El día que las exguerrilleras de las Farc denunciaron sus violaciones

Autor: Kelly Melissa Álvarez Correa
19 diciembre de 2017 - 11:21 PM

Con la conformación de la Corporación Rosa Blanca, cientos de mujeres que estuvieron en las Farc han hablado sobre los vejámenes que se vivían al interior de organización.  

Colombia

Sara Morales decidió que los crímenes contra su cuerpo y el de cientos de guerrilleras que pertenecieron a las Farc no podían quedar impunes.

La invisibilización de la violencia sexual que se vive al interior de esta y otras organizaciones al margen de la ley en contra de la mujer, ha hecho que sus victimarios no sean juzgados por los delitos que cometieron en sus pieles, así como tampoco, en su concepto, la forma como llegaron allí: estamos hablando del reclutamiento de menores de edad.

Y es que Morales fue reclutada a los once años por el bloque del Magdalena Medio, el cual estaba al mando de Pastor Alape. La raptaron de una tienda y la montaron a un camión, donde había al menos 50 menores de edad, a las 3:00 de la mañana fueron sacados de Barrancabermeja hacia el valle del río Cimitarra, donde los recibió un guerrillero, también menor de edad y fueron llevados a un campamento básico, donde hay más de 360 menores de edad. A tan solo 15 días de haber ingresado, fue violentada sexualmente. Desertó hace diez años, en 2007.

Ahora, ella decidió emprender un camino en defensa de las niñas y mujeres quienes fueron violadas al interior de las Farc, que fueron reclutadas forzosamente y que hoy día cargan con las consecuencias de estos actos; a través de la Corporación Rosa Blanca, que con sólo dos semanas (y partiendo con seis mujeres quienes decidieron contar su historia), han logrado congregar muchas más mujeres con historias similares en el país.

En la actualidad son 65 mujeres en Bogotá, 150 en Antioquia y 70 en el Eje Cafetero. También hay en Huila, Cali , Caquetá y Arauca, lugares donde ya se están gestando liderazgos para promover la denuncia y el contar su caso en más y más mujeres.

“Lo que queremos es denunciar todos los crímenes cometidos por los comandantes del secretariado y los guerrilleros rasos en todo el tema de delito sexual, violencia sexual, reclutamiento forzado en menores de edad y abortos. Es como la línea que nosotros tenemos, la denuncia nacional e internacional, en otras cortes donde se puedan juzgar este tipo de crímenes” , dijo a EL MUNDO Sara Morales, quien agrega que pretenden vincular a mujeres que como ellas, fueron abusadas en otros grupos como los paramilitares e incluso las que fueron víctimas del Estado, aún siendo civiles.

Lea también:  Medellín conoció realidad de mujeres con la guerra tatuada en su piel

Ante el Senado de la República, Sara Morales contó su caso y expuso cómo producto de las violaciones constantes, quedó embarazada en dos oportunidades en las que su rango impidió que la obligaran a abortar, al pertenecer a la emisora Voz de la resistencia del Magdalena Medio.

“A nosotros quién nos va a responder por esto, por las secuelas; mujeres que no pueden tener hijos porque los que les sacaron los sacaron con alambre y le hicieron un daño o tienen problemas psicológicos porque les hicieron tres o cuatro abortos seguidos. Eso nos llevó a la idea de buscar una indemnización y una acción de justicia, que ellos paguen por todas esas cosas”, recalcó la fundadora de esta corporación.

Desde el momento en el que comenzó a alzar su voz, le ha reclamado a Pastor Alape (quien estaba al mando del bloque donde se encontraba) por los abortos y el reclutamiento forzado a menores de edad, puesto que ninguna decisión en este grupo guerrillero se tomaba sin aprobación del secretariado. Así, con indignación ha visto que pese a que muchas de ellas, las que ahora están en Rosa Blanca, están postuladas como víctimas, todavía no hay capturas.

“No es posible que se premie al criminal, que les den curules, porque es que todos los que se encuentran postulados tienen delitos de lesa humanidad. Sabemos que tienen amenazadas personas, las retienen para que no denuncien, sabemos que a algunos los han fusilado, lo que estamos tratando de crear es seguridad para hacer sus denuncias”, indicó.

Además: "Las violaciones sexuales nos dañaron el alma", exguerrillera de Farc

Por ello, espera que los casos puedan ser individualizados comandante por comandante, quienes cometieron las violaciones. Sus casos fueron callados por años, en los que como ha relatado, no sabían a quién contarle lo sucedido y cuando lo hacían, eran obligadas a seguir conviviendo con el “enemigo”: su victimario.

 

La invisibilización

Uno de los problemas a los que se enfrentan estas mujeres es que el tema no había sido abordado en su complejidad, al ser pocos los casos conocidos versus los que ocurrían. “Esto es un tema que hasta ahora se viene visibilizando, sensibilizando a la sociedad. No teníamos el valor de salir por miedo a las represalias, por el daño que ellos le iban a hacer a nuestras familias, porque sabíamos que teníamos que salir a dar la cara y nombrar a cada uno por su alias o por su nombre”, relató la vocera de esta corporación.

Y es que en el tiempo en el que apenas Colombia conoce la cantidad de hechos que han cometido las Farc, es cuando se puede dar a conocer que las violaciones habrían sido “sistemáticas”. “La sociedad colombiana apenas está mirando quiénes eran las Farc internamente. Ellos eran un caballito al que todo el mundo pensaba que eran los Robin Hood, ‘esa lucha del pueblo y para el pueblo’, pero es que en el marco de la guerra no se justifica entrar menores de edad, violentarlos sexualmente y luego obligarlas y someterlas a abortos forzados, eso era algo que se conocía pero no se había profundizado”, expuso.

Morales destacó el apoyo de la Unión Europea y otras organizaciones que quieren apoyar a la Corporación Rosa Blanca.

En febrero estas mujeres ya están citadas ante la Corte Penal Internacional, que es una de las instancias superiores donde este grupo quiere llevar este tema en búsqueda de justicia por sus casos.

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

La Rosa Blanca y las víctimas negadas
Columnistas

La Rosa Blanca y las víctimas negadas

Las víctimas, entonces, son ante todo, quienes murieron por la acción subversiva, por la reacción paraca o por la legítima acción militar
Navidad de las Farc
Derechos Humanos

Exguerrilleros de Farc celebran primera Navidad en paz y en familia

Esta celebración navideña es la primera en la que participan miembros de la antigua guerrilla desde que dejaron las armas, a mediados de este año, para convertirse...
desplazados magui paya
Derechos Humanos

Eln y disidencias de Farc siguen causando desplazamientos en Nariño

Desde la masacre ocurrida en Magui Payán, el pasado 27 de noviembre, la cifra de desplazados en esa zona de Nariño sigue aumentando.

Lo más leído

1
Superior /

Las mujeres en la ciencia, una historia marcada por brechas de género

Pese a los grandes avances de las mujeres dentro de las ciencias exactas, la ingeniería y la tecnología,...
2
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
3
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
4
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
5
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
6
Cazamentiras /

La falsa carta de despedida escrita por Gabo

Desde hace más de una década, usuarios en internet han difundo un texto bajo el nombre de Gabriel García...