En la última semana, según las denuncias del Centro de Consultoría del Conflicto Urbano C3, la droga Krokodil se estaría distribuyendo en Medellín, más exactamente en la zona céntrica de la capital antioqueña, en donde, según las informaciones del C3, la droga se estaría comercializando en los sectores cercanos al tranvía de Ayacucho y en las inmediaciones del Teatro Pablo Tobón.

Las autoridades de la Alcaldía de Medellín están en alerta, pues esta nueva sustancia conocida como la “droga zombi”, que surgió en Rusia, ya ha traspasado las fronteras de Estados Unidos, México, Brasil y algunos países europeos.

El nombre de la droga en Rusia proviene de la palabra cocodrilo por los efectos que producen en la piel. A diferencia de la heroína, donde el efecto puede durar varias horas, el Krokodil sólo dura entre 90 minutos y dos horas.

Las organizaciones de la salud afirman que la piel de los adictos al Krokodil se vuelve gris y llega a desprenderse dejando expuestos los huesos de la persona.

Esta droga que presuntamente ha llegado a la capital del departamento de Antioquia, es conocida como la heroína de los pobres y está compuesta por fósforo, codeína, thinner y alcohol, que según las denuncias se estaría vendiendo por un valor de 3 mil pesos el Kit.

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Según expertos en farmacodependencia, la droga investigada genera una adicción rápida pero con efectos pasajeros, lo que obliga a las personas a inyectarse por lo menos cada 90 minutos. 

“Toda sustancia química ingresada al organismo va a producir alteraciones, sobre todo esta que tiene Desomorfina, haciéndola altamente adictiva, porque genera unos efectos directo en las endorfinas, que son los neurotransmisores que generan placer. Cuando la droga ingresa por el organismo, hace una interacción en el cerebro con la endorfina, aumentando los niveles de placer y causando que la sensación se ancle para que la persona siga repitiendo este consumo. El efecto tiene 90 minutos de duración y eso hace que esta droga sea muy adictiva”, explicó la psicóloga de la Universidad de Antioquia y especialista en farmacodependencia de la Universidad de Medellín, Adriana Tamayo Vélez. 

El secretario de seguridad, Andrés Tobón aclaró mediante un comunicado que a la fecha no existe evidencia científica, como consecuencia de análisis químicos que han sido realizados en laboratorio a las sustancias encontradas, que permitan concluir y comprobar la presencia de desomorfina en el país, 

Además, el secretario manifestó que, a través del monitoreo de sustancias que realizan de manera permanente las entidades que conforman el Sistema de Alertas Tempranas (SAT), tampoco se ha encontrado evidencia al respecto.

Sin embargo, a raíz del pronunciamiento del Centro de Consultoría de Conflicto Urbano (C3) de Medellín, el SAT activó en terreno el protocolo pertinente para identificar la existencia de dicha sustancia y localizar muestras que permitan, tras el análisis respectivo de laboratorio, determinar la composición química de la misma, y si efectivamente se está distribuyendo en la capital antioqueña.