Usted, Felipe Palau, fue el responsable de crear y dar forma al Plan Congruente de Paz, uno de los programas bandera del gobierno de Guillermo Gaviria Correa, acompañado por Gilberto Echeverri Mejía.

¿Cómo definiría hoy el programa?

Desde mi perspectiva optimista de planificador urbano-regional y reivindicando mi rol como director ejecutivo del Plan Congruente de Paz –PCP- de Antioquia, entre los años 2001 y 2005, yo sigo definiendo el “Programa de movilización ciudadana hacia el gran pacto social por la paz”, que inscribimos en ese entonces en el Banco de Proyectos de Inversión Pública Departamental, como una afortunada iniciativa público-privada de gestión prospectiva territorial, con enfoque basado en derechos humanos que, durante su implementación y desarrollo, logró materializar una prospectiva visión de gobernabilidad democrática, así como de una proactiva estrategia hacia una paz incluyente y participativa, consignada en el programa de gobierno departamental Una Antioquia Nueva, propuesto en el año 2000 por Guillermo Gaviria Correa –qepd-. 

Desde otra perspectiva quizá pesimista, que se fundamenta en mi posterior trasegar como servidor público y consultor y más recientemente en mi rol como activista cívico-político, “nuestro” Plan Congruente de Paz de Antioquia se puede definir como un dulce sueño, que se tornó en una amarga pesadilla, con un esperanzador despertar que poco a poco se tornó en triste desilusión. De la emocionante movilización ciudadana inicial, pasamos a padecer el secuestro y masacre de nuestro Gobernador y de su comisionado de Paz. Aunque reaccionamos con el “Gran pacto social por la convivencia y el desarrollo para una paz incluyente y participativa” de la Asamblea constituyente de Antioquia, a partir de ahí constatamos que la soterrada oposición de una corrupta dirigencia emergente, que poca resistencia encontró en una mediocre dirigencia tradicional, logró desmoronar el legado dejado por Guillermo y Gilberto. 

¿Cuáles fueron los lineamientos del Plan de Desarrollo para iniciar ese programa?

El Plan de Desarrollo Departamental 2001-2003 “Una Antioquia Nueva”, en su cuarta y transversal área estratégica, “Una paz incluyente y participativa”, integraba y articulaba tres apuestas básicas: la pedagogía de la noviolencia, la planeación estratégica situacional y el enfoque basado en derechos humanos, en función de enfrentar el macro-problema del  “deterioro de la convivencia y la seguridad democrática, en un contexto de inequidad, exclusión, violencias y conflicto armado -rural y urbano-“.

Dotando del profundo sentido ético-político de construir las condiciones suficientes y necesarias para una vida digna, al conjunto de la gestión institucional de esa Administración Departamental, el objetivo general de esta área estratégica era “mejorar las condiciones de convivencia y seguridad democrática de Antioquia, en un medio ambiente de equidad, inclusión y paz, que contribuya al desarrollo humano integral de toda su población y a una mejor calidad de vida en todo su territorio“. Los lineamientos específicos para avanzar en dicho propósito fueron:

•    Construir una cultura de comportamiento de la comunidad y un sistema de gobierno con participación ciudadana, basado en una metodología de pedagogía social, organización comunitaria y coordinación interinstitucional.

•    Crear espacios de encuentro y canales de comunicación públicos, que incrementasen la gobernabilidad democrática y el sentido de la construcción de la paz, como una empresa colectiva.

•    Construir un marco de gobernabilidad democrática, que reorientase el sistema departamental de decisiones y de formación de autoridad, hacia una Democracia Moderna que buscase la inclusión, participación, eficiencia y respeto mutuo. 

•    Apropiar un proyecto colectivo de región y un nuevo orden institucional, que afrontase las carencias del pasado y las drásticas transformaciones económicas, sociales, políticas y ambientales del momento.

•    Definir un nuevo proyecto colectivo de desarrollo hacia la convergencia de las acciones que enfrentasen las manifestaciones inmediatas del conflicto, así como la coordinación efectiva del modelo de gestión departamental con las políticas nacionales e internacionales.

•    Adoptar una apuesta pedagógica de largo aliento, que transformase la tendencia al uso de la violencia como mecanismo de solución de los conflictos y desarrollase una nueva cultura de Noviolencia, deslegitimando la violencia como elemento estructurante de la sociedad.

¿Cuáles fueron los resultados de la gestión del gobierno de Guillermo Gaviria Correa en esta dirección?

