La formación en el autocuidado, una manera para que los niños, niñas y adolescentes puedan advertir abusos, maltratos y situaciones que vulneren su integridad.
Las alarmantes cifras de violencia y abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes (NNA) en Medellín, Antioquia y Colombia, consignadas en informes de Medicina Legal, obligan a toda la sociedad a asumir un rol más protagónico en el acompañamiento del proceso evolutivo de los menores de edad.
De los 23.798 exámenes médico-legales realizados en todo el territorio nacional por presunto delito sexual en 2017, 20.663 se hicieron para ese grupo poblacional entre los 0 y los 17 años; de ellos 2.929 se reportaron en Antioquia y 1.371 casos en Medellín. Pero además, en ese mismo año, se realizaron otros 10.385 exámenes médico-legales a menores de edad por casos de violencia intrafamiliar.
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Por eso, aparte de las responsabilidades que todos los adultos y todas las autoridades deben asumir en la protección de NNA, es más que necesario fortalecer día a día la tarea de educación en el autocuidado, para que cada niño, niña o adolescente, entienda cuando está siendo abusado o maltratado, y pueda comunicarlo a sus personas más cercanas sin ningún temor.
“El autocuidado no sólo se genera en la prevención para que los niños estén preparados para enfrentar situaciones de tocamiento o de invitaciones que los vulneren, sino también que es un tema que tiene que ver con el reconocimiento y la valoración del propio cuerpo. Por lo tanto, el autocuidado es algo que hay que trabajar desde muy temprana edad, cuando ni siquiera los niños perciben esa situación. Es decir en momentos tan sencillos como cambiar el pañal, cuando se le da su alimento, y luego progresivamente cuando se le invita a recoger sus juguetes, a tener ordenado su lugar de habitación, cuando posteriormente se le hace consciente de la importancia de lavarse los dientes, del aseo personal, entonces ahí estoy generando una cultura en los niños que se debe replicar en la familia, en el medio escolar y con las personas más cercanas al niño”, explica Isabel Cristina Bernal Vélez, terapeuta familiar y de pareja y coordinadora del área de asistencia del Centro de Familia de la UPB.
Y es importante reforzar ese mensaje a nivel de familia, expresa el psicólogo Jaime Alberto Cuervo, “porque, desafortunadamente, se sabe que en la mayoría de estos casos el abusador es alguien cercano al niño, el papá, la mamá, el abuelo, un tío, el cuidador o allegados a la familia”.
Dice la terapeuta, que este proceso es muy importante “porque cuando el niño aprende a valor y a respetar su cuerpo, luego cuando se abordan con él otros temas de un orden superior, pues el niño ya va a tener afinidad con ellos”. Por ejemplo, apunta, “la conciencia de la alimentación saludable, los hábitos de aseo y frente a las rutinas que se establecen al interior de la familia, todas son pautas que luego nos van a permitir introducir conversaciones con ellos respecto al cuidado de su cuerpo”.
Conversaciones que, indica, se pueden dar desde temprana edad, y que incluso se pueden hacer a través de cuentos, títeres, fábulas y otros medios alternativos, por medio de los cuales los niños van adquiriendo una percepción de lo que es permitido y lo que no es permitido, lo que es bueno y lo que es malo, en quien confiar o en quien no confiar, en el cuidado que deben tener frente a personas que de pronto les están haciendo proposiciones y que ellos ven que no son acordes a la cotidianidad.
Generando confianza
Ese proceso de educación, en el que el niño aprende a reconocerse y a valorarse, permite también el fortalecimiento de esos lazos de confianza entre padres e hijos, que son tan importantes en esos momentos en que se requiere de un apoyo confidencial y protector.
“A los niños hay que hablarles con tranquilidad y seguridad sobre su cuerpo, sin tabús que los hagan avergonzarse de sus partes íntimas, pero haciéndoles saber que nadie, por ningún motivo, puede tocarlos u observarlos de ninguna manera y sin su consentimiento, y que ante cualquier situación incómoda deben comunicarla a sus papás o personas más cercanas”, argumenta el psicólogo Cuervo.
“También hay que entender que el niño es maleable, vulnerable, y que hay situaciones en las que puede ser utilizado o manipulado por un adulto, incluyendo amenazas contra su vida, contra la vida de su familia o mediante las cuales van a ser privados de algunas situaciones que les brindan bienestar”, señala Isabel Cristina.
Y por eso, aunque se generen alertas tempranas en los niños y se fortalezcan los vínculos familiares, los padres o cuidadores responsables siempre tendrán que estar atentos a cualquier comunicación para validarla o a los cambios que también son reveladores cuando estas situaciones no se comunican, tales como comportamientos inusuales, silencios prolongados, tristezas reiteradas, ansiedad, angustia, infecciones en genitales, conversaciones reiterativas de sexualidad, cambios físicos, manchas en la ropa interior, pueden ser algunas señales de que algo está sucediendo.
