El éxito, la solidez y la magnitud del desarrollo económico está fundado sobre sanas políticas sociales
El desarrollo económico es fruto de una voluntad, “donde hay voluntad hay un camino”. El deber ser de una ciudad de oportunidades es que todos los interesados en autoemplearse tengan la capacidad de emprender exitosamente, de despertar todas sus energías productivas con aptitud profesional, cada cual con el máximo de habilidad en su profesión.
Cautivado por el pleno empleo y desarrollo industrial registrado en la Alemania de mitad del sigo pasado, busqué escritos de Dietrich Eckhart sobre políticas socioeconómicas de los primeros 4 años de gobierno del Tercer Reich, antes de las atrocidades absurdas contra los judíos en la segunda guerra.
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Destaca el programa “Lucha de emulación de los establecimientos alemanes” del decreto de 29 de agosto de 1936 que instituyó la distinción “empresa modelo nacional socialista”, aplicable en este tiempo, cuyo objetivo no es que los reconozcan como empresas ejemplares, sino que miles despierten todas sus energías y se esfuercen al máximo sin descanso en ser empresas modelo, esto es lo que refuerza toda la capacidad y facultad productiva. Es una lucha de emulación no con medidas superficiales sino una comunidad viva que es ejemplar por sus actitudes, su proceder y sus comportamientos con iniciativas acordes a las posibilidades, cualidades y particularidades de cada establecimiento.
Las capacidades empresariales no se consiguen con buenas intenciones ni con programas desarticulados, necesitan una intervención integral para consolidarlas como células vivas del desarrollo económico y social, en todas las etapas de la cadena productiva, que incluyan suma perfección técnica con refinadísimos procesos de abastecimiento, producción, transformación, transporte y comercialización, que estos se desarrollen a velocidades competitivas, en cantidades considerables a la demanda del autoabastecimiento local y del comercio exterior, a precios supremamente bajos y con un margen de ganancia materialmente alto para los emprendedores, con considerables miramientos del beneficio de la salud, humanitarios y de altos ingresos de sus trabajadores.
Solo empresas ejemplares que sean un modelo a seguir, que superen todas las pruebas, que tengan un hábito solemne de transformación, de emulación de desempeño de las mejores prácticas corporativas nacionales y las experiencias exitosas internacionales, lograrán llevarnos a una maravillosa supercivilización técnica con oportunidades para muchos más ciudadanos.
“La mejor política social es la mejor política económica”, es un principio de las potencias económicas que entiende que el éxito, la solidez y la magnitud del desarrollo económico está fundado sobre sanas políticas sociales que evalúen y reconozcan socialmente el compromiso de la empresa ejemplar en el aumento de las posibilidades técnicas, económicas y de materias primas conservando la practica más perfecta de sociedad del trabajo, la ecuación profesional ejemplar, el cuidado máximo de la salud de sus trabajadores, asegurarles una vivienda digna, el fomento del trabajo asociado a su proyecto de vida, y reconocimientos al mérito laboral y empresarial.
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La empresa ejemplar fue entendida por los alemanes como aquella que estimula el aumento de la producción y el máximo rendimiento evitando la explotación del ser humano, que privilegia al ser humano sobre la máquina y equilibra la rentabilidad del propietario con el fomento no solo del trabajo sino de la capacidad, la energía y el proyecto de vida de sus empleados, a quien se deben dedicar todas las atenciones y cuidados para que el trabajo no sea una condena sino un agradable modo de vida en un ambiente laboral colectivo perfecto.
Debe ser un centro de aprendizaje integral que forme a las nuevas generaciones en la máxima maestría profesional, con la expectativa de un porvenir con una base realmente consistente; formar el espíritu de ahorro, con estímulos económicos generosos adicionales a los legales, subsidiar la adquisición de vivienda.
Deben estimular al máximo a sus empleados a estar unidos como una familia dentro y fuera de las instalaciones, a contar con espacios agradables, equipos de salud suficientes, con equipos de protección más modernos, talleres y centros de aprendizaje ejemplares a prueba de toda crítica, asesores deportivos y nutricionales que garanticen su buena salud muy por encima de las exigencias legales, con horarios flexibles para jóvenes y mujeres para que estudien y cuiden de sus familias, con instalaciones estéticas e impecables, con grupos de actividades lúdicas culturales, con espacios deportivos y bibliotecas empresariales, viajes de vacaciones colectivas extraordinarias, en general formación para el aprovechamiento del tiempo libre en películas, conciertos, representaciones teatrales y deportivas, que en general hagan todo lo que este a su alcance para beneficiar a la comunidad trabajadora de su empresa hasta en sus más menudos detalles, incluso en su tiempo libre.