La decisión o postura del Gobierno Nacional del presidente Iván Duque Márquez de independizar y desburocratizar sus relaciones con el Legislativo y de acabar con la mermelada o los cupos indicativos o antiguos auxilio con el Congreso de la República, ha llevado a muchos observadores a preguntarse si esa estrategia tendrá éxito o por el contrario provocará que los parlamentarios saquen las uñas y se hagan sentir con presiones para la no aprobación de la agenda legislativa o al menos retardarla.

Las nuevas relaciones entre estos dos poderes públicos apenas empiezan en la actual etapa política colombiana tras los 16 años de Álvaro Uribe y de Juan Manuel Santos con gran dominio del Congreso, el cual ahora apenas ajusta cuatro meses y el Ejecutivo va a cumplir tres meses o sus primeros cien días de mandato.

Y aunque han ido avanzando lentamente algunos de los proyectos de honor del Ejecutivo, todavía no puede cantar victoria definitiva, pues aún la legislatura está muy joven y se nota alguna tensión e inquietud entre congresistas, que piensan que si el Gobierno quiere independencia, pues ellos también están dispuestos a jugársela hasta con la no aprobación de proyectos y endurecer sus relaciones con mociones de censura, aunque esta última estrategia es más un plan de fuerzas opositoras de izquierda y que no logró cristalizarse en el caso de ministro de Hacienda.

Pero también dentro del Congreso ya se escuchan voces en el sentido que falta liderazgo y una batuta y vocería fuerte entre el Ejecutivo y el Congreso.

A propósito de este panorama, el congresista conservador antioqueño, Nicolás Albeiro Echeverry Alvarán, viene analizando y observando con gran interés el desarrollo de esta coyuntura en las nuevas relaciones entre el Gobierno y el Congreso. Y aunque admite hechos positivos, también lo asaltan algunas preocupaciones.

“El gobierno ha planteado con su lenguaje una independencia con el Congreso, entonces no se por qué se extraña que nosotros también seamos autónomos o será que independencia es solo votar por lo que diga el Ejecutivo”, se pregunta este representante a la Cámara, quien acaba de lograr otro reconocimiento de sus compañeros al ser designado delegado del Congreso de la República ante las Comisión Nacional de Regalías.

Sobre este nuevo fenómeno político es pragmático al expresar que el gobierno debe presentar los proyectos y el Congreso decidir.

Puso como ejemplo el caso de la lista cerrada, sobre la que dice que no solo la defiende el gobierno, sino también él, pero agregó que eso no quiere decir que el Congreso la vote como lo diga el Ejecutivo.

Interpretó que ese cambio en las listas obedece a la necesidad de reformar el sistema para evitar la corrupción, pero tiene muchas dudas sobre hasta qué punto es solución trasladar el problema de la sociedad a los partidos.

Recalcó que cuando hay voto preferente es la sociedad la que define, pero cuando obligan a los partidos hacer una lista cerrada, el problema es del partido, con lo cual están trasteando a los partidos los costos y los problemas que ya bastante tienen con la falta de legitimidad y por lo desacreditados que están.

“Esa reforma está coja porque debería plantear como garantizar los recursos para seleccionar y ordenar a los candidatos de los partidos y para la consolidación de las consultas internas y de las campañas de los aspirantes”.

Además a Echeverry Alvarán le preocupan también la falta de liderazgo de la ministra del Interior, el no acompañamiento de los ministros a los debates y la carencia de argumentos sólidos y profundos.

“No hay gerencia del Gobierno en el Congreso”, lamentó, al tiempo que duda mucho que las listas cerradas sirvan de algo en la batalla contra la corrupción.

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Arequipe por mermelada

A propósito de las anteriores observaciones tirando a reparos de este congresista antioqueño, recurrimos al agudo comentarista y profesor de Eafit, David Suárez Tamayo, para conocer sus impresiones sobre lo que está ocurriendo entre el Gobierno y el Congreso en esta nueva etapa de la política colombiana.

Conceptuó que es muy pronto para sacar conclusiones, porque apenas se van a cumplir tres meses del Gobierno Duque.

Pero dijo que como el boxeo, los primeros dos o tres rounds son de observación, análisis, coqueteos, medición de fuerzas. Apenas los proyectos de acto legislativo y de leyes importantes han superado el primer y segundo debate, de los ocho y cuatro respectivamente. Lo que podría leerse como simple cortesía del Congreso.

“Pero ya el Congreso sacó las uñas con un artículo que estaba en la reforma a la Justicia de Paloma Valencia, que se hundió en primer debate, pero que lo revivió y reencauchó en el de reforma Política.

Para este analista se trata de la nueva mermelada que reemplaza a los antiguos auxilios parlamentarios y a los cupos indicativos.

Se trata que el 20% del presupuesto de inversión sea de iniciativa de los congresistas, es decir, advirtió, son “los mismos con las mismas. Más de lo mismo. Cambia para que todo siga igual. Lo decía Guisepe Tomassi príncipe de Lampedusa, en GatoPardo”.

Pero señaló como muy curioso que la propuesta haya salido del Centro Democrático que durante ocho años cabalgó en la oposición, atacando la mermelada de Santos. “Ahora van por el arequipe y la natilla”.

En concepto de David Suárez, Colombia sigue con partidos políticos personalistas, unipersonales, no democráticos, no pluralistas y no participativos.

Dosis personal de mermelada

Sobre lo mismo también consultamos al profesor de Unaula, Rodolfo Correa y dijo que la aprobación inicial que el 20% del presupuesto de inversión sea de iniciativa parlamentaria, es en su opinión la legalización de la dosis personal de mermelada.

Cree que con ello se desmitifica la gestión que los parlamentarios hacen para obtener recursos para sus regiones, dejando de ser una dádiva o moneda de chantaje del Ejecutivo hacia el Legislativo y convirtiéndolo en un derecho.

En su criterio parece que Duque se tomó en serio el cambio de las prácticas políticas y cree que eso también debería hacerlo el Congreso.

“La llegada de las listas cerradas es, precisamente, una oportunidad para desarrollar lo que decimos, pues acabará a los partidos tradicionales, si siguen con las prácticas tradicionales”.

La reforma, a la Cámara

La suerte de la reforma política y con ella su eje central como es la lista cerrada, se seguirá discutiendo en la Cámara, tras ser aprobada en segundo debate por la plenaria del Senado.

Es así como también sigue con vida la realización de sistemas democráticos para confeccionar las listas a corporaciones el mismo día para todos los partidos y aumentar gradualmente la participación de la mujer en las listas.

Y esta semana se hundieron definitivamente la moción de censura contra el ministro de Hacienda, la unificación de periodos, el transfuguismo para cambiar de partidos y la posibilidad crear nuevos partidos.

Comentarios:

Edgar
2018-11-01 07:02:53

Lo que dice el señor Nicolás Albeiro Echeverry parece la pataleta de un niño al que le han quitado el chupete. Hombre, si un buen congresista, diáfano, ve que lo que propone el gobierno es algo que favorece al ciudadano común y corriente, pues no dude , apruébelo sin pensar si le va bién a su bolsillo. Y si ve que no es conveniente para el pueblo, pues rechácelo sin pensar en politiquerías.

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