El Premio y Festival Gabo explora las nuevas tendencias del periodismo como dinámica ciudadana, cultural y tecnológica. Para este 2018 durará tres días, en los que se desarrollarán actividades de entrada libre, abiertas a todo el público, una forma de celebrar las mejores historias de Iberoamérica.
Un espacio en el que los periodistas se reúnen y conversan, se tienen confianza en hablar sobre lo que les da miedo o el cubrimiento que les salió mal, esa era la idea inicial de Gabo con el Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo.
Bajo esta premisa, el único Nobel colombiano instauró la ideología y el eje motivador del encuentro de actores inmersos en el mismo, llamado el mejor oficio del mundo. Para este 2018, la cita tendrá lugar en Medellín, como en sus anteriores ediciones, del 3 al 5 de octubre.
Este Festival se hace para celebrar el periodismo y esta semana llegará con la misma calidad y la misma oferta que los periodistas se han encontrado hasta ahora, pero se debe decir que esta cita para el gremio creció, se amplió en el número de actividades, el año pasado se tenían cinco universidades sedes y para el 2018 se tienen seis; además, se agregó la sede del Museo de Arte Moderno de Medellín, Mamm, donde estará la nueva sección, Mentes curiosas.
Son más de 75 actividades, entre charlas, talleres, proyecciones de documentales, exposiciones fotográficas y muestras culturales en el Jardín Botánico, el Parque Explora, el ya mencionado Mamm y las seis universidades.
La apuesta por la extensión de la oferta se trata de la inclusión de más temas abiertos, no sólo para periodistas, sino de apertura también a la ciudadanía. Mentes curiosas tendrá una tarde dedicada al Periodismo económico al servicio de los ciudadanos, conversación de Joaquín Estefanía y Alberto Bello (el 3 de octubre, de 4:30 a 5:30 p.m.). También se tendrá un tema de Arte y pintura, con Ruven Afanador, fotógrafo colombiano (el 4 de octubre, de 4:30 a 5:30 p.m.). Igualmente, se van a abordar allí temas como la Xenofobia, con Tulio Hernández y María Elena Salinas, de Venezuela y Estados Unidos, respectivamente (el 5 de octubre, de 5:30 a 6:30 p.m.).
Aunque las rotativas de grandes periódicos en el mundo se han apagado definitivamente, se nota un cambio en el periodismo iberoamericano, así lo cree Daniel Marquínez, director de Proyectos de la Fnpi.
El periodismo de la región se ha preocupado por conocer cada vez más a las audiencias, no sólo a los lectores sino la gente que rodea a esos lectores. Es más, “ha surgido la necesidad de salir del caparazón en el que han estado encajados durante largos periodos, ya que la supervivencia y la sostenibilidad llega por los lazos, las relaciones largas y duraderas con sus audiencias”, narró Marquínez.
En ese sentido, llegará en esta edición Ignacio Escolar, ganador del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2018, quien es un ejemplo precisamente de esa idea. Él desarrolló un proyecto periodístico en España, que aborda la corrupción, el poder y el mal poder, y decidió que para hacerlo fielmente a su vocación debía ejecutarlo de manera independiente, y en este momento tiene 30.000 socios, quienes no son suscriptores, pues el periódico gratuito, sino personas que creen en esa idea y le han aportado dineros para las investigaciones.
“Los medios se deben preocupar por, más allá de conocer los temas y entender la geopolítica, acercarse a las comunidades. No sólo basarse en las cifras y en unas métricas de Analytics y en páginas vistas, sino en conocer qué es lo que le preocupa a las comunidades y así entender qué es lo esa comunidad le está exigiendo a los medios”, continuó el director de Proyectos.
Y como el periodismo hace parte de la ciudadanía, los periodistas son ciudadanos y la democracia se construye con la ciudadanía, en este Festival se abordará el papel que están jugando las redes y los retos de los periodistas en ese juego de redes para la construcción de la ciudadanía; en ese apartado se contará con los periodistas expertos Masha Gessen, de Estados Unidos, y Joseph Poliszuk, de Venezuela, quienes con sus ejemplos en el oficio dejarán el mensaje de que es importante actuar en el mismo rol de periodista y ciudadano en una democracia, “porque aunque parece que no tiene sentido seguir insistiendo, pues siempre los periodistas tendrán la esperanza de que alzar la voz sirve para algo”.
La llamada Cocina del periodismo, por su propuesta de recorrer los tópicos que inquietan y moldean al periodismo en Iberoamérica tendrá, además, en su programación discusiones entre los asistentes y periodistas de los proyectos en este campo más innovadores de la región, sección llamada Periodismo de tú a tú.
Por último, en este Festival se conocerán a los cuatro ganadores del Premio Gabo, elegidos como los mejores trabajos periodísticos de Iberoamérica, una forma de desmentir la idea de que el oficio en la actualidad se hace mal y que los medios se encuentran en una crisis y no van a poder superarla, “en este momento se podría decir que se da una especie de renovación en el oficio, porque en cierta medida hay una renovación de la fe en el periodismo, es un muy buen momento para hacer periodismo, para contar historias y la Fundación lo que quiere es formar y proyectar a la ciudadanía de que el periodismo tiene valor, de que contribuye a la construcción de sociedades, de que es algo necesario para ejercer una ciudadanía completa”, finalizó Marquínez.
En la foto, Daniel Marquínez.
Ante la pregunta: en el ecosistema informativo que vive cambiado, ¿cómo debe actuar hoy un periodista? El director de Proyectos de la Fnpi, Daniel Marquínez, respondió:
“Aunque el periodismo siempre ha sido necesario, siempre ha cumplido una labor, hoy en día, en un mercado en el que hay muchas voces hablando, en el que hay mucha gente transmitiendo información, creo que son las cualidades que van unidas al buen periodismo las que hacen cada vez más falta.
Hay mucha gente contando historias, publicando noticias, en redes y en un montón de sitios, pero Gabo decía que para el periodista la ética debía ser inherente como el zumbido al mosquito; nosotros también creemos muchísimo en eso y estamos convencidos que no todas las historias valen, que tanto los periodistas tienen que formarse y trabajar para hacer periodismo de calidad, como también la ciudadanía tiene que aprender a separar el grano de la paja, saber cuál información realmente está bien armada, citada entre comillas, y esa sí es la verdad, también debe reconocer cuál es información muchísimo más interesada, parcializada o falsa.