Entre 2000 y 2003, los principales resultados de la implementación del área estratégica de “Una paz incluyente y participativa”, se pueden reseñar en función de las operaciones e indicadores del “Programa de movilización ciudadana hacia el gran pacto social por la paz”:

•    Se avanzó en la articulación de la estructura institucional de la Gobernación de Antioquia, en función de los acuerdos establecidos durante el desarrollo del Plan Congruente de Paz:

-    15 Secretarías vinculadas y coordinación con otras dependencias de la Gobernación.
-    9 agendas de coordinación con los Consejos Subregionales de Alcaldes.
-    9 perfiles subregionales actualizados en alianza con el DAP y el Planea.
-    1 Comité interinstitucional para la articulación de procesos de planificación y la capacitación a alcaldes electos.
-    1 ruta para el acompañamiento en la formulación de los planes de desarrollo departamental y municipales.

•    Se activó el proceso de transformación cultural en la sociedad antioqueña de la violencia a la Noviolencia:

-    1 Encuentro mundial de Noviolencia, 100 entrenadores en noviolencia (TOT) certificados.
-    55 Seminarios básicos dictados en los municipios, a cerca de 3.300 líderes.
-    2 modelos metodológicos para trabajar la noviolencia con niños (Campamentos Juveniles de la Noviolencia con 1.405 niños de 81 municipios y Taller Construyendo Vida en dos fases).
-    Institucionalización del Programa de Formación Permanente en Convivencia, Paz y Noviolencia (Ordenanza 038 de 2002).
-    Introducción de la noviolencia en los manuales de convivencia de las instituciones educativas (4 Municipios gestores y 80 municipios comprometidos) e implementación de un plan de comunicaciones.

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•    Se conformó y consolidó un sistema descentralizado de participación y soporte de los procesos colectivos de promoción de la convivencia pacífica y la seguridad humana:

-    56 Asambleas municipales constituyentes, 24 Asambleas comunitarias y 10 Comités de Impulso Municipales operando.
-    1 Asamblea Constituyente Provincial operando con proyecto de Laboratorio de Paz gestionado (Oriente).
-    1Comité de impulso constituyente subregional operando (Suroeste) y 7 Comités de impulso subregionales conformados.

•    Se construyó colectivamente la Agenda pública de convivencia pacífica y seguridad humana de Antioquia, formulándose y documentándose:

-    71 agendas municipales.
-    9 agendas subregionales.
-    1 agenda departamental.
-    5 agendas sectoriales.

•    Se legitimó e inició la implementación del Gran pacto social por la convivencia y el desarrollo para una paz incluyente y participativa, promulgado por la Asamblea constituyente de antioquia:

-    1 Asamblea Constituyente Departamental con 886 delegados acreditados.
-    24 ponencias formuladas y 1 Pacto Social por la Convivencia y el Desarrollo para Una Paz Incluyente y Participativa formalizado.
-    1 Comité Académico conformado.
-    1 Comité de Gestión y Seguimiento del Pacto Social, conformado.
-    Alrededor de 1´500.000 ciudadanos y ciudadanas sensibilizados mediante 1 campaña de opinión pública.

•    Se fortaleció la red interinstitucional de atención al “día a día” del conflicto armado y la violencia social, apropiando conceptos de gobernabilidad democrática, noviolencia y enfoque de protección basado en DDHH y DIH:

-    Fortalecimiento del Consejo Departamental de Seguridad (apalancado con el Fondo de Seguridad del departamento), del Comité Departamental y de los comités locales de atención integral a la población desplazada, del Comité de seguimiento electoral y del Comité de seguimiento penitenciario y carcelario. 
-    Conformación del Comité institucional de Derechos Humanos y del Comité departamental para la prevención de accidentes por minas antipersonales y de atención integral a las víctimas. 
-    Acompañamiento a la gestión de acuerdos especiales humanitarios y a procesos de reinserción y reincorporación a la civilidad.

•    Se fortalecieron los mecanismos institucionales de articulación de la política de convivencia y seguridad humana del Departamento de Antioquia con sus Municipios, otros Departamentos, la Nación y la Comunidad Internacional:

-    1 mesa permanente de trabajo y 1 página web de consejeros y asesores de Paz departamentales, conformada en coordinación con la oficina del Alto comisionado para la paz y el apoyo de la OIM.
-    1 Comité provisional de coordinación de procesos constituyentes locales y regionales, conformada y coordinada en alianza con otros actores sociales.
-    3 convenios de cooperación formalizados y en operación: PNUD (US$ 135.000), AECI: EU$ 300.000, OIM (US$ 113.000) y 1 convenio de cooperación se dejó en trámite: II Laboratorio de  Paz Unión Europea (13´865.000 EU$).

