De acuerdo con documentos de la Fiscalía General de Veracruz, entre 2011 y 2016 han sido localizadas de 258 fosas clandestinas con al menos 463 víctimas.
Sumido en una espiral de corrupción que tiene su mayor exponente en el gobernador Javier Duarte, prófugo de la justicia, el estado mexicano de Veracruz afronta ahora otra dura realidad: cientos de desaparecidos por la pugna entre cárteles de droga.
"Es muy difícil aceptar la muerte de un hijo, o sea, de un hijo que ni está vivo, ni está muerto y ni sé dónde está", afirmó este miércoles María de Lourdes Rosales, una mujer que desde el 29 de julio del 2013 emprendió una lucha por localizar a su hijo Jonattan Celma Rosales, que contaba entonces con 26 años.
Durante el sexenio de Duarte (2010-2016), quien se encuentra prófugo de la justicia, 5.785 personas fueron reportadas como desaparecidas, de las cuales 2.340 siguen sin regresar a sus hogares.
De acuerdo con documentos de la Fiscalía General de Veracruz, entre 2011 y 2016, en coincidencia con la gestión del gobernador, han sido localizadas de 258 fosas clandestinas con al menos 463 víctimas.
Mas allá de las frías estadísticas, cada caso tiene un rostro y una historia, como el de María de Lourdes, que sufrió el secuestro de su hijo Jonathan, recibió las llamadas para negociar un rescate y después no supo más.
"Quisiera que los ojos se me secaran para ya no llorar, pero es imposible", confiesa esta mujer originaria del puerto de Veracruz, en el Golfo de México, donde protagoniza una búsqueda incansable para encontrar a Jonathan y a decenas de personas no localizadas fundando una organización humanitaria.
Visita fosas clandestinas, panteones, morgues y siempre está al pendiente de cualquier hallazgo para ir a revisar y ver si está su hijo.
"Sientes que el corazón se te hace chiquito, ganas de llorar y dices: Dios mío, ayúdame porque debo de tener fortaleza; y pues ya entras a esperar que no esté, y si está, pues ya ni modo", relata.
Entre las fosas comunes, la más emblemática está en el predio conocido como Colinas de Santa Fe (puerto de Veracruz), hallado por familiares de desaparecidos en septiembre de 2016 y donde las autoridades han localizado 250 cráneos y miles de restos humanos, algunos de ellos triturados.
Los familiares han tenido que enfrentar a autoridades indolentes y corruptas, como Duarte, buscado por delincuencia organizada y lavado de dinero.
La Auditoría Superior de la Federación ha detectado en la región oriental desvíos de fondos públicos por 35.000 millones de pesos (1.783 millones de dólares) entre 2011 y 2014, y el mismo órgano estatal ha presentado denuncias por ese mismo concepto que suman 23.000 millones de pesos (1.172 millones de dólares).
Los familiares de las víctimas también deben vencer el miedo a la delincuencia organizada. Según informes de inteligencia militar, en 2011 el estado estaba dominado por Los Zetas, uno de los carteles de la droga más violentos del país.
Pero después de importantes golpes de las fuerzas de seguridad a la cúpula de esa banda, dos nuevos carteles irrumpieron en el estado: el de Jalisco Nueva Generación y el del Golfo.
Comenzaron a disputar a sangre y fuego el control territorial a Los Zetas, lo que disparó los enfrentamientos en diferentes regiones de Veracruz y la aparición de cuerpos sin vida.
Los familiares se agruparon en 17 colectivos y formaron brigadas de búsqueda. Armados con varillas, palas y, sobre todo, con sus manos, buscaron en solitario las fosas clandestinas que abrieron paso a las investigaciones Familias Enlaces Xalapa, Red de Madres Buscando a sus Hijos-Veracruz, Buscando a Herón u Colectivo Solecito Córdoba son algunos de los grupos que han localizado los cementerios clandestinos, entre ellos Colinas de Santa Fe.
El fiscal General de Veracruz, Jorge Winckler, dijo el miércoles a la cadena Televisa que "Veracruz es una fosa enorme" porque durante año el crimen organizado hizo desaparecer a personas con la complacencia de las autoridades.
Cuando "se terminen de abrir las fosas que hay en el estado, va a ser la fosa más grande de México y quizás una de las fosas más grandes del mundo", añadió.
Según Winckler, en Colinas de Santa Fe "han aparecido más de 250 cráneos" en solo el 30 % del terreno, por lo que quién sabe "cuánta gente más podrá estar ahí enterrada".
En las demás fosas fueron hallados 23.157 restos humanos y 213 cuerpos de hombres, mujeres y niños, de los cuales 109 han sido identificados y entregados a sus familiares.