El exsenador John Sudarsky volvió a reiterar en Medellín su propuesta de una reforma electoral con la creación de los distritos electorales uninominales.
Las relaciones interpersonales e institucionales, que conforman el capital social en una sociedad, se han desplomado en una ciudad como Medellín.
A esa contundente deducción llegó la cuarta medición del capital social en Colombia, que realizó para el 2017 la Corporación para el Control Social, Contrial, mediante un interesante trabajo a cargo del exsenador John Sudarsky y la sicóloga social Diana García Díaz, quien figura como directora de dicha corporación.
Este estudio mide en qué situación se encuentran los siguientes cuatro factores básicos en el campo nacional colombiano, como también en ciudades capitales del país, que incluyó a Medellín.
El capital social
El capital cívico e institucional.
La confianza institucional y control indirecto del Estado (Confíe)
Y la fe en fuentes de información no validadas (Fenoval).
En tal sentido la medición concluyó que en Medellín el capital social cayó dramáticamente comparado con los resultados obtenidos en 1997.
Contrial ha realizado cuatro estudios de esta índole en 1997, 2005, 2011 y el último, que es el que están presentando, en el 2017.
“Cayó más de lo que se registró en el ámbito nacional” develó Sudarsky, quien estuvo por la capital de Antioquia explicando los resultados.
Y precisamente dedujo que la pérdida de solidaridad entre los medellinenses, se debe a que la gente no tiene quien le ayude, ya sea el Estado (Municipio), la caridad, ni los amigos, ni los parientes, ni los compadres.
En este punto criticó los cambios en la definición de prioridades del presupuesto participativo, porque si no se interactúa para su destinación no se produce el efecto adecuado.
“Hay que priorizar enfrentándose en una Asamblea a los que quieren otras cosas y entre las partes decidir qué es lo más importante, que es la filosofía del presupuesto y de la planeación participativa. De esa forma al final se comprometen los recursos para una solución, lo que facilita el control social”.
Capital cívico institucional
Este segundo factor mide la independencia de una sociedad frente al Estado y el tipo de organizaciones no asociadas con la esfera institucional.
La muestra realizada en Medellín, que fue de 500 cuestionarios personales, demostró que aumentó la participación de la sociedad civil, pero fue que aumentó en la actividad de los que siempre participan, pues hay más gente que no lo hace en ninguna organización voluntaria.
“Al menos es bueno reactivar lo que existe”, dijo Sudarsky.
En Medellín la relación con la verticalidad, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, mejoró sobre todo en la confianza y en la membresía, entendida como la condición o el conjunto de ser miembro de un colectivo, en medios y sorprendentemente en los partidos políticos, que en lo nacional generan la menor confianza.
Aunque en Medellín ya no ganan elecciones candidatos de partidos, su afinidad a ellos aumento. Es posible que eso lo explique el accionar del Centro Democrático y del Partido Verde.
Confíe
Con preocupación Sudarsky reveló que la confianza institucional, que se derrumbó dramáticamente en todo el país, en Medellín cayó pero no tanto como en el resto de la nación.
Incluso, dijo, mejoró en algunos casos, lo que para él es sorprendente.
“En esta ciudad hay más confianza en las instituciones del Estado, como por ejemplo en la contraloría, en la procuraduría, lo cual también es asombroso”.
Dijo también que según el estudio la participación política mejoró bastante en Medellín, mientras que a nivel nacional descendió.
El eslabonamiento legislativo, entendido como la acción de unir partes para formar una cadena, o sea, el apoyo a congresistas, es muy interesante en Medellín porque era la ciudad con el menor índice en este factor y por encima estaban Cali y Bogotá.
“Ahora se mantuvo, mientras que en el país se cayó violentamente. Y de ser la última pasó a ser la tercera. Aunque es muy débil no cayó”
Igualmente sostuvo que en esta urbe también mejoraron los mecanismos de participación, sobre lo cual, dijo, se requiere de un análisis muy detallado.
Y agregó que la participación en medios se mantuvo bastante estable, sobre todo la noción de que explican en profundidad.
Fenoval
Recordemos que este término que mide la fe en fuentes de información no validadas, en Medellín subió a su más alto nivel histórico, que había bajado mucho en el 2005, creció en el 2011 y ahora subió dramáticamente.
“Es una de las ciudades que quedó con el más alto Fenoval, debajo solo de Cartagena y por encima de todas las demás. Bogotá, por ejemplo, es un ciudad con muy bajo Fenoval”.
Sudarsky dijo que la capital de Antioquia sabe mucho sobre educación política, donde la gente parece que se la sabe toda, donde el Estado les explica, los partidos les explican, donde todo el mundo sabe y se puede decir que la educación política en Medellín parece de ángeles.
Y la percepción general es que el clientelismo ya no funciona y que las palancas políticas ya no ayudan, como ocurría hace unos 20 años.
“Pero el interrogante que surge es, entonces, qué se hace la plata que se roban, sino opera el clientelismo.
Es ahí donde entra a plantearse una reforma electoral, con la que se fortalezca la relación del elector con el elegido y Sudarsky vuelve y reitera su propuesta de los distritos electorales uninominales.