¿Cómo la implementación de este programa cambió la vida de las comunidades a que se dirigió?

Al posicionar un nuevo sentido socio-cultural de noviolencia, dejar instalado un sistema de planeación estratégica situacional e institucionalizar mecanismos de garantía y protección de los derechos humanos, con la implementación de este programa se generaron mejoras en las condiciones de convivencia y seguridad en el departamento y se delineó un camino para realizar los cambios y transformaciones necesarias en la vida de los ciudadanos y ciudadanas de Antioquia, para avanzar por el camino de una paz sostenible y duradera. 

Reiterando la necesaria salvedad que marcó el secuestro y posterior asesinato del Gobernador de Antioquia y de su Comisionado de Paz en medio de este proceso y que el comportamiento de los indicadores de seguridad social al final todavía dejaban mucho que desear (dada la persistencia de altos niveles de pobreza y de inequidad en la región), terminado el 2003 fue indiscutible mejora de prácticamente todos los demás indicadores asociados a las variables de seguridad individual, colectiva e institucional:

•    Se redujo el índice de homicidios por cada 100.000 habitantes (que pasó de 122 en diciembre de 2000 a 77 en diciembre de 2003, con una firme tendencia a la reducción continuada), así como del  número de homicidios comunes y de personas masacradas, secuestradas y desplazadas. 

•    Se redujo año a año el número de equipamientos de servicios sociales básicos y de la infraestructura vial y de transporte o comunicaciones que eran destruidos, averiados o inhabilitados por atentados. 

•    Se redujo el número de funcionarios públicos, líderes sociales y comunidades, asesinados, amenazados o afectados por la violencia asociada al conflicto.  

¿Cómo encuentra hoy la gestión de este programa?

Desafortunadamente la gestión del Plan Congruente de Paz de Antioquia fue descartada, dada de baja u olvidada por prácticamente toda la institucionalidad pública y privada del departamento desde hace más de 10 años. No obstante, sigue latente, viva y recordada por muchas y muchos actores territoriales, sociales y académicos que seguimos comprometidos con la construcción social de un futuro de paz incluyente, participativa y justa, convencidos de la vigencia de nuestra consigna original: “Sí, hay un camino…la noviolencia con el poder de la gente”.

¿Qué se podría adaptar para que el programa recupere su vigencia?

Entre los años 2001-2003, se cimentaron las bases de un nuevo sistema de gobernabilidad democrática, concentrado en la recuperación de la confianza en la política, la justicia y la gestión pública y en la garantía de una seguridad humana, caracterizada por un ejercicio sereno de autoridad legítima, legal y regulada por parte de la Fuerza Pública y bajo la dirección de las autoridades civiles de gobierno y la participación y control permanente de la ciudadanía. 

Para superar la insidiosa polarización política que nos está consumiendo y cerrarle el paso a la mediocridad y corrupción que hacen metástasis en todas las capas de nuestra sociedad hoy, podríamos aprovechar los aprendizajes y capacidades latentes que dejó este incluyente y participativo proceso de movilización ciudadana del Plan Congruente de Paz de Antioquia, reeditándolo con actualizados conocimientos, métodos y herramientas, con el propósito de impulsar un nuevo gran pacto social por la convivencia pacífica y el desarrollo sostenible. 

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Adaptando al momento actual el equilibrado y transparente ejercicio de los poderes institucionales y de la administración de los recursos públicos, deberíamos retomar la búsqueda de alternativas orientadas a fomentar la verdad, la justicia y la reparación, en el trámite de los conflictos políticos, sociales y armados que se siguen dando en los ámbitos rurales y urbanos de nuestra región. 

Debemos aprovechar las oportunidades generadas con el Acuerdo de Paz que selló la desmovilización de las Farc-Ep y el inicio de su reintegración, así como el proceso de diálogo con el Eln. Superemos con inteligente rigor las debilidades y amenazas que hoy los tienen en alto riesgo, para que entre todos y todas pasemos definitivamente la página de los conflictos armados internos y podamos concentrarnos en escribir un nuevo capítulo de nuestra historia, atendiendo los nuevos desafíos de seguridad, convivencia y paz que emergen día a día en nuestra complejo mundo contemporáneo. 

Honrando el legado de vida noviolenta y convivencia pacífica que nos dejaron Guillermo y Gilberto, continuamos el camino ¡ Que en paz descansen!

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