No se puede volver costumbre que las grandes obras presenten defectos tan evidentes como este y tan contundentes como el del ya demolido puente de Chirajara.
"La forma de acordeón de los bordes del puente Hisgaura, en la vía Los Curos-Málaga, en Santander, que despertó esta semana la preocupación de la comunidad y sacó a la luz las diferencias de la firma Sacyr con el Fondo Adaptación y el Invías, es una situación que se ve en puentes similares en cualquier parte del mundo", dijo el vocero según el diario capitalino.
En efecto, así respondió, de forma enfática, la compañía española a la polémica que surgió cuando se conocieron las imágenes de la infraestructura, qué según su director de Ingeniería en Colombia, Miguel Ángel Ordóñez, está lista para usarse.
Al ser consultado sobre si la situación con el Puente Hisgaura ocurre en otras partes del mundo, Ordóñez dijo:
"Absolutamente. En la carrera 9.ª de Bucaramanga tenía ese mismo efecto y por eso se dispone del faldón, que es un elemento habitual; también en el puente Pumarejo. Si se tienen 360 metros, hechos en tramos de 5 metros, es imposible que todo sea una línea recta". A la luz de esa declaración, según el directivo, no debería sorprender si al Puente Pumarejo se le ve en cualquier momento un faldón para controlar oscilaciones”.
Las anteriores declaraciones son tomadas del periódico El Tiempo de hace unas semanas y nos muestran otra vez como en Colombia las cosas se hacen de una manera inapropiada.
Paralelamente el gobierno chino acaba de inaugurar el puente marítimo más largo del mundo que conectará las ciudades de Macao y Hong Kong con Zhuai, con una extensión de 55 Kilómetros. De acuerdo con el Señor Ordoñez, representante de Sacyr, es posible que este puente refleje el acordeón más grande del mundo, lo cual no es cierto porque allá las obras sí se hacen a la perfección o no se reciben por parte del gobierno.
El solo hecho de que además haya anunciado entre líneas que este tipo de problemas también sucederán en el nuevo Puente Pumarejo, nos deja atónitos y desprotegidos ante el despropósito de esta firma. ¿Si esta obra fuera en Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Inglaterra o Alemania, se atrevería a dar tan estúpidas e irresponsables declaraciones?
No se puede volver costumbre que las grandes obras presenten defectos tan evidentes como este y tan contundentes como el del ya demolido puente de Chirajara.
Se debe construir confianza en lo que se hace, pues harta dificultad nos da para iniciar procesos de desarrollo de infraestructura en cualquiera de sus campos, para que los escasos recursos y el tiempo sean desperdiciados por malas ejecuciones que finalmente pagamos todos los colombianos.
Insisto en la necesidad de interventorías más exigentes y sobretodo oportunas para que los inconvenientes sean detectados a tiempo. Recordemos que ningún anticipo, ningún pago, ninguna posible adición presupuestal, ninguna prórroga en el calendario se puede desarrollar sin el visto bueno de las respectivas interventorías.
De ahí su importancia y su enorme responsabilidad.
Esperemos a que una a una se vayan entregando a satisfacción las grandes obras que están en ejecución y que nos deben permitir dar un salto en términos de competitividad y como mínimo de posibilidad de presencia estatal en mayores franjas del territorio nacional.
Después de tanta espera y tanto esfuerzo, sería una verdadera tragedia que finalmente saliéramos con obras mediocres que no respondan a las necesidades y expectativas que todos queremos superar.