Con prudencia, pero con decisión

Autor: Alfonso Monsalve Solórzano
25 marzo de 2018 - 12:08 AM

Hay discurso para ganar y pueblo. Ahora se trata de defender los resultados, evitar las provocaciones, salir a la calle a impedir los montajes y ganar en mayo.

Ya no una, sino tres encuestas muestran el avance de la fórmula de Iván Duque y Marta Lucía Ramírez para la Presidencia de la República, así como el estancamiento de la constituida por Gustavo Petro y Ángela Robledo, y el casi desaparecimiento de las opciones encabezadas por Vargas Lleras, Sergio Fajardo y Humberto de la Calle.

Vea también: Duque toma amplia ventaja en intención de voto según encuesta

Falta, no obstante, muchísimo tiempo, todavía, un poco más de dos meses, para la fecha de los comicios. Casi una eternidad. Y en este lapso todo puede pasar. Yo estaría supremamente tranquilo con el desempeño de Duque–Ramírez, por la manera como han liderado la campaña, pero estaría vigilante para que el fraude, los montajes y la propaganda negra no se atraviesen a su aspiración, que es la de la mayoría del pueblo colombiano. Veamos:
-Tienen como estrategia, ganarse el voto de opinión, para poder gobernar sin estar atados a las maquinarias clientelares y poder así, cumplir sus propuestas.
 -Defienden un gran programa basado en los valores de respeto a la legalidad, equidad y emprendimiento, que salve a Colombia del crimen, el narcotráfico y la impunidad, rescatando el imperio de la ley, defienda la propiedad privada y la generación de riqueza y produzca bienestar para todos; mientras que los otros quieren aplicar la receta castrochavista madurista a Colombia, o piensan que basta, para resolver los graves problemas de Colombia, consultar a Google; o simplemente no la tienen. Duque y Ramírez en cambio saben argumentar, precisamente porque sus propuestas tienen contenido, pero además porque las exponen con claridad y contundencia y no se dejan provocar -he visto salir airoso a Duque de situaciones de hostigamiento indebido efectuadas por Petro y De la Calle en el debate que se llevó a cabo este jueves en New York- lo que me produce confianza en la manera como enfrentará los crecientes y cada vez más hostiles y falsos señalamientos que vendrán ahora que su dupla va a la cabeza de las encuestas. El acierto en el programa es esencial para la conquista del voto de opinión.
Los dos puntos anteriores fijan la política de alianzas, necesarias para la gobernabilidad: cualquier acercamiento de actores políticos se hará sobre la base de un acuerdo programático y no sobre compromisos clientelares.
-Son coherentes, han defendido desde el verdadero principio sus tesis y se han mantenido en la crítica a los acuerdos Santos -Farc, centro y médula de la gestión de Santos y del programa de De la Calle; no se han dejado corromper por la mermelada, ni han predicado la oposición al presidente con una mano, mientras gozan de los privilegios del poder y de las dádivas del que fue su jefe, como Vargas Lleras; ni hablan de luchar contra la corrupción mientras llevan al Congreso al contratista del gobierno, A. Mockus, o se desgañitan defendiendo el medio ambiente, a la vez que guardan un ominoso silencio frente a la depredación ambiental del Eln o a la destrucción de la selva por los cultivos de coca y la producción del clorhidrato de cocaína, como hacen Fajardo y Claudia López. La coherencia es un valor altamente respetado por el voto de opinión.
Estas fortalezas, en condiciones normales, harán que el flujo de simpatizantes aumente de tal manera que un triunfo en la primera vuelta sea más que posible, pero también concitarán la reacción de los adversarios de manera directamente proporcional a como crezca la candidatura Duque – Ramírez. 
Y no se trata solamente de los señalamientos infundados y las calumnias contra ellos, sino también, como señalé en la columna pasada, en los posibles montajes e intentos de judicialización contra ellos o personas cercanas e influyentes, como el expresidente Uribe; el uso delictivo de las redes sociales y muchas otras acciones que podrían eventualmente incluir actos desesperados como el atentado y/o la creación de una situación de orden público que lleve a la decisión santista de aplazar las elecciones. Estas alternativas pueden parecer altamente improbables, porque tendrían el efecto contrario de fortalecer la campaña y tendrían el rechazo de un sector importante de la comunidad internacional, pero eso no significa que sean imposibles, porque el objetivo sería suspender temporalmente el juego democrático con la esperanza de cambiar el balance de fuerzas políticas. En la mente encendida de un perverso, esta situación es perfectamente imaginable.

Vea también: Hay que ganar contundentemente

Y luego está la compra de votos y el fraude, es decir, la corrupción electoral. La mermelada del gobierno -la que le quede y en esto no tiene límite su poder corruptor- más los dineros provenientes de los fabulosos recursos de la narcoextrema izquierda nacional y continental porque nuestras elecciones son acontecimiento de valor geoestratégico, en el marco del enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia (que ya comienza a tener ribetes parecidos  a la guerra fría,) y que converge con los intereses de Cuba y Venezuela, a quienes les interesa sobremanera el triunfo de la opción petrista en Colombia; y aunque Venezuela está muriendo de hambre, Maduro extraerá recursos para financiar la campaña de Petro en Colombia y empujará a muchos colombianos allá a votar por él, a punta de amenazas, y la narcodictadura y la tiranía de Cuba pondrán todos los dispositivos electrónicos, soportados por Rusia, para sabotear la candidatura Duque- Ramírez, como se colige de lo sostenido reciente al coronel John Marulanda en varios sitios, entre ellos La Voz de  América (Voice of America) del 15 de marzo de este año.
En lo que depende del gobierno, hay que tener en cuenta  las acciones del registrador y la creciente denuncia de fraude en las elecciones pasadas, como lo demuestra el caso de Colombia Justa Libres y los miles de denuncias individuales de que votos no fueron registrados en el formulario E-14, acción en la que tiene que ver la Registraduría y algunos jurados. Es muy preocupante que muchos de estos sean profesores que militan en Fecode y que esta haya tomado posición en favor de Petro. No estoy diciendo que todos los maestros jurados se presten a estas maniobras, ni siquiera la mayoría, pero habrá un número significativo de maestros que podrían, eventualmente, intentar cambiar los votos a la hora de consignarlos en los formularios (ya se vio a jurados escondiendo el tarjetón de la Gran Consulta por Colombia).
Por eso es necesario vigilar antes de las elecciones las acciones de compra de votos y tener jurados y testigos en todos los puestos de votación para evitar el fraude. La medida de que los testigos y los jurados no tomen fotografías a los formularios, impuesta por la Registraduría es sospechosa.
Hay discurso para ganar y pueblo. Ahora se trata de defender los resultados, evitar las provocaciones, salir a la calle a impedir los montajes y ganar en mayo. Con prudencia, pero con decisión.

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