Es un cartagenero humilde que tiene dos papás, uno de ellos músico que reside en España. Estudió en Sincelejo, donde conoció a una antioqueña de la que se enamoró y siguiéndola fue a parar a Medellín, donde lo echaron, pero la cambió por su amor a la ciudad, de la cual será concejal a partir de enero próximo tras hacerse conocer el año pasado como uno de los líderes del paro nacional de las universidades, en lo que se ha considerado como el renacer del movimiento estudiantil en Colombia.

Es Alex Flórez Hernández, quien es un cronista oral y en detalle de su propia existencia, hoy catalogado por muchos como el concejal del alcalde electo Daniel Quintero Calle, con quien tiene una profunda amistad y compromiso de asumir el desafío de introducir un revolcón en el manejo de Medellín en los próximos cuatro años.

¿Por qué la política, el servicio público, la vía electoral y aspirar al Concejo de Medellín a sus 28 años. Cómo llegó a todo este agitado mundo y se relacionó con el alcalde electo Daniel Quintero?

Me metí en política en el 2014 como estudiante de Derecho de la U. de M., donde ya terminé materias, pero aún no me he podido graduar por pobre y no tener los recursos para pagar los derechos de grado.

Siempre soñé con ser músico, canto y toco la guitarra, pero el destino no me favoreció y las penurias económicas te limitan los sueños. La única forma para la mayoría de las personas que no nacimos en cunas de oro de aferrarnos a nuestro sueños, de protegerlos y de tratar de alcanzarlos es con educación y por ello me metí a la política, porque como decía Eduardo Galeano que si bien el derecho a soñar no está incluido en los derechos universales del hombre, sino fuera por el derecho de soñar y las aguas que has de beber, todos los demás derechos morirían de sed.

En el 2014 arranco como representante de los estudiantes de la Universidad de Medellín, una universidad muy política, porque ese es su espíritu, por eso es de color rojo, porque su espíritu es puramente liberal.

En 2018 fue uno de los líderes del paro nacional de universidades.

Posteriormente conozco a Daniel Quintero. Fui miembro de la Federación Nacional de Representantes Estudiantiles de Colombia, fui su secretario general, fundé el primer Consejo de Representantes Estudiantiles en el ámbito departamental que se llama “Sinergia” aquí en Antioquia y en el 2016 me reeligen como representante de la U. de M., el único que lo ha logrado hasta el momento con la votación más alta y con la intención de llegar al Consejo Nacional de Educación Superior.

Por los meses de julio o agosto de ese 2016 conozco a Daniel Quintero en el marco de la campaña para el plebiscito por el SÍ o el NO a los acuerdos con las Farc. Lo conozco en un certamen que organicé a favor del SÍ con el por esa época representante a la Cámara por Antioquia, Iván Darío Agudelo, al que asistió el expresidente César Gaviria y al que acudieron unas 500 personas, entre ellas diputados y otras figuras públicas como Daniel Quintero, quien era en ese momento viceministro de las TIC y ese mismo día lo nombran director de la campaña del SÍ en Medellín.

Yo pronuncié un discurso, creo que fue un buen discurso, que le gustó mucho a Daniel, y tras una reunión privada ese mismo día me invitó a hacer parte del proyecto por el SÍ en Antioquia. Yo ya me había hecho conocer porque un mes antes en un acto en la U. de M. le pedí al expresidente Uribe hincado en una rodilla y con un anillo y una flor que se casara con la paz, episodio sobre el cual nunca se refirió después si le gustó o no, o si al menos había considerado mi propuesta de casarse con la paz. Pero a mí me causó un problema porque después me llamó la Dijín a preguntarme que estaban diciendo que la flor estaba envenenada. Pero Uribe sigue muy vivo y eso que besó la flor. Yo dije que no creía en las formas violentas y que si éramos capaces de reconciliarnos con la Farc, cómo no íbamos a hacer capaces de reconciliarnos con un expresidente.

También fundé junto a Daniel Duque de Eafit, igualmente hoy concejal electo de Medellín por la Alianza Verde, el colectivo más grande del país que defendió los acuerdos de paz, que se llamó Jóvenes por el SÍ, que expandimos por el país y fue así como junto a Daniel comenzamos a trabajar en el proceso del plebiscito y de ahí en adelante vinieron muchas más luchas, con una seguidilla de derrotas con el plebiscito, la presidencia con Humberto De la Calle, la segunda vuelta, la consulta anticorrupción, una seguidilla de fracasos muy brava en el orden nacional, hasta este 27 de octubre que se ganó la Alcaldía de Medellín y yo la curul en el Concejo.

¿Cómo y cuándo se arranca el proyecto de aspirar a la Alcaldía y al Concejo con los Independientes?

