Es importante que los sistemas de información en educación dialoguen y se articulen con sistemas de otros sectores sociales y económicos
Por: Luz Yesenia Moscoso Ramírez*
Según el Artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole”. Para fortalecer la democracia y las competencias de los ciudadanos que dependen de ella, el acceso a la información es fundamental. Resulta un elemento clave para el ejercicio de otros derechos, para tomar decisiones más pertinentes y contextualizadas y para fomentar la eficiencia y eficacia de los gobiernos nacional y local.
Como todo derecho, tener acceso a la información también implica una gran responsabilidad. Como ciudadano, esta tiene que ver con la capacidad de leer dicha información de manera crítica, identificar fuentes confiables y serias y analizar y hacer uso de ella de manera responsable. Desde la institucionalidad, implica contar con sistemas de información públicos y privados transparentes que permitan un manejo adecuado de los recursos y mejor rendición de cuentas, así como una mejor atención a las necesidades y demandas de la sociedad.
En términos educativos y de cara a los retos que enfrenta el país, contar con sistemas de información robustos y rigurosos permite avanzar en la reducción de brechas e inequidades y garantizar de manera más integral el derecho a la educación. Conocer cuántos niños, niñas y jóvenes hacen parte del sistema educativo, cuántos están por fuera del mismo, cuántos de ellos en zonas urbanas, rurales o rurales dispersas; cuantos y quienes están en riesgo de abandono escolar, reconocer los tipo de inversión en educación y sus fuentes, conocer los niveles de avance en los aprendizajes, identificar cuáles son las poblaciones que más necesidades tienen y proponer, por ejemplo, la desagregación de los datos por sexo, raza, etnia o zona geográfica constituyen una herramienta importante para avanzar en satisfacer los derechos sociales de los grupos más débiles o tradicionalmente excluidos.
Si bien Colombia ha venido avanzado en el tema, con sistemas como los propuestos por el Ministerio de Educación Nacional, que cuenta con el SIMAT, el SNIES, el SACES o el SIPI; por el DPS, que desarrolló el Mapa Social; o por nosotros en la Fundación Empresarios por la Educación, que desarrollamos el Sistema de Información de la Inversión Pública y Privada, SIIPE; tanto la información actual como su uso requieren mejoras que permitan tomar más y mejores decisiones y, sobre todo, tomarlas a tiempo. Como cualquier sistema de información, los aprendizajes derivados de él han de permitir proponer estrategias que permitan perfeccionarlo. La falta de información sobre las condiciones y calidad de la educación rural y rural dispersa en Colombia, sobre la formación inicial y en servicio de los docentes y directivos, sobre la trayectoria de cada niño dentro del sistema educativo desde la primera infancia hasta la educación superior, así como las condiciones de infraestructura educativa del país, hace que los esfuerzos del Estado por mejorar la educación se vean limitados y en ocasiones excluyan a sectores vulnerables.
Así mismo, es importante que los sistemas de información en educación dialoguen y se articulen con sistemas de otros sectores sociales y económicos sin que esto resulte en un número infinito de iniciativas. Esfuerzos públicos y privados en este sentido hay muchos en el país. Conocerlos y trabajar de la mano hará que, de manera progresiva, planes, programas y medidas tomadas para mejorar la educación en el país y su inversión sean cada vez más efectivas y pertinentes.
Desarrollar la capacidad para tomar decisiones informadas y acciones concretas con el fin de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos es un indicio de desarrollo de un país. Ahora que el Plan Nacional de Desarrollo está en su recta final de aprobación en el Congreso se hace necesario no perder de vista las realidades de los territorios y la importancia de contar con información clave para poder equipar sus condiciones y que los esfuerzos de implementación no se pierdan.
*Asesora en la Fundación Empresarios por la Educación, una organización de la sociedad civil que conecta sueños, proyectos, actores y recursos para contribuir al mejoramiento de la calidad educativa.