden va a quedar totalmente por fuera de este evento”.
“La Alcaldía se reunió en varias ocasiones con nosotros y nos pidió que nos abasteciéramos en cantidades alarmantes porque en este lugar iba a haber entre 800 mil y un millón de personas. Cada negocio invirtió como mínimo 7 u 8 millones de pesos”, manifestó.
Según los testimonios, los propietarios de los locales no saben qué hacer con los productos, ya que Espacio Público no les permite acercarse a pasar el producto a través de las mallas y, al mismo tiempo, se preguntan por qué omitieron este detalle en la reunión. Por esto solicitan la devolución de la inversión.
Por su parte, Heidy Flores, quien también hace parte de los comerciantes de la 70, explicó que la medida ha impactado los negocios porque “esto está cerrado, todos los negocios están solos. Esto es injusto porque somos los vendedores que llevamos más de 10 años en el sector. ¿Cómo nos van a dañar las ventas de esta forma? Si nos hubieran notificado antes, habríamos acatado la decisión”.
Flores criticó que no ha habido una respuesta concreta, debido a que todos los implicados “se tiran la pelota”.
EL MUNDO intentó conocer la posición de la Secretaría de Gobierno sobre este caso, pero las comunicaciones no fueron atendidas.