Líderes de varios países rechazaron el lanzamiento del nuevo misil de Corea del Norte que sobrevoló el pasado jueves el mar japonés, y que llevó a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU por parte de la comunidad internacional para exigir sanciones firmes en contra del régimen de Pyongyang.

Dentro de los anuncios, se destacó el de Rusia, nación que condenó rotundamente el ataque porque contribuye a una mayor escalada de la tensión en la península.

“Rusia está preocupada por otro lanzamiento provocador, que lleva a una mayor escalada de las tensiones en la península (coreana)", dijo a los periodistas el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Horas antes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, urgió a China y Rusia a mostrar su "intolerancia" ante "lanzamientos de misiles temerarios" realizados por Corea del Norte y abogó por "nuevas medidas" contra el país asiático.

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En respuesta, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, pidió a Washington detener su "retórica agresiva" y pensar más en la solución de la crisis norcoreana en lugar de pedir nuevas sanciones contra el régimen de Kim Jong-un.

Por otro lado, la ONU se unió en un rechazo mayoritario a las acciones hostiles del gobierno norcoreano y, en cabeza de su secretario general, António Guterres, calificó el acto como una "manifiesta violación" de las resoluciones del Consejo de Seguridad la nueva y pidió cesar los ensayos.

"Esta manifiesta violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad se produce días después de que Corea del Norte efectuara su sexta prueba nuclear", dice el comunicado.

En la nota, Guterres invitó al régimen de Pyongyang para que acepte "explorar la reanudación de un diálogo sincero sobre la desnuclearización" en la región.

Poco después de conocerse este lanzamiento, el Consejo de Seguridad anunció la convocatoria de una reunión de urgencia para este viernes, a partir de las 3:00 p.m. hora local, con el fin de realizar consultas a puerta cerrada.

A este rechazo se unieron los Gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Corea del Sur, México, Australia, Argentina, entre otros.

El nuevo desafío norcoreano se produce después de que el lunes pasado el Consejo de Seguridad aprobara un nuevo paquete de sanciones económicas contra el régimen de Pyongyang por el test nuclear del pasado 3 de septiembre.