Me han comentado, que en Bogotá algunos habitantes vecinos quieren tumbar el edificio donde viven, que es una construcción para mí nueva pues data de 1982. En esa época había sido recientemente construida sobre las ruinas de una famosa derruida clínica, requeteconocida por su calidad de ayuda a enfermos delicados y terminales.

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Residentes de profesión constructores han querido tumbar el edificio (que porque el costo de la administración es muy alto; cosa que era sabida desde antes de comprar).

También hace ya algún tiempo quisieron comprar las casas vecinas, hacia un lado, y con las todas las construcciones destruidas hacer un edificio nuevo y “moderno”.

Los arquitectos tienen una firma constructora, con un conocido asesor jurídico.

Los de las casas vecinas ya dijeron que no vendían ni se iban.

En el edificio que quieren tumbar se trataría de que todo el mundo se mudara, supongo que a donde cada cual pudiera... y que los arquitectos construirían y entregarían, quién sabe cuándo y de qué especie, un apto. pequeño, todo con el fin dizque de pagar menos administración, ´desperdiciar´ menos terreno (jardines, terrazas, halls) (!) y desde luego hacer negocio.

Para cualquier persona que haya vivido ya un rato, o que esté enferma o incapacitada, la comodidad y la paz son más importantes que la modernidad y el "estreno" y la plata.

¡La propuesta es que todos los apartamentos en el Edificio, que son 6, (uno por piso) se dividan en tres! y queden tres apartamenticos por piso.

Se ha dicho que no. Algunos enfermos o recién operados, necesitan caminar por entre su propio apartamento y no podrían salir a trotar a la calle. También quieren poder recibir a la familia completa, cuando ésta venga desde otros rincones del universo.

Y será bueno saber que gran parte de las cosas que casi todos tienen en sus viviendas son heredadas y han sido cuidadosamente avaluadas por conocidos anticuarios. ¡Nadie sería capaz de empacar todo con cuidado, con paciencia y sin romper nada, ni un brujo joven y aliviado!

Seguramente más de un arquitecto comprará algo como el pent house de un edificio, únicamente para hacer negocio pues un pent house (!) pueden ser dos pisos y medio, OK para una embajada, pero no para una pareja.

Por suerte se ha ido averiguando con amigos ingenieros y arquitectos que basta con que una persona se oponga, para que no se cambie nada ni se haga nada.

Tengamos fe, pensemos que los interesados van a desistir ¡Que se les ocurrirá hacer otra clase de propuesta dependiendo de las nuevas circunstancias!

A propósito tengo que añadir que en Medellín pasa algo semejante. Ya volvieron a invocar para que todos aceptemos tumbar el Edificio de aparta-estudios donde actualmente vivimos.

Sería bueno entender que no se puede estar lleno de energía por siempre jamás amén, y que el tiempo pasa para todos, ¡aunque muchos filósofos digan que éste no existe!

Entristece vivir con miedo y no sentirse tranquilo y reposado, que es algo merecido, después de todo lo que se ha vivido y sobrevivido.

Pensemos, resulta que en la Milla de Oro de El Poblado, donde están los aparta-estudios de 50 mts. cada uno, pero con casi mil metros de jardines alrededor, ahora quieren tumbar las 3 torres, para hacer esos rascacielos de moda que pronto se hundirán o los estrellarán los aviones. Y a las gentes que tiene apartamentos grandes allí, avaluados en millones, les están ofreciendo, el doble, y están tentadísimos, porque IGNORAN que esos milloncitos no los recibirán sino después de que se hayan construido y vendido los hijue´mil apartamenticos para flaquitos, solos y desposeídos que cabrán allí!

Además ese precio es como bajo para Medellín la ciudad industrial y universitaria de Colombia. La ciudad innovativa y esto en plena MILLA DE ORO. No dejarse engañar ni embobar, TIERRA ES TIERRA Y LA PLATA SE ESFUMA Y DEVALÚA.

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¿Qué diablos es lo que hay que hacer para oponerse terminantemente a estas cosas ? ¿Serán más importantes para algunos los denarios que la comodidad y la salud ?

Urge leer el Elogio de la lentitud, Capítulo 3 Las ciudades, la mezcla de lo antiguo y de lo nuevo de Carl Honoré, escritor anglocanadiense. Un MUST para todo el que quiera vivir y disfrutar la vida.