La crisis revela las debilidades del “modelo chino”, una estructura de gobierno fuertemente jerarquizada que tiende a menoscabar las responsabilidades personales en la toma de decisiones
Más allá de los riesgos de contagio y el avance del coronavirus en todo el mundo es imprescindible analizar el impacto que esta nueva epidemia tendrá sobre la economía de China y las medidas que muchos países están tomando para evitar la migración de ciudadanos de ese país. Sin quererlo, Wuhan, la ciudad cuyo nombre está atado a la infección y que alguna vez era el epicentro de la industria y el transporte, ha terminado completamente aislada y sus calles desoladas, cual pueblo fantasma donde sus 11 millones de habitantes desconfían unos de otros.
Wuhan sirve de sede a importantes productores de acero y vehículos domésticos siendo llamada la “autopista de China” y cuartel general del transporte para el centro del país, así como un eje político, comercial e industrial. El valor total del comercio (exportaciones e importaciones) llegó a 35.000 millones de dólares el año anterior, lo que representa un 62 por ciento del total en la provincia de Hubei. Cerca de 300 compañías de las más grandes globalmente clasificadas hacen presencia en esa ciudad, entre las cuales se destaca Microsoft, el desarrollador alemán SAP y nada menos que el fabricante de vehículos francés Groupe PSA, matriz de Renault.
Se estima que el Coronavirus podría recortar entre el 1 y el 2 por ciento del crecimiento del PIB chino, y si el brote se convierte en epidemia global como ya lo reconoce la Organización Mundial de la Salud el gasto dedicado a la salud tendrá necesariamente que subir, llevándose a otros sectores que necesitan estimular a una economía ya enfrentada a una desaceleración.
Las restricciones impuestas para viajar a China son un freno adicional al comercio y el turismo en momentos en que se celebran las festividades del Año Nuevo Lunar, cuando cientos de millones de viajeros aprovechan los distintos medios de transporte para reunirse en familia. Un evento de enorme impacto económico que arrojó una cifra en el consumo del orden de 150.000 millones de dólares en 2019. Agréguese a lo anterior, el cierre de fronteras impuesto por un número creciente de países buscando contener el contagio.
Por otro lado, la crisis revela las debilidades del "modelo chino", una estructura de gobierno fuertemente jerarquizada que tiende a menoscabar las responsabilidades personales en la toma de decisiones, en cuanto los involucrados se acostumbran a que el gobierno resuelva los problemas y se ponga menos atención al impacto social de las acciones individuales.
El columnista del New York Times Nicholas Kristof ayuda a entender con claros argumentos la amenaza que representa el modelo autoritario del presidente chino Xi Jinping encubriéndole a sus ciudadanos la aparición del Coronavirus: al tiempo que China le reportó oportunamente a la OMS sobre el virus el 31 de diciembre, la gente nunca fue informada del mismo. “Un médico que denunció en la red social WeChat la existencia del germen, fue castigado por el partido comunista obligándolo a retractarse y posteriormente disciplinado”. Instituciones como el periodismo libre, las redes sociales y las organizaciones no gubernamentales son objeto permanente de control y censura.
Aún es prematuro saber si el Coronavirus es más o menos tan peligroso como el Sars (Síndrome respiratorio agudo) también originado en China en 2002. Lo que sí está claro son las implicaciones económicas de una pandemia china, que muy posiblemente serán más severas hoy de lo que fue esa enfermedad, por la sencilla razón que ese país es un jugador de mayores proporciones.
Citando al nobel Paul Krugman, China apenas comenzaba en su etapa de surgimiento económico en 2002 cuando aportaba el 8 por ciento del valor agregado de su sector manufacturero. Hoy, sin embargo, el país oriental es una potencia que aporta una cuarta parte de los productos manufacturados en el ámbito global. En consecuencia, cualquier acción que afecte las importaciones provenientes de China vía aranceles o virus, subirá los costos de producción e incidirá en el sector fabricante.