Pese a la adversidad del panorama textil y confeccionista en Colombia, según empresarios del sector, el futuro puede ser optimista gracias a nuevas iniciativas que fortalecerían la producción y la competitividad.
Según la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (Cccya) siguen existiendo dificultades para el sector que no se han subsanado a pesar de los constantes llamados al Gobierno para atender a un conglomerado productivo que, de acuerdo con las cifras de los empresarios, genera alrededor de dos millones de empleos en el país, empleos que acorde a las palabras de los miembros de la Cámara se están perdiendo de manera progresiva y acelerada.
“La crisis a la cual se refieren todos los miembros de la industria del vestido tiene que ver con el contrabando, con la falta de rapidez del Gobierno para tomar decisiones que permitan el fortalecimiento del sector y la generación del empleo. Hay una invasión de productos elaborados en el sudoeste asiático, esa es una verdadera amenaza porque estamos compitiendo con países que pagan salarios míseros, estamos hablando de 35 a 40 dólares mensuales”, exclamó el presidente de la Cccya, Guillermo Criado.
El dirigente además reveló que según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), se perdieron alrededor de 200.000 puestos de trabajo el año anterior. Además, expuso que la mano de obra local fue remplazada por la manufactura china e india.
“Necesitamos unas medidas arancelarias para ayudar a que la industria crezca al nivel que se merece. También pedimos un monotributo con el propósito de formalizar el sector, y así lograr que los pequeños y medianos confeccionistas accedan a créditos y al ámbito regular de la economía”, agregó Criado.
Desde la Cccya se informó que le extienden una petición al Gobierno Nacional solicitando la supresión del arancel a los hilos no fabricados en Colombia, puesto que sólo de esa manera, a juicio del presidente de la agrupación textilera, se puede ayudar a los fabricantes locales a ser más competitivos frente a la oferta internacional.
“Estamos pagando un 10% en aranceles de hilos, lo que se traduce en la pérdida de competitividad de los confeccionistas colombianos. Eliminar ese gravamen, significaría que al momento de vender las prendas en el mercado externo podríamos ofrecer mejores precios. Sin esta medida, las textileras le tienen que cargar ese arancel a los costos finales de la tela”, enfatizó el presidente de la Cccya.
El segundo ejecutivo en cabeza de la Cámara, Enrique Gómez, manifestó que si la Nación toma acciones concretas para blindar al sector del contrabando y la competencia desleal podrían salvarse alrededor de 1.800.000 empleos. Afirmó que si esta reacción del Estado se produce de manera oportuna, los fabricantes de ropa podrían responder creciendo de forma sostenida.
La junta directiva de la Cámara informó que mientras llega la respuesta gubernamental esperada ya están implementando estrategias que permiten sopesar los impactos de la competencia irregular y el contrabando. Jorge Duque, directivo de la agrupación confeccionista, explicó que se está potenciando la unión entre los textileros locales, con la creación de varias seccionales especializadas en diversas áreas productivas del sector.
“Cada departamento ha creado unos capítulos (seccionales), convirtiendo lo que era la Cámara en una federación nacional. Eso nos ha permitido aumentar el número de empresas que se han estado afiliando. El segundo paso que estamos dando con las medidas de choque como las marchas, es incentivar la creación de unas comisiones accidentales en la Cámara y en el Senado, para vigilar la crisis”, subrayó Duque.
El directivo adelantó que este 2018 la Cámara impulsará una campaña para promover la compra al producto colombiano fabricado por los textileros nacionales. Aseguró que la idea consiste en buscar el apoyo de entidades territoriales con el ánimo de ejecutar esta iniciativa en todo el país, precisamente para demostrar la calidad de la manufactura local.
“Estamos buscando créditos blandos, así como alianzas nacionales e internacionales. Seguimos capacitándonos y concentrados en buscar nuevos mercados y seguimos apostando a la formalización, para que aquellos no regulados puedan acceder a la banca y a otro conjunto de posibilidades que desde la informalidad no se pueden tener”, puntualizó.
Según el presidente Guillermo Criado, en medio de la realidad desfavorable, los confeccionistas agremiados por la Cccya tienen perspectivas optimistas. “La industria de la confección está dando la vuelta a la esquina. Se están vislumbrado nuevas oportunidades porque los tiempos de la moda están cambiando, y están favoreciendo a la industria local, la moda va demasiado rápido, por ende ya no se puede hacer en China, se debe hacer aquí, pero necesitamos los instrumentos arancelarios por parte del Gobierno”.