La temperatura, la calidad de la tierra y la presencia de importantes afluentes son elementos cuya confluencia hacen del Bajo Cauca una zona propicia para la producción de arroz de calidad.
El cultivo de arroz es la segunda actividad económica del Bajo Cauca, una subregión que representa cerca del 16% de la producción arrocera nacional, según el IV Censo Nacional Arrocero que le da esta denominación a las hectáreas cultivadas en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Choco, Córdoba y Sucre.
Israel Callejas Álvarez, director ejecutivo de Fedearroz seccional Caucasia, manifestó que esta zona anualmente produce aproximadamente 10.000 hectáreas de arroz de las cuales 7.000 tienen su cosecha en el primer semestre y 3.000 logran ser cosechadas en el segundo semestre.
“La producción en el Bajo Cauca se da por el clima porque temperaturas de 35 a 39 grados centígrados son muy aptas para el cultivo de arroz, además la pluviosidad es bastante alta y por lo tanto el arroz no se hace con la tecnificación de riego sino con ‘secano’ favorecido, además hay una adecuada implementación de equipos agrícolas en temas de sembrado y recolección y se tienen suelos aluviales bastante fértiles, quiere decir esto que son suelos producidos por la sedimentación del rio y todos estos elementos hacen del Bajo Cauca una zona muy propicia para el cultivo de arroz”, señaló el directivo.
El ingeniero agrónomo Vicente Delgado, señaló que debido a la técnica de ‘secano’ favorecido, en la que se prescinde de mecanismos tecnificados de riego; el cultivo de arroz en el Bajo Cauca, a pesar de su alto impacto en la realidad económica de la región, es una actividad arriesgada debido a que las cosechas deben realizarse antes de la época en la que las lluvias propician el desbordamiento del Río Cauca.
“Hay que sincronizar los tiempos para que la recolección nos coincida con la época en la que no llegan las brisas, porque muchas veces los vientos de agosto tumban mucha área sembrada, además tenemos altísimo riesgo de perder las cosechas como producto de las inundaciones y desbordamiento porque la lluvia le ayuda al arroz y lo pone muy bonito pero el desbordamiento de los afluentes nos destruye el trabajo”, señaló el experto.
En consonancia, Jaime Garzón Araque, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia, destacó que la pasada ola invernal generó pérdidas en más de 5.000 hectáreas de arroz debido a las inundaciones que se presentaron en municipios como Nechí y Caucasia.
“Es necesario mejorar la infraestructura agrícola de la zona; ya se hizo la solicitud al Ministro de Agricultura de maquinaria agrícola y él nos dijo que estaba pendiente de una adición presupuestal con la que podría atender esta solicitud; ahora el asunto es que parece que el Ministro Iragorri va a salir del Gobierno y volveríamos a cero, pero tenemos que hacer la gestión porque realmente se necesita mayor infraestructura” señaló Garzón.
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Callejas Álvarez coincidió en el planteamiento del funcionario al afirmar que en época de cosecha la capacidad instalada de la subregión es insuficiente “la cosecha sale al mismo tiempo y al momento de llegar al molino hay dificultades debido a que no se puede evacuar rápidamente y se puede dañar el arroz. Hay dos molinos pequeños en Caucasia y un molino pequeño en El Bagre, de resto mucho agricultores despachan su arroz para un molino en Planeta Rica, Córdoba, y otro pequeño que hay en Montelíbano”.
El directivo agregó que en este momento se adelantan gestiones para el montaje de una planta de secamiento en la que los productores puedan conservar su arroz para que no se dañe en el taco generado por la cosecha y así, a través del almacenamiento, pueda venderse posteriormente con mejores precios.
La importancia del arroz en la economía del Bajo Cauca se ve representada también en la ocupación que genera, dado que cada hectárea demanda 20 jornales entre los procesos de siembra, control de maleza, fertilización, control de insectos y recolección de la cosecha.