En los últimos días, el Ministerio de Salud y el Invima han anunciado un plan de choque para atender la situación.
En una carta enviada en febrero al ministro de Salud y Protección Social, Alejandro Gaviria, la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación manifestó la “crítica situación que se avecinaba” por la falta de anestésicos como la lidocaína y la bupivacaína, esenciales para procedimientos odontológicos, obstétricos y quirúrgicos.
En ese momento, el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) declararon la alerta por desabastecimiento de dichos anestésicos, instaron a los laboratorios a que reportaran oportunamente la no distribución de algún medicamento, y le pidieron a los profesionales de la salud que reportaran los anestésicos que estuvieran escasos.
Sin embargo, a la fecha, el problema persiste. La Scare se pronunció el pasado jueves, en un comunicado de prensa, diciendo que “el desabastecimiento nacional de anestésicos locales afecta profundamente la atención oportuna, de calidad y segura a los pacientes en el contexto perioperatorio”, es decir, en el periodo de tiempo relacionado con el procedimiento quirúrgico.
Ese mismo día, el Ministerio de Salud y el Invima, en una mesa de trabajo compuesta por la Scare y la Federación Colombiana de Ginecología y Obstetricia (Fecolsog), anunciaron un plan de choque para que las instituciones médicas tengan acceso a las cantidades necesarias de los anestésicos.
En un comunicado, el Invima explica que el plan de choque contempla reuniones con fabricantes y distribuidores, “el reporte de desabastecimiento y la formulación de recomendaciones por parte de las sociedades científicas” y la orientación del Ministerio de Salud a las instituciones hospitalarias para que “contacte proveedores que puedan suplir la demanda”.
El Invima también precisó que la escasez de estos productos se debe a las dificultades que presentó el principal fabricante en los procesos de manufactura, y a la “no comercialización de anestésicos locales” por parte de otros laboratorios. A este respeto, el director del Instituto, Javier Humberto Guzmán, recalcó la importancia de que los laboratorios reporten a tiempo cualquier eventualidad, conforme los obliga el decreto 843 de 2016.
Durante la crisis, Scare y Fecolsog hicieron varias recomendaciones a la comunidad médica para que optimizaran los anestésicos locales que tuvieran en su poder.
La doctora Luz María Gómez Buitrago, subdirectora científica de la Scare, manifestó que la Asociación creó un instrumento de reporte de desabastecimiento en su página web, a través de la cual los profesionales de la salud pueden registrar los anestésicos que les hacen falta. Igualmente, la doctora Gómez señala que han formulado recomendaciones y planes científicos “para que el usuario final del producto pueda utilizar de manera adecuada los anestésicos con los que cuenta”.
La especialista es enfática en señalar que es necesario encontrar una solución pronta al asunto, pues estos medicamentos son vitales para ofrecer una atención adecuada a los pacientes, sobre todo en procedimientos quirúrgicos como la cesárea: “A la Asociación nos han llegado algunos casos donde los profesionales médicos han tenido que recurrir a la anestesia general para practicar una cesárea, lo que aumenta los riesgos para la madre”, apunta la doctora Gómez.