Tal vez en diciembre del año pasado muchas personas comenzamos a pedirle a Daniel Quintero que aspirara a la Alcaldía, pero él es una persona que toma siempre las decisiones en frío, no en caliente. Nos dijo que exploráramos la posibilidad, pero no fue algo que se venía maquinando con el tiempo, fue algo que fue sucediendo y que la gente, como él lo ha manifestado, le fue pidiendo, especialmente luego de las denuncias sobre hidroituango y de observar que había una clase política muy molesta porque se estaba tocando a la joyita de la corona, o sea a EPM, pero lo que les molestaba era que les levantáramos la alfombra para ver qué había debajo.

Junto con el alcalde electo Daniel Quintero dieron la batalla contra la venta a pedazos de EPM.

Nosotros hicimos un acto en el que llevamos unas gafas gigantes al alcalde Federico Gutiérrez, la pusimos en la puerta de la Alcaldía en La Alpujarra, para decirle que se las pusiera para que viera lo que todo el mundo estaba viendo y él no, y era que se estaban robando a pedazos a EPM, que la estaban vendiendo a pedazos, que había un plan para vender poco a poco a esta empresa y eso se ha evidenciado con lo que pasó con UNE y con la venta de activos con un detrimento patrimonial porque se perdió mucho dinero en cada una de esas ventas.

Es a partir de eso que Daniel Quintero se hace muy conocido en la ciudad, porque estaba dispuesto a decir lo que otros no han dicho. La clase política salió a darle palo, pero lo que encontramos en la calle era que había una ciudadanía que nos respaldaba, porque nos estaban subiendo los servicios públicos, lo que nosotros no estábamos dispuestos a alcahuetear que siguieran despedazando a EPM.

¿Cómo se da su candidatura en la lista al Concejo por Independientes?

Era un proyecto que tenía metido en la cabeza desde el 2014 el de ser concejal de Medellín por mi vinculación al movimiento estudiantil, primero en la U. de A. y luego en la U. de M.

Tras la etapa exploratoria recibí una llamada de Daniel Quintero, quien me dijo que yo iba a ser concejal de Medellín por todo el trabajo que hicimos en la ciudad desde el 2016 con el plebiscito, luego en la campaña presidencial y eso fue la primera señal de todo lo que después pasó. El 2018 lo terminé siendo uno de los líderes más visibles del paro nacional universitario del año pasado, que se inició el 19 de octubre con una marcha y terminó con la firma de un acuerdo el 14 de diciembre en la Casa de Nariño, donde yo estuve vigilando que lo firmara el presidente Duque, no es que le crea mucho, y efectivamente nos ha dado pruebas, y eso es lo que hoy nuevamente nos tienen en la calle, que no tiene palabra.

Ese activismo estudiantil me disparó el reconocimiento y me visualizó. Realicé una campaña al Concejo sin recursos, sin maquinaria, sin estructura, no llevé a nadie a votar, no tenía carros para hacerlo.

¿De dónde salieron los 7.000 votos?

Hicimos una campaña de cinco meses puerta a puerta, persona a persona en los barrios, el sol me quemó el rostro y los brazos, fue la campaña ganadora más barata en la historia de la ciudad, me gasté 30 millones de pesos, cuando un candidato se gasta en promedio unos 500 millones de pesos.

Los 7.000 votos están regados por toda la ciudad, la comuna donde más saqué votos fue Belén donde vivo cerca al parque, pero me concentré en ocho comunas de la zona norte de la ciudad y en los corregimientos. Saqué 150 votos en El Poblado pero nunca fui allí en la campaña. El norte de la ciudad fue el que nos llevó a la Alcaldía y al Concejo. Lo de Aranjuez fue extraordinario y en todas las demás comunas populares de la Noroccidental y la Nororiental.

Hoy lo revolucionario es volver a lo básico y yo quería con esto demostrarles a muchos jóvenes, que hoy quieren participar en política, pero que se desaniman porque vale mucha plata, que si se puede lograr mediante la confianza que logramos en la campaña con la gente en los barrios pobres de la ciudad.

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¿Qué va a defender en el Concejo?

La educación. Es nuestra bandera, es el mecanismo más fuerte de transformación de la sociedad y como representante estudiantil y del paro nacional respiro educación. La historia de los países ha demostrado que sólo con educación se genera progreso, esto no es mágico.

Pero también me va a tocar un millón de responsabilidades porque soy el concejal del alcalde y me va a tocar patinar de todo.

¿Usted es el concejal del alcalde?

Eso dicen, jajajajaja, soy de las entrañas de él, no sólo será mi alcalde, es mi amigo y vamos a trabajar con todo para que nos vaya bien en estos cuatro años. Me siento muy orgulloso de eso porque creo profundamente en quién es Daniel Quintero, creo en la persona que es.

Además trabajaremos en tres ejes fundamentales: 1. Recuperar la inversión social en Medellín. 2. En la ecociudad y en contra de los problemas estructurales ambientales y 3. En el Valle del Software mediante una gran reforma curricular que lleve a la ciudad a la cuarta revolución industrial.