De acuerdo con los exámenes que le practicaron a Enilce López cuando fue internada en el Hospital Universitario Cari, tiene un peso de 23 kilos, no tiene masa muscular y tampoco tejido adiposo, situación que no le permite permanecer de pie.
El Instituto de Medicina Legal aseguró este miércoles que la empresaria de apuestas de azar Enilce López debe cumplir su condena en el Hospital Universitario Cari de Barranquilla y no en su casa, como lo determinó un juez, porque está en “estado crítico propiciado por desnutrición inicialmente aguda que se hizo crónica”.
“A pesar de sus múltiples hospitalizaciones en centros médicos de alto nivel y manejada por personal científico altamente calificado en diferentes especialidades, no ha podido superar su condición clínica crítica”, dijo el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, en una rueda de prensa en Bogotá.
El juez sexto de Ejecución de Penas de Barranquilla concedió el pasado martes el beneficio de detención domiciliaria a López, conocida como la gata, quien actualmente purga una condena de 37 años por homicidio y vínculos con grupos paramilitares.
López, quien está desde hace cuatro años en el Hospital Universitario Cari de Barranquilla, padece un severo cuadro de anorexia que la ha llevado a un alto grado de desnutrición.
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Es por ello que Medicina Legal considera que debe seguir siendo tratada en la clínica hasta que no se demuestre científicamente, “con soportes documentales válidos que su estado clínico ha sufrido variaciones hacia la mejoría”.
Por su parte, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, había dicho este miércoles que el beneficio de prisión domiciliaria concedido a López no puede concederse sin que antes haya un concepto del estado de salud, como el emitido por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
“La decisión de la casa por cárcel de la señora Enilce López no puede ejecutarse sin que medie un concepto previo del Instituto de Medicina Legal”, dijo Martínez.
De otro lado, la Procuraduría solicitó la “revocatoria del beneficio de detención domiciliaria concedida” a la gata porque considera que eso pondría en riesgo e interrumpiría “los tratamientos que actualmente recibe”.