Y en cualquiera de esos casos, dice la terapeuta Bernal Vélez, “hay que partir de la versión del niño o de la situación que se detecta, porque cuando esos hechos suceden y no se valoran, los niños víctimas crecen con un gran dolor de saber que se sintieron abusados, vulnerados, y que nunca tuvieron credibilidad de los adultos. Y son niños que en el futuro, por algún lado, van a demostrar esa inconformidad, bien sea a través de la ira, el enojo, el bajo rendimiento académico o la rebeldía, por ejemplo”.
Autonomía, no descuido
En esa tarea de formación en el autocuidado también juega un papel importante la generación de autonomía en el niño, facultad que, desafortunadamente, en muchas ocasiones se convierte en descuido, soledad o abandono, porque padres, adultos y cuidadores consideran que el niño debe aprender a valerse por sí mismo ante cualquier situación, sin considerar su edad, sus capacidades y sus habilidades.
“Una cosa es la autonomía y otra muy distinta el abandono físico, emocional, afectivo o económico, precisa la terapeuta Bernal Vélez: “Se le permite a un niño ser autónomo cuando se le dejan tomar las decisiones que está en capacidad de tomar de acuerdo con su edad, cuando se le asignan tareas en el hogar que él puede cumplir de acuerdo a su nivel de competencia, a sus capacidades intelectuales y a su etapa evolutiva. Se le permite ser autónomo cuando toma decisiones entre si va a vestir de esta o aquella manera, si va a tener el cabello así o así, si prefiere comerse un helado o un pastel, de elegir el deporte que a él más le gusta o le llama la atención. Pero cuando realmente los padres o cuidadores están alejados o ausentes, física, emocional o económicamente, al punto de que no hay ese acompañamiento permanente y necesario, se cae es en el descuido o el abandono”.
En ese sentido, agrega el psicólogo Jaime Alberto, “hay que permitirle al niño que tenga su espacio, que pueda interactuar con otros niños, que tome decisiones que no le generan perjuicios, pero especialmente en esos primeros años, siempre y en todo momento, debe ser observado por su acudiente o cuidador, y cuando entra ya en otras etapas de la vida, siempre estar muy atentos a quiénes son sus amigos y qué tipo de relaciones tiene el niño, en especial si algún amigo es mucho mayor en edad”.
Por eso la invitación es a prestarles toda la atención a los niños y a ejercer un acompañamiento mucho más abnegado, siempre atentos a cualquier revelación explícita, porque en estos temas los niños nunca mienten, o ante cualquier cambio o manifestación inusual, porque también son señales de que algo puede estar pasando.
Actividades de prevención
Con 349 grupos que desarrollan actividades en 104 lugares de Medellín, la Administración Municipal viene realizando el programa Primero la niñez, a través del cual se han acompañado más de 23.000 niños, niñas y adolescentes en temas de promoción y prevención, lo que ha representado para ellos una oportunidad de empoderarse y desarrollar capacidades de autocuidado, y así evitar ser víctimas de cualquier forma de maltrato y consumo de sustancias psicoactivas.
En total, unos 7.000 niños se encuentran dos veces a la semana para vivir experiencias con las que aprenden sobre respeto, cuidado, protección, sana convivencia, importancia de la palabra para expresar sus sentimientos y cómo manifestar sus emociones a través de la danza, las artes plásticas y otras actividades.
Las familias son protagonistas en este proceso y, por este motivo, se desarrollan espacios grupales de formación en temas como: crianza, comunicación, escucha asertiva, estrategias para la prevención del consumo de sustancias psicoactivas, acompañamiento para el apoyo escolar, entre otros. Y cuando se identifica algún tipo de vulneración de los derechos en el entorno familiar, se realiza un acompañamiento individual a través de visitas al hogar y se da inicio a la activación de rutas de atención.
Celebración en grande
En el Mes de la Niñez y la Recreación, Medellín se suma a la celebración, y lo hace a través del juego como actividad fundamental en el desarrollo de las personas. En total son 340 actividades las que se realizarán a lo largo y ancho de la ciudad, para que los niños en compañía de sus familias disfruten de este mes dedicado a ellos.
El juego será el centro de todas las jornadas. Los expertos indican que jugar tiene múltiples beneficios en el desarrollo de la infancia. “La invitación para todos los padres, madres, familiares y cuidadores es a que juguemos con nuestros niños, a que les dediquemos tiempo de calidad. Hemos insistido mucho en que la transformación tiene que ser como sociedad, y al fortalecer estos lazos al interior de los hogares es que generamos ese cambio”, dijo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga.
El mensaje de este mes es “Jugando Ya ¡crecemos juntos!”, una invitación para padres, madres y cuidadores. La meta este año es llegar a 15.000 familias, así se triplicaría el impacto del año anterior.
Habrá 56 talleres para el fortalecimiento de las relaciones familiares y escolares, como parte del proyecto La magia de jugar es sanar. En cinco parques biblioteca se contará con programación relacionada con la promoción de la lectura y la cultura para los niños, adolescentes y sus familias.
Además, se realizarán once encuentros intergeneracionales o Picnic City con las familias de proyectos habitacionales de Isvimed. El viernes, 26 de abril, se realizará una jornada nacional de juego. En Medellín será en Plaza de Botero, de 2:00 a 6:00 de la tarde.