El régimen liderado por Kim Jong-un advierte que "continuará consolidando sus capacidades nucleares de disuasión y autodefensa, fundamentalmente dirigidas a erradicar las amenazas atómicas de EE. UU. y sus chantajes y movimientos hostiles, estableciendo así un equilibrio de fuerzas".
Corea del Norte rechazó este domingo las nuevas sanciones impuestas sobre el país por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y reiteró su intención de continuar desarrollando sus capacidades de "disuasión y autodefensa nuclear".
A través de un comunicado del portavoz del Ministerio de Exteriores, Pyongyang criticó las medidas punitivas aprobadas el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU, que limitan aún más su acceso a productos petroleros, vetan sus exportaciones en varios sectores y fuerzan a regresar al país a ciudadanos que trabajan fuera.
"Estados Unidos, completamente aterrorizado por nuestro histórico logro de completar la fuerza estatal nuclear, actúa con medidas cada vez más histéricas para imponer las mayores sanciones y presión posibles sobre nuestro país", señala el comunicado, recogido por la agencia estatal Kcna.
Las sanciones suponen una "nueva vulneración de la soberanía nacional" y un "acto de guerra que viola la paz y la seguridad en la península coreana y en toda la región", según Pyongyang.
"Si Estados Unidos desea vivir en paz, debería abandonar su política hostil contra la Rpdc (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial del país) y aprender a coexistir con un país que tiene armas nucleares", añadió el comunicado.
Las medidas aprobadas el pasado viernes por Naciones Unidas son una respuesta al lanzamiento a finales de noviembre de un misil balístico de largo alcance, un tipo de proyectil que sería capaz de golpear cualquier punto del territorio continental de Estados Unidos.
Washington fue el gran impulsor de las nuevas sanciones y obtuvo el respaldo unánime de los otros catorce miembros del Consejo de Seguridad, incluidos China y Rusia.
La resolución 2397 endurece de forma importante las amplias medidas que ya están en vigor contra Pyongyang, en un intento por dificultar a Corea del Norte la financiación de sus programas armamentísticos y forzarle a negociar.